el cno del homo sapiens al homo videns
Se ocupa del caracter iconoclasta de la cultura occidental, de la actual preponderancia de lo visible sobre lo abstracto. Asistimos a la transformación del homo sapiens, producto de la cultura escrita (y de la denominación linneica), en homo videns. Para el homo videns la palabra es remplazada por la imagen. Y apunta Sartori, con particular intensidad sobre el valor de la televisión es esa video cultura, en esa cultura de la imagen. "Una imagen vale más que mil palabras" es para Sartori más un amenaza que un axioma. Él dice que "el video-niño se convierte en un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura".
No existe un caracter integral, dentro del cual se incluye un sistema dentro de otro, y la TV en lugar de integrarse a la lectura, o bien la desintegra o bien la reintegra. La imagen por sí sola, emitida desde la caja boba, no tiene ningún tipo de significación. Y la TV se encarga de direccionar las interpretaciones impidiendo otra forma de asumir la misma. De eso va Sartori.
Las distorsiones informativas más importantes son: las estadísticas y sus caprichosas conclusiones; y las entrevistas «casuales» dentro del circo del performing. Se premia la excentricidad y se festeja el ataque y la agresividad.
La tesis de fondo es que si un hombre pierde la capacidad de abstracción es «eo ipso» incapaz de racionalidad y es, por tanto, un animal simbólico que ya no tiene capacidad para sostener y alimentar el mundo construido por el «homo sapiens».
No existe un caracter integral, dentro del cual se incluye un sistema dentro de otro, y la TV en lugar de integrarse a la lectura, o bien la desintegra o bien la reintegra. La imagen por sí sola, emitida desde la caja boba, no tiene ningún tipo de significación. Y la TV se encarga de direccionar las interpretaciones impidiendo otra forma de asumir la misma. De eso va Sartori.
Las distorsiones informativas más importantes son: las estadísticas y sus caprichosas conclusiones; y las entrevistas «casuales» dentro del circo del performing. Se premia la excentricidad y se festeja el ataque y la agresividad.
La tesis de fondo es que si un hombre pierde la capacidad de abstracción es «eo ipso» incapaz de racionalidad y es, por tanto, un animal simbólico que ya no tiene capacidad para sostener y alimentar el mundo construido por el «homo sapiens».
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