conflictos entre machos y hembras en el apareamiento

Le pedí a una maravillosa twittera si me permitía usar uno de sus Thread para la idioteca, acá va:

Mucha gente cree que las agresiones entre machos y hembras sólo existen en la especie humana, incluso lo hemos visto varias veces en la prensa. Pero como iremos viendo, esto no es necesariamente cierto.
Lo cierto es que si un encuentro comúnmente involucra una decisión sobre si aparearse o no, las estrategias masculinas que les permitan eludir cualquier resistencia de la hembra para aparearse podrían, bajo ciertas circunstancias, extenderse en la población.
Y las estrategias para lograr aparearse son de lo más variadas. Van desde el abuso cuando la hembra no es consciente o el uso de drogas, hasta el acoso, el uso de la violencia y la violación. Incluyendo trampas y “dardos fertilizantes”!
Dependiendo del tipo, las agresiones de los machos parecen aumentar la probabilidad de que las hembras se apareen posteriormente con sus agresores.
Y demás, es importante recordar que muchos estudios muestran que las heridas graves no son infrecuentes, pudiendo causar la muerte, el aborto o a la pérdida de la capacidad reproductiva
Por ejemplo, en especies poligíneas o promiscuas, los machos a veces atacan a las hembras que quieren abandonar el grupo. Entre ellas encontramos a los machos territoriales de algunos ciervos, que atacan con sus astas a las hembras que quieren abandonar el grupo.
También encontramos a los babuinos hamadryas machos, que amenazan a las hembras que intentan irse (al parecer el gesto es el equivalente a fruncir el ceño), y si no regresan en el momento, les muerden en el cuello.
babuinos
Aunque esto entra dentro de ejemplos del uso de la agresión para establecer relaciones, que es también muy interesante y hay muchos casos complejos, en este post quiero centrarme sólo en los relacionados directamente con el apareamiento.

Empecemos por las agresiones donde la hembra no tiene conciencia o no puede reaccionar a la agresión y no hay ninguna fase de apareamiento. Hablemos de algunos murciélagos, moscas y mosquitos. 


Un ejemplo inquietante; algunos murciélagos que se agrupan para hibernar. Mientras que las hembras entran rápidamente en letargo invernal, los machos eligen nichos más cálidos pudiendo así permanecer activos durante más tiempo o incluso "despertar" periódicamente. Los machos usan este momento para copular con las hembras aletargadas que no pueden ofrecer resistencia. Las hembras almacenarán durante el invierno los espermatozoides que fertilizarán sus óvulos a principios de la primavera.



Esto no mola nada y así de primeras no parece que sea cosa del patriarcado. Seguro que a muchos nos parece horrible también el caso de algunas moscas de la fruta que en condiciones naturales patrullan las pupas de las hembras para copular con estas nada más emergen.
Estas hembras tienen muy pocas posibilidades de resistirse a la cópula, aún son blanditas y transparentes y sus alas todavía no se han desplegado.
Un escenario evolutivo similar puede haber estado involucrado en la evolución del apareamiento de pupas en insectos. Por ejemplo, la especie de mosquito Opifex tiene un sistema de apareamiento, llamémosle, inusual.
A diferencia de la mayoría de las especies de mosquitos, que se aparean en vuelo, en esta especie tiene lugar en la superficie del agua.
Los machos captan y protegen las pupas hembras (y machos) que están cerca de emerger y justo antes de que la hembra haya terminado de salir, ya están copulando con ellas.
Cualquier rasgo de persistencia que incremente la efectividad en el apareamiento podrá verse favorecido. Y lo cierto es que rara vez encontramos casos donde no puede existir resistencia, los casos de acoso y agresión son más frecuentes entre animales.
Nuestro siguiente grupo son aquellos que utilizan toxinas contra la hembra para evitar cualquier comportamiento de resistencia o agresión de ella y que parecen estar también relacionados con disminuir el riesgo de ser canibalizados.
Algunos grupos de escorpiones presentan el fenómeno del "aguijón sexual". En algunas especies el macho administra picaduras múltiples durante el cortejo, perforando el cuerpo de la hembra. Aunque no se sabe si el macho realmente envenena a la hembra, se ha sugerido que el veneno es transferido y que la picadura sexual puede drogar a las hembras para someter comportamientos de resistencia o para que no se los coman.

Un ejemplo mejor conocido es la araña Agelenopsis aperta, donde los machos han desarrollado una estrategia para anestesiar a las hembras que les rechazan. Consiste en rociar a la hembra con una toxina sedante. A veces el macho se deja inconsciente a sí mismo, pero cuando no es así, insemina a la hembra mientras todavía está noqueada.



Otras arañas atan a las hembras para inmovilizarlas, aunque creo que mejor eso lo dejamos para otra sección de trampas o agresiones sin drogas, donde también hablaremos de patos o elefantes marinos.
Aunque las drogas son llamativas, su uso tampoco parece el más común. Hablemos ahora de las trampas que los machos utilizan para que no se les escape la hembra si decide que ya no quiere copular.
La resistencia de la hembra a aparearse antes o durante la cópula es un evento común. A todas nos entran dudas. Aunque en algunas especies las trampas para evitar resistencia siempre están presentes en el apareamiento, en otras simplemente dan ventaja al macho que las desarrolla.
Los datos parecen mostrar que es ventajoso para la hembra asumir los costes de resistencia (aunque hay especies donde la estrategia es no resistir), esto sugiere la existencia de coevolución entre los rasgos de persistencia y resistencia. Pero mejor lo dejamos para otro momento.
Miremos por ejemplo los a los quizá no tan conocidos “escorpiones voladores”. Este bonito insecto posee unas estructuras con forma de pinza en el abdomen de los machos que retienen a la hembra antes y durante la cópula, aunque las hembras intenten evitar este enganche. Para entender si se trataba realmente de una violación, se inhabilitaron estas “pinzas” cubriéndolas con cera. Y lo que se observó es que sin este agarre, los machos fueron incapaces oponerse a la resistencia de las hembras a la cópula y, en consecuencia, no pudieron aparearse.
Pero cuando los machos tenían una ofrenda nupcial (comida) para ofrecer a las hembras, estas no ofrecían resistencia y las "pinzas" no eran necesarias para el apareamiento. Parece entonces que las utilizan para aparearse en contra de la voluntad de las hembras.
Una estructura de enganche similar la observamos en algunos grillos machos. Para copular, la hembra sube por del macho y comienza a alimentarse de las alas blanditas del macho, lo cual la mantiene ocupada durante un tiempo mientras el macho transfiere su espermatóforo.
Pero si la hembra termina de comerse las alas del macho, no parece encontrar muchos motivos para esperar a que el macho complete la transferencia del espermatóforo e intentará irse. Aquí la trampa del macho entra en acción. Pequeños dientecitos en el abdomen de los machos retienen a las hembras en los casos en los que se queden sin alas que comer mientras copulan. Hay muchos ejemplos de estructuras trampa para retener a la hembra en contra de su voluntad, como ven (en la foto tienen otro ejemplo). Pero creo que antes de pasar a los mordiscos o al abuso sin desarrollo de estructuras, voy a contarles mi favorito. 


El acoso por parte de los machos también es común en algunas especies de peces como los guppies y algunos mollies. Estos tienen una aleta anal modificada en forma de tubo que permite a los peces machos de las familias medio engancharse a una hembra para depositar esperma.



Bajo algunas condiciones, los machos acosan a las hembras que son reacias a aparearse, e intentan copular “a escondidas” intentando engancharse a la hembra. Pero hay otros peces que tienen un comportamiento aún más elaborado.
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Bajo algunas condiciones, los machos acosan a las hembras que son reacias a aparearse, e intentan copular “a escondidas” intentando engancharse a la hembra. Pero hay otros peces que tienen un comportamiento aún más elaborado.


Lo que se observa es que durante la cópula el macho hace un salto repentino y zas! Aletazo, le clava gonopodio y el espermatóforo será liberado a medida que roza con la abertura genital femenina. Y ellos solo miden 2cm! Después de una hora el espermatóforo estará vacío, pero las hembras adultas se pueden ver con un gran número de espermatóforos clavados. No sé muy bien por qué es mi favorito, quizá porque me parece el menos horrible o quizá porque me los imagino jugando a los dardos.
Ya me he cansado de los que desarrollan estructuras (pero hay más), así que pasamos a los que utilizan la agresión como normalmente es entendida. 
Son los que menos molan porque nos parecen más conscientes de lo que hacen y porque pueden llegar a matar a la hembra.
Por ejemplo, en varias especies de patos, los machos con frecuencia acosan a las hembras en tierra, agua y aire! Lo que suele pasar es que lo machos agarran a las hembras con sus picos e intentan montarlas.



Y es bastante común que una pareja atraiga la atención de muchos más machos, resultando en una masa de machos luchando y subidos a una sola hembra en el medio. Las luchas llegan a ser tan violentas que las hembras pueden morir (hasta un 10% de la mortalidad femenina anual).



Tenemos un caso parecido con la abeja excavadora de Dawson. Iba a describirlo, pero David Attenborough lo explica mejor, den click.

El sistema de apareamiento de focas, lobos marinos y morsas se caracteriza por el acoso frecuente a las hembras. Los elefantes marinos son particularmente desagradables. Teniendo en cuenta que los machos pesan varias veces más que las hembras, podemos imaginar el escenario.
Durante los últimos días de lactancia, las hembras se aparean con el macho dominante antes de destetar a las crías y regresar al mar. Aunque el cortejo es directo y agresivo, generalmente hay poca resistencia a los intentos de apareamiento por parte de los machos dominantes.
Dentro del grupo las hembras están más o menos protegidas por el macho dominante, pero están relativamente indefensas cuando tienen que regresar al mar, donde la mayoría son interceptadas y montadas por los machos no dominantes que rodean a los harenes durante la temporada.



Aunque las hembras a menudo se resisten fuertemente a estos intentos, un macho puede dominar físicamente a una hembra golpeando con todo su peso sobre su espalda y mordiéndole el cuello. Las lesiones sufridas pueden resultar en la muerte de la hembra.
En algunos lugares los machos hacen incursiones en grupo, donde varios machos no dominantes invaden territorios e intentan establecer por la fuerza su dominancia o secuestrar hembras de los harenes.
Machos, hembras y crías, suelen terminar con heridas muy graves, e incluso la muerte. A veces simplemente porque durante una pelea caen sobre una hembra o una cría y los aplastan.
Antes de continuar vamos a hacer un pequeño inciso. Inciso que parece solo necesario cuando los datos parecen contradecir alguna premisa del feminismo hegemónico (que la agresión contra la hembra no existe fuera de la especie humana). Estudiar un comportamiento NO lo justifica.
Es importante no caer en la falacia naturalista. Que algo tenga un componente biológico no quiere decir que sea lo correcto y tampoco quiere decir que no se pueda modular. El peligro de esta falacia es grande.
Dar por sentado que "el orden natural" es lo correcto justificaría cualquier componente biológico que se encontrase en un comportamiento como positivo aunque fuera muy nocivo. Así que dejen de creer que estudiar algo lo justifica de una vez.
Por otro lado, ya que lo mencionan, sí, es muy útil estudiar la agresión (en general) en humanos desde esta perspectiva (datos!). La manera que tenemos de explicar este fenómeno ha sido muy útil hasta hace poco. Pero también es cierto que parece que hemos topado con un límite
Por otro lado las explicaciones que utilizamos normalmente (un todo cultural/patriarcal) tienen algunos fallos a la hora de explicar, por ejemplo, el fenómeno de la agresión en las parejas homosexuales. O a la hora de entender la agresión hacia los varones.
O para entender por qué en países con mayores políticas de igualdad hay más casos de violencia. Y es que para estudiar este fenómeno nos encontramos con varios problemas y uno es un problema metodológico importante que muchos creen que no importa, y sí, mucho.
Y es importante, creo yo, entender a qué nos enfrentamos. Empezamos a tener respuestas pero, al preguntar a expertos, parece normal que no se tengan en cuenta en sociedad. Por lo tanto, sí, es importante estudiar y explicar el fenómeno de la agresión con mayor profundidad.

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