surcirse

esa gente convencida de que son las 3 de la mañana. pero convencidos como si 3 de la mañana, buenos aires o diabético tuviesen algún correlato real con lo que uno debe atravesar. sabe más de la vida un cocainómano pidiendo monedas para llamar al dealer y vendiendo su ropa para comprar combustible que la troupe de intelectuales humanistas que recitan cursos de memoria en las aulas húmedas de alguna universidad reticulada y más parecida a un matadero que aun lugar para pensar. 

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