Aquel toro rojo que se metía en todas partes
Siempre más persona que artista |
No es el único caso, lo mismo hace Red Bull en Judge Dredd, un juego de armas etc. El truco acá es casi sutíl, apelando a eso de "lo prohibido tienta", en el juego se plantea que la imaginaria ciudad, Megacity One, se ve asolada por el comercio de estimulantes con cafeína, el cual está prohibido.
La tactica es casi inteligente sino fuese completamente ridícula, el punto es que como en la realidad no está prohibido beber una latita de algo, estos capos te lo prohíben en un juego. Este tipo de cosas hay que mostrárselas a los que defienden el enfoque punitivo de las drogas, hay todo un grupete de gente para la cual todo lo prohíbido tiene otro sabor. A tal punto que las marcas de productos usan eso a su favor para obtener adeptos.
La publicidad usa ese recurso. En el juego Judge Dredd, el protagonista lucha contra los traficantes de Red Bull, quienes además son tipos re fuertes y poderosos (suponemos que bebieron Red Bull), habiendo otros villanos más débiles.
No es nada por lo que uno tenga que perder el sueño, pero explica en parte un mecanismo publicitario que es bueno tener en cuenta, los juegos no son tan inocentes que supieron serlo, ahora también son (además de los cartelitos alrededor de la cancha en el FIFA World Cup) excusas para darle lugar a un chivo, cuando no a una ideología.
Es un espacio de incomunicación, donde el juego vende parte de su escencia lúdica para cederle lugar a una marca dispuesta a pagar lo que le pidan para aparecer con empoderamientos (lo prohíbido asumido como un producto dentro del juego, que es otro producto) ante el público al que apunta.
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