El atentado nazi a Soledad Barrett
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CONTEXT
Soledad Barrett nació en 1945. Era nieta de Rafael Barrett, escritor y periodista anarquista nacido en España y radicado en Paraguay, célebre por su denuncia de las injusticias sociales en el Río de la Plata.
1962 no fue un año cualquiera. Fue uno de los más tensos de la Guerra Fría, con el mundo al borde de una guerra nuclear, independencias sangrientas y la región latinoamericana atravesada por violencia política. El hecho más recordado: la crisis de los misiles en Cuba (octubre de 1962). La URSS instaló misiles nucleares en la isla y EE.UU. respondió con un bloqueo naval. El planeta estuvo al filo de una guerra nuclear.
En paralelo, en Asia se peleaba la guerra sino-india en el Himalaya (China vs. India, octubre-noviembre), y EE.UU. aumentaba su intervención en Vietnam del Sur, con más de 11.000 militares desplegados.
La descolonización también marcó el año: en julio de 1962 Argelia logró su independencia tras ocho años de guerra contra Francia. Fue uno de los procesos más sangrientos de la época.
Europa seguía dividida: en Berlín, el muro levantado en 1961 se consolidó como símbolo de la Guerra Fría. Y tanto la URSS como EE.UU. multiplicaban pruebas nucleares en tierra, aire y mar.
En América Latina, la Guerra Fría se sentía fuerte: Cuba fue expulsada de la OEA en enero de 1962, quedando aislada diplomáticamente en la región. Y en Uruguay, esa misma radicalización global se ramificó con varias expresiones; desde la creación de movimientos precursores de guerrilleros hasta hechos de violencia política inéditos como el atentado nazi de julio de 1962 a Soledad, la nieta de Barrett
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La descolonización también marcó el año: en julio de 1962 Argelia logró su independencia tras ocho años de guerra contra Francia. Fue uno de los procesos más sangrientos de la época.
Europa seguía dividida: en Berlín, el muro levantado en 1961 se consolidó como símbolo de la Guerra Fría. Y tanto la URSS como EE.UU. multiplicaban pruebas nucleares en tierra, aire y mar.
En América Latina, la Guerra Fría se sentía fuerte: Cuba fue expulsada de la OEA en enero de 1962, quedando aislada diplomáticamente en la región. Y en Uruguay, esa misma radicalización global se ramificó con varias expresiones; desde la creación de movimientos precursores de guerrilleros hasta hechos de violencia política inéditos como el atentado nazi de julio de 1962 a Soledad, la nieta de Barrett
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Biba Itler
Según la investigación de Magdalena Broquetas (GEIPAR), ese día un grupo de jóvenes neonazis la secuestró en la zona del Zoológico de Villa Dolores. La obligaron a gritar “¡Viva Hitler!” y “¡Abajo Fidel!”.
Soledad se cagó en las amenazas y cantó retruco: “¡Viva Fidel! ¡Viva la revolución!”, gritó. Como represalia, los agresores tallaron esvásticas en sus muslos con cuchillas. Fue abandonada en la vía pública y trasladada al Hospital de Clínicas. La prensa de la época difundió fotografías de las marcas en su cuerpo. El caso generó conmoción y llegó al Parlamento uruguayo.
Abandonada en la vía pública y trasladada al Hospital de Clínicas, tuvo que ver como la prensa derechosa de de la época acusó un "autoatentado". Comenzaron a difundirse fotos de las marcas en su cuerpo y la conmoción llegó al Parlamento uruguayo. Según Broquetas, El Día y otros diarios publicaron la denuncia de Soledad el 7 de julio. Ella incluso identificó a un agresor: Pedro Andrade Arregui, detenido entre otra decena de indagados pero liberado poco después. El caso nunca tuvo una condena
Rafael, paraguayo por elección, revolucionario por vocación, pasó más tiempo en la cárcel que en la casa, y murió en el exilio. Alguna vez escribió que "Si el Bien no existe, hay que inventarlo". El caso muestra la presencia de grupos nazifascistas activos en Montevideo en los 60, algo confirmado por investigaciones sobre la reacción derechista de la época. Soledad continuó su militancia. Primero en la Juventud Comunista en Uruguay y luego en Brasil, donde se unió a la organización armada VAR-Palmares, junto a Dilma Rousseff.
En 1973, con 27 años, Soledad fue víctima de la traición del “Cabo Anselmo”, un marinero y jefe revolucionario que la entregó para que la maten, en lo que hoy es recordado como la Masacre de la Chácara São Bento. La historia de Soledad Barrett enlaza el legado libertario de su abuelo Rafael con las luchas y tragedias de una generación que enfrentó dictaduras y violencia política en todo el Cono Sur. Y el atentado nazi de Montevideo en 1962 permanece como uno de los episodios más graves de violencia ideológica en el Uruguay del siglo XX.
Soledad se cagó en las amenazas y cantó retruco: “¡Viva Fidel! ¡Viva la revolución!”, gritó. Como represalia, los agresores tallaron esvásticas en sus muslos con cuchillas. Fue abandonada en la vía pública y trasladada al Hospital de Clínicas. La prensa de la época difundió fotografías de las marcas en su cuerpo. El caso generó conmoción y llegó al Parlamento uruguayo.
Abandonada en la vía pública y trasladada al Hospital de Clínicas, tuvo que ver como la prensa derechosa de de la época acusó un "autoatentado". Comenzaron a difundirse fotos de las marcas en su cuerpo y la conmoción llegó al Parlamento uruguayo. Según Broquetas, El Día y otros diarios publicaron la denuncia de Soledad el 7 de julio. Ella incluso identificó a un agresor: Pedro Andrade Arregui, detenido entre otra decena de indagados pero liberado poco después. El caso nunca tuvo una condena
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| Masacre de la Chácara São Bento |
En 1973, con 27 años, Soledad fue víctima de la traición del “Cabo Anselmo”, un marinero y jefe revolucionario que la entregó para que la maten, en lo que hoy es recordado como la Masacre de la Chácara São Bento. La historia de Soledad Barrett enlaza el legado libertario de su abuelo Rafael con las luchas y tragedias de una generación que enfrentó dictaduras y violencia política en todo el Cono Sur. Y el atentado nazi de Montevideo en 1962 permanece como uno de los episodios más graves de violencia ideológica en el Uruguay del siglo XX.








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