La zoociedad del hartazgo


Los "noticieros" son una mentira más que no hace más que tratar de entretener a sus espectadores, la información es un objeto de consumo destinado a distraer y divertir, y no sólo a "informar". Desde el momento en que un noticiero tiene una duración estipulada (1hora, 2horas...) queda en evidencia que te están mintiendo, pues si tenés un día en el que casi no tenés nada que decir vas a tener que rellenar el tiempo con "noticias" snack, y si tenés un día en el que estás tapado de noticias vas a tener que resumir y tirarlo así nomás, como salga. es bueno ver que quien te informa puede usarte. y que a veces quien te informa y quien te gobierna son la misma organización.
O peor aún, que el concepto de "noticiero" sea una larga retahíla de nociones, prejuicios y manoseos intelectuales malintencionados y existentes con la única de instalar un sentido común o validar una serie concatenada de reclamos sociales o gubernamentales para así poder exponer lógicas de mercado como si fuesen lógicas de sentido común o negociados turbios que serán vendidos como "la voz de la calle", intereses espurios a vender como puntos de vista que se deducen de experiencias vitales y personas hartas... siempre están  hartas las personas. Es la zoociedad del hartazgo. 
Creímos que los informativos con un tiempo estipulado eran un error de concepto hasta que conocimos el infotainment y su forma perniciosa de mezclar las decisiones que afectan directamente a la población con un caldo gástrico corrosivo que solamente produce ataques de ansiedad y paranoias tan pequeñas que casi no las notamos pero terminan siendo el sustrato informativo de conocimiento inmediato en el cual disolvemos los nutrientes que pasan por esa sonda nasogástrica que es "vivir" (me tomo la licencia poética de llamar a esto "vida") en una ciudad que no tiene la culpa de las taras culturales que sus estructuras exudan. 

La santísima trinidad

"Control" es el término que Burroughs ha acuñado 
para designar al nuevo monstruo, aquel 
en quien Foucault ve encarnado nuestro futuro inmediato"
Gilles Deleuze
La velocidad, el éxito y la falta de arraigo son hoy la santísima trinidad. Tampoco está la cosa como para andar defendiendo la lentitud, el fracaso y la parálisis pero el punto, del que trato de no irme, es que fuimos cediendo lentamente a una velocidad tan imperceptible como constante. Hoy aceptamos vivir de formas que no elegimos, con niveles de comunicación y narcicismo que sabemos que hacen mal y con alimentos que no comeríamos si tuviésemos opción. No es necesario ser extremista para verlo ni es necesario tomárselo al pie de la letra para aborrecerlo. It´s life itself, como dice un poema. No hay mucho que hacerle, el orden que nos ordena no es el fruto milimétrico del raciocinio de seres buenos ni malos que detentan poderes despóticos con la finalidad de acumular X cosa y someter a la mayor cantidad de individuos posibles, ya no se trata de eso. Es peor aún, es como un gas deleuziano, un equilibrio desbalanceado de poderes, micropoderes, relaciones de poder y proyecciones loxodrómicas azarosas que nadie pensó o elaboró realmente, y de ahí su caótica progeria, su compleja madeja. Si se tratase solamente de malvados déspotas al poder la solución sería algo no muy lejano a un cadalso a donde subir al malo de turno para luego jugar al fútbol con su cabeza, o lo que quede de ella. Esta hidra imposible de decapitar a la sólo parece posible integrarse, en tanto aleación, o desintegrarse, en tanto anomalía; pero de la que algunos elegimos prescindir hasta cierto grado de sacrificio cotidiano. 
  

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