Nadie dijo que iba a ser fácil

Nos vamos convirtiendo en algoritmos lentos ante la fría estructura depredadora, optimizadora de procesos. El algoritmo será el gran enemigo de la humanidad dentro de poco, si ya no lo es. El principio de goce superficial es el arma con la que intenta embelesarnos para proyectar su aura que hace que los procesos sean lisos y eficientes. En un mundo maquinizado, acomodado en sus tareas de forma premeditada y tiene agendas por biblias, y que no se entienda mal: tanto la biblia como la agenda son un problema si se las usan como se las ha venido usando...

En la falta de sorpresa, en los patrones medibles y mensurables de conducta, ya sin raptos, sin random, hoy todo lo iteramos en el vano devenir magnético. Es el triunfo del behaviourismo que tanto se anunció hace algunas décadas. El imperio animal de lo superficial, que como un frontspicio de voluptuosas vanidades chocándose, una por sobre otra, en un inevitable destino de piezas de rompecabezas que se encastran siempre sin posibilidad de un porqué o alguna imperfección. Las consecuencias de esa planitud, la vida como cosas que calzan y vuelven a suceder. Un Tetris fatal y fractal, que no termina nunca (pues es lo que llamamos vida) y se disuelve en trampa evolutiva que busca que las cosas persistan y tengan una ronda más, otro ensayo. El reflejo evolutivo opacado que no podemos negar y forma parte de nuestra estructura misma. Tenemos que entenderlo desde el punto de vista de la evolución histórica y no desde la opinión, va a ser inevitable que haya chipas. 

Todo eso está vivo, tiene motus y volutas propio, y siempre termino creyendo que lo importante es estar bien motivado, sin que las vanidades superen las debilidades que uno tiene. Que no te desborde conceptualizar y te alimente. El enfoque debe ser proyectivo y no retrospectivo hasta que pierdas tu libertad. 

Dis-tema

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