Libertad, salud, etc...


Del mismo modo que en el estado teocrático se pretendía salvar por decreto a los hombres de la maldad intrínseca en el ser humano, fruto del pecado original y de la debilidad de la carne, el estado terapéutico pretende ahora curar a los hombres de ser lo que son de cualquier manera, sea por las buenas o por las malas. Como ha señalado Savater en más de una oportunidad, los burócratas tienden siempre a interpretar la libertad como un peligro y por eso han conseguido que el estado decrete lo que debe ser la salud para una persona a un en contra de su propia voluntad.
Una persona libre debe tener derecho a matarse o intoxicarse con lo que se le antoje, no obstante debido a la proscripción de ciertas sustancias, las personas pueden intoxicarse con tabaco pero no con otra droga, pueden hacerlo con alcohol pero no con éxtasis, al legislar sobre las sustancias el estado invita al consumo de unas y no de otras. Si el estado desea velar sobre las personas debe permitir la legalidad de las sustancias y controlar su calidad.


Fernandez Romar, Juan E.; Los fármacos malditos, el holograma de las drogas y otros ensayos; Nordan; Montevideo; 2000.

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