Buen día un sábado


Desenredo un laberinto enmarañado de auriculares mientras Sparklehorse va digital e intravenoso, y yo que quiero enchufarme. 
En la esquina se levantan esquirlas de pasto volando como un enjambre tras la tanza del tipo del municipio que le da a la bordeadora con precisión quirúrgica entre los adoquines de Boedo. 
En el bondi cruzo a un padre que busca una pelota de River Plate en medio de la calle, dejando el carrito con su hijo que está vestido de amarillo y azul y escruta con cara de póker al cielo. Un grafiti sentencia que el "Amor es Trabajo no pago" y grafica con la imagen estereotipada de una mujer haciendo el amor con un aspiradora. Un gato blanco desde un balcón ve los autos pasar, los autos ven al gato al pasar. De un balcón N/N emana como un rumor SUMO un sábado por la mañana, a dos cuadras un corte de calle, otro más, cortes de calles en una Puesta en Abismo solapándose uno sobre otro hasta el infinito, la ciudad del tránsito cortado, el manifestódromo y la eterna ansiedad... Son tantos cortes que se pierden en la ciudad tornándose anónimos, a nadie le importa mucho de qué se trata, se vuelven "otro corte más" y el efecto reivindicatorio que un corte de calles puede tener se pierde frente a la frecuencia de su existencia. 
Una doña parece haber salido de compras y para en la esquina al lado de un señora que acompaña a un niño con uniforme colegial un sábado a las 8 de la mañana... 2 docenas de jazmines $500. 
Contame qué le vas a explicar al nene ese que está sentado ahí arriba de ese colchón podrido en el que durmió toda la noche. Qué le podés explicar de la esquizofrenia urbana en la que conviven opulencia y miseria, laburantes y desclasados. Hay una parte de nosotros que parece entumecida y por la cual hoy agarrar y decir lo que dije en el tweet anterior no tiene relevancia alguna, solamente aparece como una careteada, algo de mal gusto. Hablar de que hay gente que vive en la miseria se ha vuelto de mal gusto. 
Termina siendo un acto de ineluctable jactancia, casi como el acto de hablar con palabras wow haciéndose el coso. 
Nada de esto parece asombrarnos. 
Todo se ha vuelto normal. 
No sé cuántas veces vamos a repetir de clase hasta aprender la tapa del libro y dejar de permitir que nos distraigan con lo que venga. 
Ya no mordimos el anzuelo, lo sobamos masticando chicle. Miles de trabajadores precarizados muriendo en el llamado primer mundo para construir canchitas para que la gente se distraiga masivamente de no sé sabe bien qué cosa, pero igual hay que distraerlos. Los estadios prácticamente de oro que levantaron como pirámide en Sudáfrica hoy son ollas populares tamaño XXL. Entonces como no hay nada que podamos hacer para cambiarlo, porque no hay nada que podamos hacer... bueno, como no lo podemos cambiar lo amparamos. 
Y así funciona todo, divertirse es ley. 
Divertirse casi a costa de lo que sea necesario. Pero bueno, no lo vamos a poder cambiar. Buen día.

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