Sobre la cercanía y esas ilusiones


nada que ver...
Mi tía jugó el número 398 a la quiniela, cuando salió el 397 dió un profundo respiro taquicárdico y dijo que era una pena, que estuvo muy cerca de que salga su número... el hecho es la virtualidad de lo posible, su condición de ser sin ser. Ella perdió estando a un número del que salió tanto como pudo haber perdido jugando al 111 en el mismo sorteo. La suerte no sabe de capaz, es una dualidad, o está o no está y vos ¿vos de qué lado estás?

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