Perdiendo mi religión
El ex líder de R.E.M., Michael Stipe editó recientemente “No Time for Love Like Now”. El lanzamiento se suma a “Your Capricious Soul” y “Drive to the Ocean”, todos adelanto de su esperado disco debut como solista, sin fecha de lanzamiento aún. Y mientras esperamos el disco, usaremos estos estrenos como gran excusa para repasar la carrera de un músico autodefinido como "artista queer", que tuvo sus primeros acercamientos a la música de la mano Lynda Stipe, su hermana, con quien formó una banda llamada Tanzplagen, que llegó a grabar un disco publicado en 1981.
¿Querían música feliz? ¡Tomen música feliz!
"Shiny Happy People" quizá sea el mejor ejemplo de la constante batalla entre arte y mercado que encontramos al analizar la carrera de R.E.M. Lejos de la felicidad que parece tener, la canción hace referencia a las manifestaciones de estudiantes chinos, que acabaron reprimidos por tanques de guerra en plena Plaza de Tiananmen. La ironía es puesta a prueba y llevada al extremo. La canción nunca menciona la matanza, pero el tema sobrevuela como un rumor en clave de parodia a un poster chino de época en el que aparecía un grupo de felices personas entrelazadas y bailando mientras sonreían. R.E.M. tuvo la capacidad de convertir en masiva esa canción casi infantil, que empieza con un vals y termina con la palabra "dit" repetida más de 100 veces. Además, contaron con la estridente y necesaria colaboración de Kate Pierson, vocalista de los míticos The B-52's, y una especie de chicle de frutilla musical que se pega en tu cabeza para empalagar hasta el hartazgo. Toda esta ironía también significó un tiro por elevación a la industria musical, que se cansó de etiquetar la música de la banda como "triste". Que una banda de culto hable en estos términos sobre una industria musical en apogeo es, además de anecdótico, valiente y necesario. R.E.M. manejaba un espectro musical tan amplio como para hacer convivir con igual potencia la dicharachera "Shiny Happy People" junto con su himno más famoso, Losing my religion. Este tema se hizo un lugar entre réquiems noventeros como Creep, Smells like teen spirit, Zombie o Wonderwall.
Unos años más tarde y con la herida de la muerte de Kurt Cobain todavía fresca, aparecería Monster, sin quizá el disco más guitarrero del grupo. "What´s the frecuency, Kenneth", el tema que lo abre, es una canción dedicada a un periodista de espectáculos al que le dieron una paliza mientras le hacían esa pregunta retórica. Ese espacio que el post-punk le fue dejando al rock alternativo durante los años 80 fue ocupado de lleno por estos pioneros, quienes lejos de quedarse en su zona de confort llevaron la relación entre fama e integridad hasta el borde mismo de la tensión durante este monstruo discográfico. R.E.M. parecía componer siempre pensando en el mensaje. “Bang and Blame” entre dientes habla de una mujer que está en una relación abusiva. Stipe canta sobre el final “You bang on me, beat on me, hit on me / Let go of me” y se mete donde pocos lo hacen. Amigo íntimo de Cobain, creador de un proyecto conjunto que nunca llegó a consumarse, Michael Stipe compuso de entre la pléyade interminable de ceremonias al fallecido vocalista de Nirvana, seguramente el más hermoso. "Let me in" es profundo y tiene el detalle no menor de haber sido grabada con Mike Mills tocando una guitarra que perteneció al mismísimo homenajeado. El impacto de esta muerte parece haber consumado la grieta entre arte y sociedad de consumo, ya todo había sucedido. Este fue un punto de no retorno para la banda, la sensación de haber sido derrotados pareció haberse apoderado de sus siguientes albumes.
Así fue como New Adventures in Hi-Fi (1996), Up (1998) y Reveal (2001) su sucedieron uno a otro casi sin una conducta clara, la banda pareció perder compositivamente el rumbo que traía.
Lejos quedó el lapsus de 1987, cuando Stipe, cansado de que la industria musical le tome el pelo, compuso la apocalíptica "It's the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)". Estamos ante nada menos que la primera canción que programó MTV en el año 2000, cuando moría el siglo que en "Electrolite" cantaron que se estaba echando a dormir.
Casi de la misma toma que este tema salió Bad Day, una furiosa diatriba con Stipe cantandole a aquellos que sólo quieren salvarse a sí mismos. Esta lógica recién volvería a repetirse en “Imitation of life” (2001) donde como una bocanada de aire, la banda describió Hollywood como "caña de azúcar y canela"... espejitos de colores. El vídeo de este tema se grabó en veinte segundos que pasan en bucle, haciendo foco en distintos personajes de la toma original, dejando claro que lo repetitivo de esas vidas imitadas era el foco de la canción. La voluntad del perpetuo cambio aparece entonces revalorizada en la obra de una banda que siempre se esforzó por no repetirse, por no ser una imitación de sí misma. R.E.M. hizo un sacrificio enorme por no terminar siendo una banda de covers de R.E.M. y este esfuerzo seguramente haya sido el que los agotó como grupo. Primero usaron la integridad como una fuente de inspiración, y luego usaron las fuentes de inspiración como un pretexto para poder componer canciones sobre cualquier cosa... un subte, Marlon Brando, la antimateria... ya todo tenía lugar dentro de la cabeza de un Stipe cada vez más emancipado. Esta tal vez sea la crónica de la carrera solista más anunciada dentro de los últimos 30 años de la música mundial.
¿Querían música feliz? ¡Tomen música feliz!
"Shiny Happy People" quizá sea el mejor ejemplo de la constante batalla entre arte y mercado que encontramos al analizar la carrera de R.E.M. Lejos de la felicidad que parece tener, la canción hace referencia a las manifestaciones de estudiantes chinos, que acabaron reprimidos por tanques de guerra en plena Plaza de Tiananmen. La ironía es puesta a prueba y llevada al extremo. La canción nunca menciona la matanza, pero el tema sobrevuela como un rumor en clave de parodia a un poster chino de época en el que aparecía un grupo de felices personas entrelazadas y bailando mientras sonreían. R.E.M. tuvo la capacidad de convertir en masiva esa canción casi infantil, que empieza con un vals y termina con la palabra "dit" repetida más de 100 veces. Además, contaron con la estridente y necesaria colaboración de Kate Pierson, vocalista de los míticos The B-52's, y una especie de chicle de frutilla musical que se pega en tu cabeza para empalagar hasta el hartazgo. Toda esta ironía también significó un tiro por elevación a la industria musical, que se cansó de etiquetar la música de la banda como "triste". Que una banda de culto hable en estos términos sobre una industria musical en apogeo es, además de anecdótico, valiente y necesario. R.E.M. manejaba un espectro musical tan amplio como para hacer convivir con igual potencia la dicharachera "Shiny Happy People" junto con su himno más famoso, Losing my religion. Este tema se hizo un lugar entre réquiems noventeros como Creep, Smells like teen spirit, Zombie o Wonderwall.
Unos años más tarde y con la herida de la muerte de Kurt Cobain todavía fresca, aparecería Monster, sin quizá el disco más guitarrero del grupo. "What´s the frecuency, Kenneth", el tema que lo abre, es una canción dedicada a un periodista de espectáculos al que le dieron una paliza mientras le hacían esa pregunta retórica. Ese espacio que el post-punk le fue dejando al rock alternativo durante los años 80 fue ocupado de lleno por estos pioneros, quienes lejos de quedarse en su zona de confort llevaron la relación entre fama e integridad hasta el borde mismo de la tensión durante este monstruo discográfico. R.E.M. parecía componer siempre pensando en el mensaje. “Bang and Blame” entre dientes habla de una mujer que está en una relación abusiva. Stipe canta sobre el final “You bang on me, beat on me, hit on me / Let go of me” y se mete donde pocos lo hacen. Amigo íntimo de Cobain, creador de un proyecto conjunto que nunca llegó a consumarse, Michael Stipe compuso de entre la pléyade interminable de ceremonias al fallecido vocalista de Nirvana, seguramente el más hermoso. "Let me in" es profundo y tiene el detalle no menor de haber sido grabada con Mike Mills tocando una guitarra que perteneció al mismísimo homenajeado. El impacto de esta muerte parece haber consumado la grieta entre arte y sociedad de consumo, ya todo había sucedido. Este fue un punto de no retorno para la banda, la sensación de haber sido derrotados pareció haberse apoderado de sus siguientes albumes.
Así fue como New Adventures in Hi-Fi (1996), Up (1998) y Reveal (2001) su sucedieron uno a otro casi sin una conducta clara, la banda pareció perder compositivamente el rumbo que traía.
Lejos quedó el lapsus de 1987, cuando Stipe, cansado de que la industria musical le tome el pelo, compuso la apocalíptica "It's the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)". Estamos ante nada menos que la primera canción que programó MTV en el año 2000, cuando moría el siglo que en "Electrolite" cantaron que se estaba echando a dormir.
Casi de la misma toma que este tema salió Bad Day, una furiosa diatriba con Stipe cantandole a aquellos que sólo quieren salvarse a sí mismos. Esta lógica recién volvería a repetirse en “Imitation of life” (2001) donde como una bocanada de aire, la banda describió Hollywood como "caña de azúcar y canela"... espejitos de colores. El vídeo de este tema se grabó en veinte segundos que pasan en bucle, haciendo foco en distintos personajes de la toma original, dejando claro que lo repetitivo de esas vidas imitadas era el foco de la canción. La voluntad del perpetuo cambio aparece entonces revalorizada en la obra de una banda que siempre se esforzó por no repetirse, por no ser una imitación de sí misma. R.E.M. hizo un sacrificio enorme por no terminar siendo una banda de covers de R.E.M. y este esfuerzo seguramente haya sido el que los agotó como grupo. Primero usaron la integridad como una fuente de inspiración, y luego usaron las fuentes de inspiración como un pretexto para poder componer canciones sobre cualquier cosa... un subte, Marlon Brando, la antimateria... ya todo tenía lugar dentro de la cabeza de un Stipe cada vez más emancipado. Esta tal vez sea la crónica de la carrera solista más anunciada dentro de los últimos 30 años de la música mundial.
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