Proclama

Sean amigos. Tengan amigos. Es lo más noble y digno para un ser humano. Las lápidas deberían decir "Tuvo amigos". No hay mayor cosa en esta vida. A eso hay que ofrendarle la vida, a ser amigo de personas.
Y consuman arte. El arte cura, hace bien. El arte educa más que cualquier otra cosa, porque el arte es nuestro lenguaje frente al mundo, ridículo e impredecible.
No se la crean. No pierdan nunca esa sencillez infantil de ser sorprendidos por las cosas. Tengan barrio y disfruten lo bueno pero no crean que es para siempre. Y no sean conscientes de esto para luego jactarse, sean así también cuando están solos y en silencio.
Piensen con paciencia y autonomía… discrepen como actitud inicial ante la vida pero no sean necios, sepan dar vuelta su opinión si lo ven justificado. Dicho esto; permitan contradicciones en un punto de vista, porque nada es absolutamente una sola cosa. Nada se parece demasiado a sí mismo.
Y estén rodeados de buena gente. Sintonicen buena actitud siempre. Es verdad que lo bueno trae bueno, se los juro, lo viví. Es un tema de física y química: lo bueno empatiza con lo bueno. Van a ser más plenos. Y que no todo sea un ineluctable regodeo intelectual, autosuficiente y onanista, ni tampoco un resabio de hedonismo pasajero y acrítico. Vivan en ese resquicio de luz entre pensar y gozar. No sean radicales de nada que no haga bien.
Sean abiertos ante algo nuevo. Recuerden que cuando éramos niños nos dijeron que "antes todo era mejor", que estábamos equivocados cuando no era así. Recuerden eso y respeten a los jóvenes, ellos entienden mejor este presente (el mismo que nosotros entendimos mejor antes)
Pongansé una meta. Tengan algo entre ceja y ceja. Y como quien no quiere la cosa vayan llenando su vida de eso, pero que sea algo abstracto y diverso, no algo que puedan tocar, eso va y viene, de eso no pueden depender. Dependan de algo ontológico, de una actitud ante la vida.