Apagá todo

Nos hemos convertidos en seres ya no visuales sino visualizados. Camarógrafos perpetuos, vamos a todas partes con la forma de obtener registro de todo y lo que no tiene foto, pues no existe. Somos la generación "mi querido diario", lo hacemos digital y lo hacemos delante de todo el mundo sin pudor ninguno. Somos una manga de caretas. La generación humana que durante más horas escuchó su propia voz. Antes borrar una foto era un Damnatio Memoriae envenenado, el impulso por despojar este mundo de todo vestigio de esa cosa o persona nefasta. Hoy borramos fotos porque ocupan espacio digital, ni siquiera espacio físico. Creamos aparatos que nos facilitan tanto la vida como para incapacitarnos y no que no podamos vivirla sin ellos. Inundados, nos ahogados en la era de la hipercomunicación pero para enviarnos boludeces. Estamos saturados de mensajes para no prestarle atención a ninguno. Esto parece que no intenta ser una diatriba anti-tecnológica hecha en un medio tecnológico. Apenas es una invitación a reflexionar, a apagar la pantalla del celular por un rato, y si querés el celular también. Apagá todo y andate a mirar las estrellas. 

Tenés que estar cansado de al mismo tiempo charlar con un familiar, con un amigo, con el vendedor de mercado libre, con el dealer del barrio, con la compañía de internet a la que le estás tratando de morder algún descuento porque te desangra, y con algún compañero de laburo o estudios y quién sabe con quién más... En el hiper-lugar digital, no estamos en ningún lado y estamos un poquito en todos. Pero sólo un poquito. Sin estar reposamos, comunicando nada nos la pasamos hablando. Pasen raya: queda el ser humano.