De la teatralización como modo de existencia

Todos listos
Como ese escarabajo que se encoje cuando lo toco, fingiendo ser atacado. Yo sé que él va a fingir. Él sabe que yo no lo estoy atacando, que solamente lo estoy tocando, tocando por tocar. Estoy jugando. Ambos sabemos que eso no es real. Pero sostenemos la ilusión. Él cumple con su parte y yo con la mía. Él se encoje. Y yo lo toco. Y ambos cumplimos nuestro rol porque el otro cumple el suyo. En un retorno sin principio ni fin la vida discurre como esa impostación, ese teatro crónico nos rodea. Los valores éticos y morales son cuestión de qué contexto nos rodea y nos rodeó, incluso hasta dependen de qué contexto creemos que nos va a rodear luego. 
El resto es poesía.

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