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la identidad de la luz |
la traición no se relaciona etimológicamente con la tradición debido a un capricho o casualidad lingüística. el humano es un ser de costumbres, tradiciones, y de todo lo demás. depositar confianza (ese aparato inmaterial pero al que tan sujetos estamos) en alguien significa exponerse a que esa tradición de correspondencia a la confianza sea violentada. no creo que lo hagamos premeditadamente, es más bien un error químico que vincula factores emocionales con el sostén de un equilibrio frágil que nunca debería depender de algo externo a nosotros mismos. cuando el momento de la traición te rodea conocés el espíritu nihilista más destructivo, y nada tiene forma, sonido o coherencia, todo se torna inmaterial, fugaz, voluble. la traición se expande y convierte a tu contexto en parte de sí misma, como un virus que se desarrolla e infecta todo lo que antes no tenía su condición, tras la traición el piso cede y el cielo se cae. una mancha de pintura se propaga vorazmente en el proceso de desmantelamiento del autoestima al que te sometés y terminás convertido en algo que no eras (o no sabías ser), te descubrís odiando no la traición, sino lo que ella hizo que vos seas.
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