Teoría del Fin de lo Real, de Jean Baudrillard
Dice Baudrillard que en la era digital, la proliferación de imágenes y simulaciones ha llevado a la desaparición de la distinción entre lo real y lo virtual. Lo que solía ser la "realidad" ha sido reemplazado por un hiperrealismo representado, una simulación que se percibe como más real que la realidad misma. Podemos dar algunos ejemplos al respecto.
a) Redes Sociales y la Construcción de Identidades
En plataformas como Instagram, los usuarios a menudo construyen una versión idealizada de sus vidas mediante la selección cuidadosa de imágenes, filtros y narrativas. Estas representaciones digitalmente perfeccionadas se convierten en una "realidad irreal" percibida tanto por ellos mismos como por sus seguidores, que además se presta a menudo para algún tipo de estafa. La vida real, con todas sus imperfecciones, queda relegada o incluso ignorada. El resultado es un hiperrealismo donde las identidades virtuales parecen más auténticas y atractivas que las reales.
b) Realidad Virtual (VR) y Simulaciones Inmersivas
Las tecnologías de realidad virtual permiten a las personas sumergirse en mundos simulados que son tan detallados y envolventes que pueden sentirse más "reales" que el mundo físico. Los usuarios pueden explorar paisajes, interactuar con entornos, e incluso experimentar emociones intensas dentro de estos espacios virtuales, hasta el punto en que la diferencia entre la experiencia física y la digital se difumina, creando una hiperrealidad.
c) Deepfakes y la Manipulación de la Realidad
Los deepfakes son videos manipulados mediante inteligencia artificial para hacer que alguien diga o haga algo que nunca ocurrió. Difícilmente exista una manifestación clara del hiperrealismo. Estos videos pueden ser tan convincentes como para pasar por reales. Este tipo de simulación plantea serios desafíos a la noción de verdad y realidad, a la deontología periodística y la ética, ya que lo falso se vuelve indistinguible de lo real.
El fin del mundo, iterar
Si miramos todo esto con un enfoque apocalíptico veríamos que vivimos en una "era de simulacros", donde lo virtual no soólo refleja lo real, sino que lo sustituye y lo borra. Como consecuencia tenemos un mundo donde lo físico y lo material se desvanecen, dejando a los individuos atrapados en una realidad artificial, despojada de autenticidad y rasgos distintivos. Una IA podrá replicar con extrema perfección cuanta producción humana pueda ser replicada, pero jamás podrá replicar el genio volátil de una composición vanguardista. Según Baudrillard, con esta era de repeticiones artificiales tenemos el "fin de lo real", lo cual puede interpretarse como una visión desesperanzadora del futuro, donde la humanidad pierde su anclaje en el mundo tangible y se sumerge en una existencia dominada por lo virtual. No podemos culparlo ni decirle que exagera, pero sí podemos - si nos ponemos optimistas - considerarlo solamente como uno de los destinos posibles.
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