una memoria no asumida como tal. más bien una alucinación porque para ser memoria, propiamente dicha, necesitaría de una concatenación de recuerdos coherentes, una aglomeración cuando menos; y no lo era. más bien tenía algunas imágenes sueltas en mi cabeza y el resto lo fui tejiendo yo, tratando de proporcionarle cierta lógica o relato con cohesión interna, como para suponer que sí, se trataba de un recuerdo. casi sin darme cuenta lo tenía en el borde de mi frente, a punto de saltar. se fue.
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