Ontologías: La incredulidad


No creo en nada. Pero lo mío es la ceguera total, definitiva. Abajo de la bandera, pastabase de incredulidad es lo mío. Bajo la bandera fumando pasta y en la bandera dice INCREDULOS.
Me fuerzo a no creer. Soy una foca de la incredulidad. No quiero hacerlo, no me interesa, encuentro que cada vez que alguien cree en X el riesgo no lo vale, y las desilusiones son demasiadas. Me parece más económico (también es más cobarde) suspender mi fé. Lo hago a conciencia
Me traés a dios de la mano y yo lo miro a los ojos y le digo "yo no creo que vos existas", es una decisión que tomé para mi vida hace rato, refugiarme en que sólo creo en el arte... nada más. El arte, en todas sus expresiones, puede transformar cosas. El arte y la educación son mi único militancia conciente. 
Está claro que este tipo de militancias no implican que todo lo relacionado al arte o la educación queden validados, puede que sí o puede que no, pero entiendo que estas dos disciplinas tienen el potencial de mejorar esa cosa que llamamos "mundo" y suele ser bastante sesgada y caprichosa. 
Esto está íntimamente relacionado con mi vida, como cualquier filosofía que alguien predique. Relacionado con haber estado en un pozo y salir del mismo con arte. No me rescató dios, no me rescató un equipo de fútbol (¿existe esa posibilidad?) ni un partido político... me rescató el arte y haber agarrado algunos libros a tiempo. 

La relevancia del arte

La filosofía es una forma de la poesía, ese es el axioma sobre el que me muevo hace un tiempo. No me parece algo tan creíble, considero que se trata, en una gran cantidad de casos, de un montón de excesos del lenguaje pronunciados en tono profético. Pero esto no va en detrimento de su relevancia cultural, al revés, la poesía es la forma suprema del discurso humano. Hay artes que fueron tomadas en serio y la filosofía es eso, una confusión en las taxonomías. sin darnos cuenta le dimos entidad de discurso taxativo a una cosa y de discurso estético a otra cuando son lo mismo. Y este tipo de divisiones caprichosas gastadas rigen nuestras cabezas (sugiero seguir las ideas de Foucault para profundizar esto...).  
La historia, por ejemplo, es un cuento, un relato, es una fábula más o menos ordenada en torno una "realidad" que no existe como cosa en sí, la historia es una versión de un montón de acontecimientos, por momentos proba, por momento ficcional. La historia puede no repetirse, idéntica como una iteración, pero rima.

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