El caso Bengoa / Casinos del Estado
Recordaremos el escándalo de los Casinos del Estado, que llevó a la cárcel a un director del Ministerio de Economía, sacudió a medio gobierno y dejó al descubierto la doble moral de un país donde el Estado administra el juego, roba… y trata a los ludópatas.
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| “El dinero público se mezclaba con intereses privados bajo la excusa de modernizar el juego” (SCJ – Sentencia, 2012) |
Principios de los 2000. Los casinos municipales de Montevideo estaban en crisis: pérdidas inexplicables para un casi monopolio del juego, contratos opacos y un sistema híbrido entre lo público y lo privado gestándose.
Juan Carlos Bengoa, contador y era hombre de confianza de Danilo Astori (Asamblea Uruguay), a quien metió en un quilombo hermoso, junto a varios personajes más del FA, se robó todo lo que pudo. Designado primero como director de Casinos de la Intendencia de Montevideo, y luego en Casinos del Estado, tuvo una trayectoria que lo ubicó en el corazón de la timba estatal.
Entre 2000 y 2005, bajo su dirección, los casinos municipales dieron pérdidas por más de 16 millones de dólares, según denunciaron ediles colorados y blancos. Cuesta imaginarse cómo podés dar pérdida con algo tan lucrativo, es casi como vender falopa y tener números rojos.
La justicia le hincó el diente a una serie de irregularidades en los contratos de alquiler de máquinas tragamonedas (slots) con empresas privadas como Folway S.A., a las que la comuna le pagaba alquileres fantasiosos, a todas luces inflados.
Un enchastre. El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Enrique Rubio, declaró en Canal 4 que apoyaba a los entonces ministros Arana, Mujica y Muñoz, salpicados en el caso por sus vinculaciones políticas. "Podremos meter la pata pero no la mano en la lata, y si alguien la mete se la cortamos", dijo en recordadas declaraciones previas al veredicto.
La Lista 15 los había involucrado con documentos, reclamando las renuncias de Arana y Muñoz. Además, ediles blancos pidieron al entonces intendente Ehrlich que inicie un juicio civil contra Bengoa.
Cuando se comenzó a tejer el entramado de complicidades apareció el nombre de Javier Dibitonto, cuñado de Bengoa, quien lejos de ser tonto trabajó en Folway. De hecho, según La mano en la lata (de Pablo Alfano y Fabián Werner), también trabajó en Sabid S.A., que además hacía un mantenimiento carísimo para los slots.
Bengoa terminó en la cárcel. 2007, la jueza Fanny Canessa y la fiscal Olga Carballo lo procesó junto a sus asesores Orestes González y José Luis Antúnez; en un expediente que detallaba pagos indebidos, contratos ficticios y adjudicaciones discrecionales. Antes de ir preso transfirió cualquier cantidad de dinero a un Banco brasileño, además de hacer varios retiros de cientos de dólares. Se la vio venir el muchacho, o le avisaron… Es que, obviamente, como la ley la hace gente como ellos, el honorable exjerarca sólo cumplió 2 años de los más de 4 de condena, saliendo con libertad anticipada en 2010. Para 2012, cuando el Tribunal de Apelaciones confirmó los 4 años y medio de condena, Bengoa ya estaba libre. Le pusieron una multa que fácilmente podía pagar con la que se robó y listo.
La Lista 15 los había involucrado con documentos, reclamando las renuncias de Arana y Muñoz. Además, ediles blancos pidieron al entonces intendente Ehrlich que inicie un juicio civil contra Bengoa.
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"Bengoa ideó, diseñó e implementó una estrategia destinada a favorecer a particulares en daño del Estado" y "participaron de dicha estrategia los señores González, Antúnez, Dalmonte y Ruiz, por lo que en el curso de la instrucción se determinará oportunamente si sus conductas son pasibles o no de ser atrapadas por algún otro tipo legal, además de los mencionados", sostuvo la jueza Fanny CanessaAdemás, señala la jueza que Sabid S.A. (empresa de Felipe Ruiz, exfuncionario municipal) intermediaria en varios de los tongos, facturaba cualquier cosa (lo cual también involucró a Gustavo Dalmonte) y fue beneficiaria de ese dinero desfalcado a la comuna. Esas empresas llegaban a Bengoa por vínculos con Orestes González y el otro delincuente de José Luis Antunez, quienes a su vez y según declaraciones del propio Bengoa, se acercaron por vínculos con José Mujica.
Cuando se comenzó a tejer el entramado de complicidades apareció el nombre de Javier Dibitonto, cuñado de Bengoa, quien lejos de ser tonto trabajó en Folway. De hecho, según La mano en la lata (de Pablo Alfano y Fabián Werner), también trabajó en Sabid S.A., que además hacía un mantenimiento carísimo para los slots.
Bengoa terminó en la cárcel. 2007, la jueza Fanny Canessa y la fiscal Olga Carballo lo procesó junto a sus asesores Orestes González y José Luis Antúnez; en un expediente que detallaba pagos indebidos, contratos ficticios y adjudicaciones discrecionales. Antes de ir preso transfirió cualquier cantidad de dinero a un Banco brasileño, además de hacer varios retiros de cientos de dólares. Se la vio venir el muchacho, o le avisaron… Es que, obviamente, como la ley la hace gente como ellos, el honorable exjerarca sólo cumplió 2 años de los más de 4 de condena, saliendo con libertad anticipada en 2010. Para 2012, cuando el Tribunal de Apelaciones confirmó los 4 años y medio de condena, Bengoa ya estaba libre. Le pusieron una multa que fácilmente podía pagar con la que se robó y listo.
Tras un intento de apelación ante la Suprema Corte de Justicia que fue un cachivache legal rechazado al toque, el tema quedó por ahí. También terminaron condenados los asesores José Luis Antúnez y Orestes González, como contábamos... Sin embargo, para la situación puntual de González el caso Bengoa no parece haber sido demasiado impedimento ya que en 2005, en medio del lío, llegó a dirigir Loterías y Quinielas del Estado, cosa que hizo hasta 2007, ya cuando iba en cana.
El diputado nacionalista Jorge Gandini interpeló a Astori en el Parlamento, comentando que Bengoa "contrató a Juan Kardjian como supervisor técnico del hipódromo de Maroñas, que en realidad era un operador que trabajaba en el casino Oceanía como intermediario de los prestamistas; Bengoa se lo llevó como asesor".
Gandini incluso mostró el CV de Kardjian y destacó que "en el primer lugar de las referencias aparece el contador Juan Carlos Bengoa". Kardjian estuvo en el centro del escándalo algunas semanas hasta que el tema se fue diluyendo. Todo terminó con juicios.
En 2015, el Colegio de Contadores, Economistas y Administrativistas del Uruguay se acordó de expulsar a Juan Carlos Bengoa de sus registros profesionales argumentando que “violó gravemente las normas de conducta profesional”, en referencia directa a sus delitos como funcionario público.
Respecto al Arq. y ex intendente Mariano Arana, en 2011 la justicia lo encontró inocente. Había sido nombrado por Bengoa en una nota con Brecha de Setiembre del 2007, cuando el reo dijo que “Ninguna decisión sobre casinos se tomó sin consultar a todas las autoridades; el problema es que soy el lado más delgado del hilo”. El fiscal Diego Pérez había pedido el procesamiento con prisión de Arana, y también de la exsecretaria general de la Intendencia, exlegisladora y exministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, y del exdirector de Desarrollo Económico de la Intendencia, Alberto Roselli por "fraude, concusión (coimas) y abuso de funciones". Y es que a pesar de esa acusación explícita y de que Arana y Muñoz autorizaron muchos de los pagos con su firma, no hubo elementos probatorios que indiquen que conocía lo que hacía Bengoa.
El diputado nacionalista Jorge Gandini interpeló a Astori en el Parlamento, comentando que Bengoa "contrató a Juan Kardjian como supervisor técnico del hipódromo de Maroñas, que en realidad era un operador que trabajaba en el casino Oceanía como intermediario de los prestamistas; Bengoa se lo llevó como asesor".
Gandini incluso mostró el CV de Kardjian y destacó que "en el primer lugar de las referencias aparece el contador Juan Carlos Bengoa". Kardjian estuvo en el centro del escándalo algunas semanas hasta que el tema se fue diluyendo. Todo terminó con juicios.
En 2015, el Colegio de Contadores, Economistas y Administrativistas del Uruguay se acordó de expulsar a Juan Carlos Bengoa de sus registros profesionales argumentando que “violó gravemente las normas de conducta profesional”, en referencia directa a sus delitos como funcionario público.
Respecto al Arq. y ex intendente Mariano Arana, en 2011 la justicia lo encontró inocente. Había sido nombrado por Bengoa en una nota con Brecha de Setiembre del 2007, cuando el reo dijo que “Ninguna decisión sobre casinos se tomó sin consultar a todas las autoridades; el problema es que soy el lado más delgado del hilo”. El fiscal Diego Pérez había pedido el procesamiento con prisión de Arana, y también de la exsecretaria general de la Intendencia, exlegisladora y exministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, y del exdirector de Desarrollo Económico de la Intendencia, Alberto Roselli por "fraude, concusión (coimas) y abuso de funciones". Y es que a pesar de esa acusación explícita y de que Arana y Muñoz autorizaron muchos de los pagos con su firma, no hubo elementos probatorios que indiquen que conocía lo que hacía Bengoa.
El entonces ministro Danilo Astori también estuvo salpicado por el tema ya que públicamente en más de una ocasión respaldó al ladrón de Bengoa, pero respaldar a un ladrón no es un crimen imputable…
También hubo polémica porque se dictaron los procesamientos sin citar a declarar al líder del MPP, José Mujica, quien según declaró Bengoa recomendó la contratación de Antúnez y González, lo cual generó alguna suspicacia. Estamos dando por buenas las palabras de un delincuente, siempre que estos hablan queda la misma duda
En “Los dueños del juego. El lucrativo negocio de las apuestas en Uruguay” (Alfano y Werner) integrantes de la Federación Nacional de Trabajadores del Juego (FENAJU) denunciaron que la gestión de Bengoa, fue “una especie de prueba piloto que luego se aplicó a nivel nacional”. Según se cuenta en el libro, integrantes del sindicato vieron en esa situación un impulso privatizador del Estado, enmarcado en un avance del Capitalismo que tiene otra pata en lo que consideran el proceso de privatización del Casino Nogaró de Punta del Este.
También hubo polémica porque se dictaron los procesamientos sin citar a declarar al líder del MPP, José Mujica, quien según declaró Bengoa recomendó la contratación de Antúnez y González, lo cual generó alguna suspicacia. Estamos dando por buenas las palabras de un delincuente, siempre que estos hablan queda la misma duda
En “Los dueños del juego. El lucrativo negocio de las apuestas en Uruguay” (Alfano y Werner) integrantes de la Federación Nacional de Trabajadores del Juego (FENAJU) denunciaron que la gestión de Bengoa, fue “una especie de prueba piloto que luego se aplicó a nivel nacional”. Según se cuenta en el libro, integrantes del sindicato vieron en esa situación un impulso privatizador del Estado, enmarcado en un avance del Capitalismo que tiene otra pata en lo que consideran el proceso de privatización del Casino Nogaró de Punta del Este.
El Estado que no debería promover una actividad que genera tantos trastornos para tantas personas.
Todo esto que suena un tanto conspiranoíco tratándose de juegos y apuestas tiene un correlato real. En 2010 el Estado uruguayo entregó el Casino Nogaró de Punta del Este a la empresa Vidaplan S.A. bajo un modelo mixto de gestión. La experiencia no fue buena, años después la firma acumuló deudas por más de US$ 500.000 en alquileres y fue embargada.
Tras los conflictos, Vidaplan demandó al Estado por US$ 50 millones, alegando “competencia desleal”. El MEF rescindió el contrato y en 2021 el casino volvió a explotación 100 % estatal. Un caso que resume el fracaso del modelo mixto en los juegos públicos.
Es un tema largo, también hubo experiencias que parecen haber salido bien. Tras el colapso del Jockey Club en los años 90, el Hipódromo Nacional de Maroñas quedó cerrado y en ruinas. En 2002, el Estado uruguayo concedió su gestión a Hípica Rioplatense S.A., un consorcio con mayoría de capitales argentinos, que se comprometió a invertir y reactivar la actividad.
El modelo privado permitió modernizar el predio, reabrir las carreras y recuperar miles de empleos directos e indirectos, transformando un símbolo del fracaso estatal en un ejemplo de gestión exitosa y autosustentable dentro del turf uruguayo.
Pero lo que hace este caso realmente interesante no es solo la corrupción.
Es la estructura que la hizo posible: un Estado que opera casinos, recauda millones supuestamente intenta rehabilitar a los ludópatas, regula su propia tentación, digamos.
Por si no quedó claro; en Uruguay el dueño del juego es el Estado. Los Casinos del Estado dependen del Ministerio de Economía y Finanzas, y manejan una red de salas en todo el país.
Esa red factura decenas de millones de dólares por año, parte de los cuales se destinan a Rentas Generales. La timba es, literalmente, una política fiscal más. Se habilitaron casinos mixtos, donde privados explotan salas bajo licencias estatales.
Además de ser una política fiscal, al ser del Estado los Casinos son un lugar donde meter gente a dedo, a los campeones del Mundial de 1950 se les ofreció un puesto de trabajo en los casinos municipales a modo de premio. Obdulio llegó a trabajar montón de años.
En materia de prevención, desde 2024 el MEF lanzó el primer Programa Nacional de Juego Responsable, con apoyo del MSP y la Udelar buscando “promover hábitos saludables de juego y prevenir la ludopatía”, con una línea 0800, capacitaciones y campañas de concientización.
Pero el Estado uruguayo no solo educa sobre el riesgo del juego: también lo publicita, regula y lucrativamente lo administra. Esa triple función lo pone en una situación ética compleja, es bastante hipócrita todo.
Mientras impulsa el “juego responsable”, sigue abriendo salas, licenciando plataformas online y dependiendo del juego como ingreso fiscal. Al mismo tiempo, según la Dirección de Casinos y la Udelar, cerca del 1 % de los uruguayos es ludópata (unas 35.000 personas), y en lugar como Maldonado la cifra supera el 4 %.
El Hospital de Clínicas de Montevideo mantiene una Unidad de Ludopatía, la única pública del país, que atiende gratuitamente a personas con adicción al juego. No sé cómo está hoy, pero por un informe similar la conocí en 2010 y era una habitación vacía con 6 sillas, literal.
Allí llegan trabajadores, jubilados, adolescentes. Gente que perdió no solo dinero, sino vínculos, hogares, salud mental. Un ludópata me contó que "Terminé jugando más de tres días de corrido. El corazón se me salía por la boca, el ruido del lugar me enfermaba, quería recuperar lo perdido y seguía perdiendo más".
En paralelo, crecen las apuestas online y la participación de operadores internacionales sin sede en el país. No hay registro público de cuántos de esos ingresos se destinan efectivamente a prevención de la ludopatía.
El Estado uruguayo, en su papel de casino, enfrenta una contradicción estructural:
no puede desalentar lo que necesita para financiarse.
Tras los conflictos, Vidaplan demandó al Estado por US$ 50 millones, alegando “competencia desleal”. El MEF rescindió el contrato y en 2021 el casino volvió a explotación 100 % estatal. Un caso que resume el fracaso del modelo mixto en los juegos públicos.
Es un tema largo, también hubo experiencias que parecen haber salido bien. Tras el colapso del Jockey Club en los años 90, el Hipódromo Nacional de Maroñas quedó cerrado y en ruinas. En 2002, el Estado uruguayo concedió su gestión a Hípica Rioplatense S.A., un consorcio con mayoría de capitales argentinos, que se comprometió a invertir y reactivar la actividad.
El modelo privado permitió modernizar el predio, reabrir las carreras y recuperar miles de empleos directos e indirectos, transformando un símbolo del fracaso estatal en un ejemplo de gestión exitosa y autosustentable dentro del turf uruguayo.
Pero lo que hace este caso realmente interesante no es solo la corrupción.
Es la estructura que la hizo posible: un Estado que opera casinos, recauda millones supuestamente intenta rehabilitar a los ludópatas, regula su propia tentación, digamos.
Por si no quedó claro; en Uruguay el dueño del juego es el Estado. Los Casinos del Estado dependen del Ministerio de Economía y Finanzas, y manejan una red de salas en todo el país.
Esa red factura decenas de millones de dólares por año, parte de los cuales se destinan a Rentas Generales. La timba es, literalmente, una política fiscal más. Se habilitaron casinos mixtos, donde privados explotan salas bajo licencias estatales.
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En materia de prevención, desde 2024 el MEF lanzó el primer Programa Nacional de Juego Responsable, con apoyo del MSP y la Udelar buscando “promover hábitos saludables de juego y prevenir la ludopatía”, con una línea 0800, capacitaciones y campañas de concientización.
Pero el Estado uruguayo no solo educa sobre el riesgo del juego: también lo publicita, regula y lucrativamente lo administra. Esa triple función lo pone en una situación ética compleja, es bastante hipócrita todo.
Mientras impulsa el “juego responsable”, sigue abriendo salas, licenciando plataformas online y dependiendo del juego como ingreso fiscal. Al mismo tiempo, según la Dirección de Casinos y la Udelar, cerca del 1 % de los uruguayos es ludópata (unas 35.000 personas), y en lugar como Maldonado la cifra supera el 4 %.
El Hospital de Clínicas de Montevideo mantiene una Unidad de Ludopatía, la única pública del país, que atiende gratuitamente a personas con adicción al juego. No sé cómo está hoy, pero por un informe similar la conocí en 2010 y era una habitación vacía con 6 sillas, literal.
Allí llegan trabajadores, jubilados, adolescentes. Gente que perdió no solo dinero, sino vínculos, hogares, salud mental. Un ludópata me contó que "Terminé jugando más de tres días de corrido. El corazón se me salía por la boca, el ruido del lugar me enfermaba, quería recuperar lo perdido y seguía perdiendo más".
En paralelo, crecen las apuestas online y la participación de operadores internacionales sin sede en el país. No hay registro público de cuántos de esos ingresos se destinan efectivamente a prevención de la ludopatía.
El Estado uruguayo, en su papel de casino, enfrenta una contradicción estructural:
no puede desalentar lo que necesita para financiarse.







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