No, mis discrepancias con Ud

No, mis discrepancias con Ud no pasarían jamás por su cuenta bancaria. Tengo otra sutileza para odiar, con el tiempo uno va aprendiendo a direccionar sus vómitos. 
Mis problemas con Ud. no, no son porque le brille la ropa. Son por el acto alienado de creer que el mundo que Ud. percibe es la totalidad del que existe, lo fastuoso es solamente un síntoma más de la misma tara. 

Su problema, querido amigo, es la pequeñez que lo subyuga, su problema a mi juicio es que asume como lo único válido las convicciones que son mi enemigo. 
No Sr., entiéndase bien, no es así que yo desee tener algún bien material, algún VIP para entrar a un restorán cajetilla de gente que cumple un guión acartonado de sortilegios. 
La inocencia de sus mitologías, la protección que le proporcionan las hurracas, el aroma que Ud. cree que tienen sus pedos... Me daría vergüenza vivir con ese tipo de passwords. Todo eso que a Ud le sobra es mucho más de lo que necesitaría para entender algo más sobre la vida. A mí me gusta que las cosas estén como están, en ese sentido hablándolo, porque en ese chancro salpica todo con esa doble moral tan conveniente y acomodada. Educada. 
Su problema es que tiene demasiada conciencia de clase, es un gato entre la leña impositiva, no podremos nunca compartir una mesa.
Yo tengo hijas, Ud. herederos. Lo que para mí es aprovechar el tiempo para Ud. es perderlo.

No vamos a jugar nunca el mismo juego. Yo trato de entender implicancias mientras Ud se fija a ver quién ganó.

No pienso que los tiempos de antes eran mejores. No creo que la juventud esté perdida, de hecho creo que Ud. es parte de la gente que educa como el culo a los jóvenes a los que luego culpan.

Es difícil tragarse un lunes a la mañana cerca de gente como Ud. Dólar, euro, inversión, renta, capital e inseguridad, siempre hay inseguridad, siempre alguien te quiere quitar todo. Y cuando no lo tenés querés tenerlo, en constante insatisfacción el corazón se termina ortivando.