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Niño aburrido... |
No
todas las culturas piensan de este modo. En muchas culturas prealfabetizadas el
poder de la tradición oral es tan fuerte que el ojo está subordinado al oído.
En el principio era la palabra: la palabra hablada, no la palabra visual del
hombre alfabetizado. Entre los esquimales no existe escultura silenciosa. Los
ídolos son desconocidos; en su lugar, las deidades son bailarines enmascarados
que hablan y cantan. Cuando la máscara habla contiene significado
y valor; lo silencioso, lo estático —ilustrado en un libro o colgado en un
museo— está vacío de valor (...) Para los esquimales la verdad se comunica a
través de la tradición oral, del misticismo, de la intuición, del conocimiento
total, no simplemente por observación y medición de los fenómenos físicos. Para
ellos la aparición visible con los ojos no es tan común como la puramente
auditiva; el que oye sería un término más adecuado que el que ve para
designar a sus santos.
Marshall Mcluhan – El aula sin muros, Págs 57 y 58.
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