Un pedazo de cielo disponible para usted ¡llame ya!
- ¿Y cómo es posible poseer estrellas? - preguntó el Principito.
- ¿De quién son las estrellas? - contestó punzante el hombre de negocios.
- No sé. . . De nadie.
- Entonces son mías, puesto que he sido el primero a quien se le ha ocurrido la idea.
- ¿Y eso basta?
- Naturalmente. Si te encuentras un diamante que nadie reclama, el diamante es tuyo. Si encontraras una isla que a nadie pertenece, la isla es tuya. Si eres el primero en tener una idea y la haces patentar, nadie puede aprovecharla: es tuya. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en poseerlas.
El Principito, Antoine de Saint-Exupéry
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