Casa Azul


Zona desmilitarizada
En 1968, 30 soldados norcoreanos de la unidad de fuerzas especiales 124 fueron a Corea del Sur. Misión: matar al Presidente surcoreano.
Pasaron la frontera haciendo un agujero en la valla de la zona. Luego fueron a casa presidencial caminando, como un surcoreano más. En una de las acampadas que hicieron por el camino los descubrieron 4 surcoreanos. Lejos de matarlos lo que hicieron según las crónicas fue hablarle de lo maravilloso que era comunismo y seguir con su itinerario. Tres días después del inicio de su periplo llegaron a Seul. Allí, se pusieron uniformes del ejército surcoreano que traían consigo desde el norte. Dos policías que pararon al grupo murieron tiroteados, y tras una suculenta balacera había 92 bajas surcoreanas entre muertos y heridos. Uno de los comandos norcoreanos fue capturado y se las arregló para suicidarse. El resto huyó y fueron cazados durante los días siguientes. Todos menos uno, que capturaron y no se suicidó (vivo a día de hoy según wiki) y al otro día volvió a Corea del Norte. 
La revancha
Los surcoreanos intentaron hacer lo mismo el año siguiente y alcanzaron niveles dignos de anime.
Reclutaron a 31 civiles: chorros, criminales y jóvenes desempleados. Les prometieron mucho dinero.
Los llevaron a una isla de mierda para entrenarlos intensivamente. Tan intensivo fue el entrenamiento que siete murieron durante el entrenamiento. Esta unidad (Unidad 684) tenía el único objetivo de matar a Kim Il Sung pero al poco de formarse, las relaciones entre las Coreas mejoraron.
Misión cancelada. Entonces los criminales surcoreanos enloquecieron, mataron a 6 guardas de la isla, se fueron a Corea del Norte, secuestraron un bondi y todo este parabellum terminó con algunos suicidándose con granadas y otros tantos siendo tiroteados. Sobrevivieron cuatro, a los que juzgaron y ejecutaron.
Y esa es la historia de las Coreas intentando asesinar al presidente opuesto.
Otra historia hermosa de las coreas refiere a por qué tuvieron que poner estríctas nornas sobre el tamaño de las banderas en Panmunjom, la zona limítrofe desmilitarizada.
En Panmunjom hay una “zona segura” donde los de uno y otro lado se reúnen a hablar sus cosas de coreanos. Resulta que el post-conflicto coreano está plagado de altercados rarísimos, y en esta “zona segura” ha habido unos 800 desde el 53.
Peleas a las trompadas, insultos, luchas cuerpo a cuerpo con martillos y destornilladores, un árbol que casi empieza la guerra otra vez.
 El árbol de la discordia

Durante las reuniones iniciales, una noche se cuelan en la sala donde se van a encontrar varios norcoreanos con un montón de sierras. Con nocturnidad y alevosía, cortan un trozo de las patas de las sillas en las que se van a sentar los aliados. Cuando estos llegan y ven que están sentados por debajo de sus interlocutores, muy enojados se retiran de la charla. Como represalia, durante la siguiente reunión, los surcoreanos llevaron una bandera que pusieron sobre la mesa. Los norcoreanos también se enojan y deciden retirarse, pero acuden a la siguiente reunión con su bandera. Más grande, más maravillosa, más bandera.
En la siguiente reunión los surcoreanos llevaron una bandera sensiblemente mayor. Tipo Nacional vs Peñarol pero con asiáticos. La salvaje escalada en los tamaños de banderas continuó imparable. Llegó a su fin cuando convocaron una reunión especial para tratar el tema. La reunión no acontenció porque se dieron cuenta de que se estaban comportando como idiotas, algo que los hinchas de Peñarol y Nacional aún no hicieron... Desde entonces, las banderas han permanecido más o menos estáticas.


BUENA PARTE DE ESTA HISTORIA FUE TOMADA DE ESTA CUENTA DE TWITTER, A LA CUAL LE AGRADEZCO EL APORTE.

Comentarios

También podés leer