Claroscuro

Abandonado el ego, casi dormido. Viene la paz, llega gestionar dolor. Comenzás a ver que de las heridas brotan raíces asintomáticas y mudas. Ausencias construyen refugios involuntarios y las risas tienen bordes filosos con los que te defiendes del mar, cortándolo fácilmente pero siempre, en realidad, sin herirlo.

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