Carta abierta a Ultratón
Para quienes no lo conocen, Ultratón era una autómata que formaba parte del elenco de Cacho Bochinche. La función de Ultratón era básicamente, denigrar a los niños, humillarlos exponiendo cual delitos las travesuras (a veces ni eso) ante el numeroso público de dicha emisión televísiva. Podemos asumir a Ultratón como un policía televisado de los años 90`s, si consideramos que su (dis) función social era la de escrachar a los menores infractores, dejarlos en evidencia y ejercer intentos correctivos basados en una moralización constante, bajadas de línea. Meterse con pibes.
El dudoso honor de su creación se lo debemos al ilustre Cacho de la Cruz (Piece of the Cross, para los muchos lectores anglófonos del blog...) y en pocas palabras, esta máquina es un eslabón pérdido entre un contenedor de la IMM y una aspiradora.
Ahora, hablamos de un buchonazo tremendo, que siempre va con la corriente del que manda, los padres. Ultratón sabía a quién tener de su lado.
Ultratón afirmaba recibir correos tanto postales como luego electrónicos con quejas de padres que probablemente odiaban a sus niños y hacían denodados esfuerzos por humillarlos delante de todo el país por TV.
Un amigo del sitio, Marquitos, habló con Idioteche en exclusiva al respecto y nos relató su experiencia traumática:
Y es que Ultratón es eso, un personaje al que no por nada se le dió forma de autómata. Ultratón podría haber sido un árbol sabio, un pajarito que todo lo ve, un inocente gato curioso... pero no, en lugar de eso es un robot, la imagen de la perfección y el no-error. La imagen posmoderna de lo perfecto, de lo que no se permite fallas y es objetivo. Es entonces que la palabra de este robot es como un cálculo aritmético hecho por una mega calculadora, algo que aunque te moleste dio un resultado correcto, que se deduce de las premisas presentadas. Eso se trasunta en el hecho de que sea un robot y no otro tipo de personaje.
Otro tema a tener en cuenta es el (dudoso) criterio de acusación que tiene éste aparato, dado que sólo escucha una campana. Recibe denuncias de padres o demás familiares presumiblemente resentidos, pero no recibe denuncias de menores, niños, los principales implicados.
Si Ultratón es tan amigo de los niños y los quiere tanto tal vez debería recibir denuncias de maltrato infantil, humillar y exponer frente a su audiencia a esos xadres y no a los niños que les responden a ellos. Y es que a veces la indisciplina de un niño puede ser un síntoma de algo más grande y no "un niño sin remedio".
Retratemos la situación: Ultratón no sopeza opiniones y luego realiza un juicio basándose en un solo punto de vista, que no siempre puede ser verosimil o siquiera correcto. Cacho acusa "Fulanito le dice vieja de mierda a la abuela" y la tribuna de orcos abuchea "noooh", todos se horrorizan, ese harem infanto-juvenil que eran "Las Chinchin" mete cizaña y todos piden la cabeza del infante criminal de las buenas costumbres. Cacho incita a la masa de seguir con el insano deporte de humillar niños y que pase el que sigue, como un matadero. Todos siguen gritando... y nadie hace dos preguntas:
Bart Simpson expresa con más claridad que muchos de nosotros la sensación que pueden sentir los niños. En un capítulo en que Homero se va a ir de caza, a matar venados Bart reclama: "Mamá, es injusto ¿porqué papá puede irse a matar animales con su escopeta y si yo mato un pájaro con mi onda me mandan al psiquiatra?"
Es difícil expresarlo más claro que eso.
El dudoso honor de su creación se lo debemos al ilustre Cacho de la Cruz (Piece of the Cross, para los muchos lectores anglófonos del blog...) y en pocas palabras, esta máquina es un eslabón pérdido entre un contenedor de la IMM y una aspiradora.
Ahora, hablamos de un buchonazo tremendo, que siempre va con la corriente del que manda, los padres. Ultratón sabía a quién tener de su lado.
Ultratón afirmaba recibir correos tanto postales como luego electrónicos con quejas de padres que probablemente odiaban a sus niños y hacían denodados esfuerzos por humillarlos delante de todo el país por TV.
Un amigo del sitio, Marquitos, habló con Idioteche en exclusiva al respecto y nos relató su experiencia traumática:
"Me tomó cerca de dos años de terapia recuperarme del shock que me produjo ver cómo el robóc de mierda ese decía por televisión que yo seguía durmiendo con mi mamá cuando tenía casi diez años... iba a la escuela y todos se reían de mi, quise abandonar la escuela y mi madre le mandó otra carta a Ultratón diciendo que yo seguía queriendo dormir con ella y que ahora quería abandonar la escuela... Cacho dijo al aire que yo no iba a tener futuro si eso sucedía... más todavía. Ahora que soy mayor de edad estoy asesorándome legalmente para demandar a Cacho, esto no puede ser, en mi cabeza quedó una sensación de que no puedo dormir con mujeres porque eso está mal, además la gente me sigue tomando el pelo, en la facultad me dicen Edipo y se ríen de mi... y después de que Cacho dijo que yo no iba a tener futuro no he podido consolidarme en nada en mi vida"
Otro tema a tener en cuenta es el (dudoso) criterio de acusación que tiene éste aparato, dado que sólo escucha una campana. Recibe denuncias de padres o demás familiares presumiblemente resentidos, pero no recibe denuncias de menores, niños, los principales implicados.
Si Ultratón es tan amigo de los niños y los quiere tanto tal vez debería recibir denuncias de maltrato infantil, humillar y exponer frente a su audiencia a esos xadres y no a los niños que les responden a ellos. Y es que a veces la indisciplina de un niño puede ser un síntoma de algo más grande y no "un niño sin remedio".
Retratemos la situación: Ultratón no sopeza opiniones y luego realiza un juicio basándose en un solo punto de vista, que no siempre puede ser verosimil o siquiera correcto. Cacho acusa "Fulanito le dice vieja de mierda a la abuela" y la tribuna de orcos abuchea "noooh", todos se horrorizan, ese harem infanto-juvenil que eran "Las Chinchin" mete cizaña y todos piden la cabeza del infante criminal de las buenas costumbres. Cacho incita a la masa de seguir con el insano deporte de humillar niños y que pase el que sigue, como un matadero. Todos siguen gritando... y nadie hace dos preguntas:
- ¿Qué habrá hecho la vieja ortiba esa para que el niño le dedique esas palabras de odio?
- Cuántas veces la vieja esa habrá hecho lo mismo que el niño mientras habla del vecino que pone la música alta, o del perro de equis (x) que le hizo popó en su jardín o del almacenero que le robó dos pesos o le subió un peso de más al azúcar... ¿cúantas veces lo hace, y cuántas veces una máquina a la que se le ha delegado cierta autoridad punitiva lo denuncia por TV?
Bart Simpson expresa con más claridad que muchos de nosotros la sensación que pueden sentir los niños. En un capítulo en que Homero se va a ir de caza, a matar venados Bart reclama: "Mamá, es injusto ¿porqué papá puede irse a matar animales con su escopeta y si yo mato un pájaro con mi onda me mandan al psiquiatra?"
Es difícil expresarlo más claro que eso.
Comentarios
enorme, ale.
Pice of a cross . Saludos Mica.