La vida de Roky Erickson, uno de los fundadores de la psicodelia
"La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser tan absolutamente libre que tu misma existencia es un acto de rebelión"
Albert Camus
Manual de instrucciones para construir un mito
Erickson salió del encierro pero ya no era el mismo. Las sesiones de electrochoques complementaban enormes dosis de clorpromazina que supieron administrarle para bajar un poco sus ánimos. Esto se sumaba a los años de LSD, peyote, hongos, marihuana, y cuánta droga pudo consumir... No hay cabeza que aguante, y la de Roky no fue la excepción. Durante el encierro había compuesto decenas de canciones alabando a Dios, pero al salir lo primero que hizo fue cambiar al destinatario de esas alabanzas, quien ya no sería Dios sino ahora el Diablo. Sus canciones paulatinamente se llenaron de una fauna mitológica compuesta por ETs, demonios, zombis, vampiros... Roky miraba películas de terror y componía música sin entender que eso era ficción. Por momentos tenía raptos de conciencia, como la vez que declaró "no soy New Wave, mi música es algo así como Horror Rock, ideas que inspiran historias".
Icono de la generación hippie norteamericana, prolífico y talentoso, Erickson ostenta un récord no muy frecuente, el de haber compuesto con igual capacidad y vigencia en los años `60, `70 y `80. Lo más raro es que Roky componía de a un tema, los grababa por separado pero sus discos parecen hechos de una sola toma, tienen una profunda identidad, impropia para alguien que jamás se encerró en un estudio a decir "voy a grabar un disco". Ya para 1970, Erickson escuchaba voces dentro de su cabeza. Lo torturaban confesándole conspiraciones impronunciables y no son pocos quienes lo recuerdan harto, llorando y dando piñas a una pared para que se callen.
De estas voces sale Two headed dog, una oda a un experimento (que resultó en carnicería) soviético para tener cancerberos quiméricos, perros con más de una cabeza...
Casi a modo de currículum, en 1980 Roky afirmó haber pactado con el diablo para entregarle su alma a cambio de buenos riffs de guitarra. En 1982 firmó una declaración jurada (ver foto) diciendo que un ET había invadido su cuerpo y lo controlaba.
Paso a paso fue perdiendo pie en el ambiente musical y para 1990 ya vivía de los planes sociales que daba el Gobierno, rastrillando lo que podía en la calle, trabajando como músico callejero y robando algún incauto de vez en cuando. Ese año, artistas de renombre como Z Z Top, R.E.M., Jesus and Mary Chain y Butthole Surfers (claros cultores de la psicodelia, estos últimos) se juntaron para homenajearlo grabando un disco llamado Where the Pyramid Meets the Eye: A tribute to Rocky Erickson.
En el año 2000 su hermano le salvó la vida mientras Roky se paseaba por las calles de Texas vistiendo carteles que blasfemaban contra Dios y anunciaban una invasión ET. Roky dejó este mundo hace poco más de un año y todavía no tiene heredero claro, ya nadie existe como acto de rebelión en el rock, nadie mueve los cimientos de eso llamado Rock, en lo que ya todo parece haber sido inventado.
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