Todo lo que tenés es tu fuego, como dice la canción


Cuando despertás y ya las cosas parecen bastante programadas, como ausentes de la espontaneidad que creías que tenían... bueno, el veneno sabe dulce y no tiene fecha de vencimiento. Los días comienzan a ser predecibles, lo cual resulta ciertamente reconfortante, pero en iguales cantidades aburrido. Y lo malo de ya haber estado herido antes es que sabés que sobrevivís, que no es para tanto. Que sobre todo la vida está sobrevalorada y terminar no es algo tan terrible, seguir en el tema suele serlo. Hay algún parque en el cual un árbol tiene exactamente la misma edad que yo y no lo voy a poder evitar, el árbol va a seguir bastante después de mí. Vivir sin tener noción de esto es el crimen perfecto, es esconder nuestro cadaver cada mañana al despertar. Saber que ya está, no es tan importante, vamos a seguir pero por inercia, vamos a vivir pero sin grandes sobresaltos, todo ya está programado. Quienes nos sentimos con fecha de vencimiento no tenemos miedo de perder el tiempo. 
Cosa más estúpida que esa solemnidad relacionada a los relojes no croe que haya. Sobre todo cuando se la aplica a la vida, las motivaciones y las excusas para hacer algo que va a suceder aunque a vos no te guste: vivir. 

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