Souvenirs humanos
Tras el terremoto en Haití a comienzos del 2010, no pasó mucho tiempo antes de que “solidarios” uruguayos se presentaran ante las autoridades correspondientes con la inquietud de querer adoptar niños sobrevivientes del sismo.
Algo así como coleccionar souvenirs de personas que pasaron por experiencias que tuvieron extremada difusión por parte de los medios masivos de comunicación.
Al ver ese comportamiento emergente lo único que se puede reflexionar con seriedad es que más que solidaridad, lo que esa gente tiene parece ser cierta forma macabra de morbo. Pues la noticia del día podría estar en su casa comiendo con ellos en caso de poder adoptar un pequeño souvenir de carne de Haití.
¿qué cosa convertía a un niño sobreviviente de una tragedia televisada en más susceptible de adopción que un niño del propio país o de cualquier otro país?
¿qué acaso vivir la tragedia era una virtud?
¿iba ese niño haitiano a considerarse afortunado después de ver como su pobre país se caía a pedazos, por la chance de irse a un país diferente en la otra punta del continente para tener que aprender una cultura nueva, un idioma nuevo y conocer un universo nuevo de personas?
Daba la sensación de que la hiperrealidad generada estaba en su punto de clímax. Gente que no tenía ni idea de siquiera dónde quedaba Haití, ahora se acordaba no solo de que ese lugar existía, sino que se enteraba por los medios masivos de los abrumadores números en lo relativo a la pobreza y desnutrición en dicho país, números que no nacieron una hora después de terminado el show del terremoto, sino que nacieron hace un par de siglos gracias a la salvaje rapiña de determinados colonizadores.
Los mismos colonizadores que ahora se horrorizaban ante la comunidad internacional por la tragedia de dicho país caribeño. Que paradójica (o morbosamente) fueron los que endeudaron y robaron Haití.
Los medios de comunicación de masas no fueron ajenos, sacaron su buena tajada instalándose en el lugar para tener vista de primera mano y llevársela en carretilla en base a los millones que vendieron en publicidad, porque para quien aún no se dió cuenta, la desgracia es el negocio de los agraciados.
Hoy día nadie hablaba de Haití, Haití había existido durante los días posteriores al terremoto, luego de eso Haití desapareció, todo fue paz y amor y final feliz. Y ahora un nuevo hit para las rotativas ¿qué es esto? ¿cólera? ¡precioso! otra tragedia, tenemos noticias para vender por un rato más...
Algo así como coleccionar souvenirs de personas que pasaron por experiencias que tuvieron extremada difusión por parte de los medios masivos de comunicación.
Al ver ese comportamiento emergente lo único que se puede reflexionar con seriedad es que más que solidaridad, lo que esa gente tiene parece ser cierta forma macabra de morbo. Pues la noticia del día podría estar en su casa comiendo con ellos en caso de poder adoptar un pequeño souvenir de carne de Haití.
¿qué cosa convertía a un niño sobreviviente de una tragedia televisada en más susceptible de adopción que un niño del propio país o de cualquier otro país?
¿qué acaso vivir la tragedia era una virtud?
¿iba ese niño haitiano a considerarse afortunado después de ver como su pobre país se caía a pedazos, por la chance de irse a un país diferente en la otra punta del continente para tener que aprender una cultura nueva, un idioma nuevo y conocer un universo nuevo de personas?
Daba la sensación de que la hiperrealidad generada estaba en su punto de clímax. Gente que no tenía ni idea de siquiera dónde quedaba Haití, ahora se acordaba no solo de que ese lugar existía, sino que se enteraba por los medios masivos de los abrumadores números en lo relativo a la pobreza y desnutrición en dicho país, números que no nacieron una hora después de terminado el show del terremoto, sino que nacieron hace un par de siglos gracias a la salvaje rapiña de determinados colonizadores.
Los mismos colonizadores que ahora se horrorizaban ante la comunidad internacional por la tragedia de dicho país caribeño. Que paradójica (o morbosamente) fueron los que endeudaron y robaron Haití.
Los medios de comunicación de masas no fueron ajenos, sacaron su buena tajada instalándose en el lugar para tener vista de primera mano y llevársela en carretilla en base a los millones que vendieron en publicidad, porque para quien aún no se dió cuenta, la desgracia es el negocio de los agraciados.
Hoy día nadie hablaba de Haití, Haití había existido durante los días posteriores al terremoto, luego de eso Haití desapareció, todo fue paz y amor y final feliz. Y ahora un nuevo hit para las rotativas ¿qué es esto? ¿cólera? ¡precioso! otra tragedia, tenemos noticias para vender por un rato más...
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