Usar y desconocer.
El que sea apenas un insignificante botón el que ponga en marcha un intrincado laberinto de cables o circuitos o chips o engranajes para conseguir tostar un trozo de pan, genera o mantiene vivo entre los usuarios una especie de sentimiento mágico, puesto que, fascinados, sólo precisan de un leve toque al comando para cambiar el canal sin sospechar siquiera cómo se producirá el prodigio.
No somos inteligentes, compramos cosas hechas por tipos inteligentes.
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