Ontologías: Acontecer
tiempo, arremetedor |
Yo no me parezco a mí mismo, el concepto que se desarrolla en la fluidez que aparento ser no se relaciona más que con mis contextos y una compleja (por intrincada, no por difícil) madeja de poderes que confluyen en un cuerpo no opcional pero sí pasajero.
Tampoco me parezco a lo que me rodea, la rosa no se parece en realidad a la Rosa, que vendría a ser esa cosa que tenemos por algún lado latente y reverbera cuando se mencionan las cuatro letras justas en el orden justo y demás.
Ya hace un tiempo (he aquí el tiempo intentando ser usado como elemento de veracidad de un divague; el tiempo como rehén y excusa) me convencí (he aquí la noción de convicción en una función similar a la anterior en el tiempo) de que no somos otra cosa más que una sola conciencia autoexperimentándose. Un gran organismo sometido a flujos involuntarios de pensamiento y espíritu, poniéndose en cuestión en función de eso.
No hay "Rose".
No hay "rose".
Todo lo que hay es entidad, algo que sucede, sucesión.
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