La muerte es esa cosa que sino está igual la ves
La muerte es esa cosa que sino está igual la ves
Tengo vagos recuerdos de un cañaveral. Una araña de dos colores y un pozo de agua
Todo iba más lento entonces. Yo quería contar historias pero no tenía libros, entonces era un mitómano
La muerte apareció frente a mi en forma de amigo, sin demasiados rodeos. Y se le veía familiar
Adiviné en su risa semejante paciencia. Sabía que esto iba a ser largo y tortuoso, pero de ahí no te escapas
Y el nombre cambiaba, hoy iba acá y mañana allá. Te miraba la araña, octogonal, realmente atemorizante
Llegamos al pozo, mal tapado con unas tablas, medio detonado, derrumbado sobre sus hombros, como vos... como yo
No entiendo que pretendíamos que sucediera. Era todo bastante evidente (todo entonces parecía serlo). Sólo recuerdo que corrimos cagados del susto y me llevé puesta araña, red, muerte
No volví a acercarme a ese sitio en ruinas que frecuentaba. Le tomé un respeto. Temí durante cierto tiempo que esa araña me persiga
Así aprendí que a la muerte no se le teme, se le falta el respeto con burdo cinismo
Pero con o sin respeto más vale no acercarse. Porque ante todo es eso que está cuando no está.
Es muy curioso recordar con lujo de detalles la textura del cuerpo de una araña que viste una sola vez cuando tenías 6,7 putos años.
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