PB

Pierre Bourdieu introduce un concepto escencial para la vida social.
Aparte de sus conocidos tecnicismos de Campo o Habitus, tenemos que hacer mención a la idea de Educación en Bourdieu. Postestructuralista, con aires de Frankfort, claro seguidor de Durkheim en algunos aspectos (no en este en particular) y aggiornado a la óptica más bien foucaultiana en lo conceptual, es en Bourdieu que la educación es un mal.
Violencia simbólica, eso es la educación para Bourdieu. Hacer valer por la fuerza un paradigma, una forma de ver las cosas. Paradigma y cosmovisión que no ha ganado su lugar necesariamente dentro de una lucha plenamente igual. Hay sí algunas desigualdades, abusos de autoridad.
José Pedro Varela, acá nomás, promulgaba que había que educar para evitar que las generaciones futuras caigan en la astrología. A la cual consideraba un mal.
Yo también descreo de la astrología, pero no de la agresiva forma que Varela lo hacía, porque descreo de la astrología y también de la astronomía (ciencia que se encarga de hacer afirmaciones que yo nunca voy a poder comprobar por mi mismo, por lo cual para mi no existe -al menos no hasta que yo compruebe sus afirmaciones, yoísmo- )
El hecho es que en Varela vemos netamente la Violencia simbólica de la que Bourdieu habla, un juego de intereses y corporativismos disfrazados de panacea: ciencia, posmodernidad. Esa empresa llamada Ciencia. Esa mentira de traje y corbata, o guardapolvo en el peor de los casos.
Profesores como armas, matando la libertad de sus educados, de sus A-Lumnos (gente sin luz, cosa no iluminada).

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