Los crímenes de Shell en Nigeria

Nigeria también es uno de los países más contaminados del mundo, además es un importante productor petrolero a nivel mundial... ya veremos que estas dos cosas estás asociadas.

Context

El delta del río Níger es una de las reservas petrolíferas más grandes del mundo y Nigeria es el décimo país con mayores reservas de petróleo a nivel mundial.
Esta riqueza le salió caro a buena parte de los nigerianos. Los vertidos tóxicos y la contaminación llevan décadas destruyendo el ecosistema local. 
En 2008 un grupo de agricultores nigerianos acompañados de una ONG europea ambientalista le entabló un juicio a la petrolera por el daño irreparable sobre el ecosistema de su aldea... Antes de que llegue Shell, los agricultores vivían de la pesca y podían desarrollar cultivos que les permitían producir su propio alimento. La petrolera envenenó sus aguas y tierras con las constantes pérdidas que las instalaciones tenían y hacían imposible que algo pueda vivir en tres pueblos linderos al delta del Níger.
Así fue como la justicia holandesa (donde está radicada la filial de Shell en Nigeria ) condenó a la multinacional a pagar una millonaria indemnización a los agricultores nigerianos. Para ellos, Shell es "responsable de los daños resultantes de los derrames". El fallo señala que Shell actuó ilegalmente al permitir que se produjeran fugas y no limpiar lo contaminado. El tribunal responsabilizó a la filial holandesa y no a la empresa matriz, aunque le demandó la colocación de sistemas de detección para evitar derrames. 
Pero éste no fue un camino recto, la batalla legal duró 13 años, dentro de los cuales algunos de los demandantes falleció por causas naturales (eran personas de la tercera edad). Shell se defendió diciendo que las fugas eran productos de saqueos que lugareños hicieron, pero no presentó pruebas de ningún tipo. 
Te enveneno y si te quejás te acuso

Otra mancha (de petróleo) en el tigre

Este no fue el único antecedente que tiene la multinacional anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell en el populoso país africano. Un estudio de 2011, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), había dejado en evidencia la polución de la zona y su relación con la petrolera. El subsuelo “severamente contaminado” y niveles de hidrocarburos que representan "una seria amenaza" en el agua que los lugareños bebían fueron algunos de los resultados que alarmaron a los investigadores.
Al menos diez comunidades ogoni (como se conoce al pueblo autóctono del lugar) estaban siendo envenenados por una empresa millonaria que no tomaba los suficientes recaudos para desarrollar su actividad comercial sin dañar a la población local. La PNUMA señaló además al gobierno nigeriano y otras compañías explotadoras de las refinerías de petróleo como responsables de estos desastres ambientales al vertir un total 17,5 millones de litros: siete piscinas olímpicas de petróleo. Ese mismo año, una fuga en una plataforma de Shell a mar abierto derramó 40.000 barriles de petróleo al océano Atlántico. Fue el peor vertido ocurrido en alta mar en la última década y dejó una mancha de 70 km de largo que se extendía por más 900 km.

Vínculos con el poder

Shell llegó a Nigeria en 1937 y 20 años más tarde encontró crudo en Oloibri, al oeste del país. Nigeria exporta la quinta parte de su petróleo a Europa, pero la relación ha tenido vaivenes llenos de tensión para sociedad local. En los años 90`s Shell se alió al régimen militar que gobernaba el país y desarrollaron una serie de operaciones armadas que asesinaron miles de ogonis por protestar contra sus atropellos.
Amnistía Internacional señala documentos que confirman cómo Shell financió soldados que cometieron crímenes de lesa humanidad contra manifestantes pacíficos locales. 
Repasemos algunos de los crímenes:
  • 30 de abril de 1993, el ejército hirió de bala a 11 residentes en Biara. Un mes antes un documento interno de Shell indica que la empresa “suplicó” al gobernador del estado de Rivers protección militar mientras sus contratistas construían un oleoducto.
  • A la semana siguiente, el 4 de mayo, Shell volvió a pedir “ayuda”, y el ejército disparó contra protestas comunitarias en Nonwa, asesinando a un hombre.
  • El 11 de ese mismo mes, directivos de Shell se entrevistaron con gobernantes de seguridad en Abuya “para movilizar el apoyo a altos niveles del gobierno”. Desde el Gobierno dijeron que “pronto se acabaría” el problema con los ogoni. Shell ofreció apoyo logístico y no pareció preocupado por las violaciones de DDHH que se estaban cometiendo.
  • Diciembre de ese año: Nigería había vivido un regimen dictatorial desde 1983, en el 93 recuperaron una breve democracia que no llegó a fin de año ya que otro golpe militar sacudió el país. Antes de que termine 1993 representantes de la multinacional volvieron a mover sus contactos para resolver las protestas de los locales.
  • Durante los primeros días de 1994 la dictadura nigeriana creó una Fuerza Especial de "Seguridad Interna" que de inmediato perpetró decenas de violaciones a los DDHHs. En febrero los soldados dispararon contra miles de personas que se manifestaban pacíficamente ante la filial de Shell en el lugar.
  • 3 de marzo, Shell directamente le pagó al comandante Paul Okuntimo la friolera de 900 millones de dólares para que cree un escuadrón de 25 hombres que se encargaría de hacer cualquier desastre. Un documento interno de Shell detalla que el pago era una “muestra de gratitud y un elemento para motivar una disposición favorable y constante en relación con Shell en tareas futuras”. La Fuerza Especial de Seguridad Interna terminaría cometiendo brutales crímenes en Ogoniland, donde mató, violó y torturó miles de habitantes de la región.
  • 10 de noviembre de 1995, Ken Saro-Wiwa, reputado escritor que líderaba protestas del Movimiento por la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) fue ejecutado. A Ocho colaboradores cercanos de Saro-Wiwa les inventaron causas, los torturaron y metieron presos en juicios sumarios. Finalmente los ejecutaron sin que Shell nunca se preocupe por nada.

Se arregla con plata

La evidencia de que a partir de 1990 Shell estaba al tanto de que sus peticiones provocarían violaciones a los DDHHs es incontrastable, fue probada judicialmente, expuesta por organismos internacionales como Amnistía y tiene como fuente los propios documentos internos de la petrolera. Ya en 1990, Shell había pedido ayuda a una policía paramilitar para disuadir manifestantes pacíficos, en una incursión que terminó con 80 muertos y casi 600 casas quemadas. El comandante Paul Okuntimo era entonces una figura pública que salía por TV comentando sus incursiones. Incluso hay registro de una comunicación que el embajador neerlandés envió a Shell explicando que el ejército había matado unos 800 ogonis. Por todo esto, en 2021, la multinacional acordó legalmente pagar a las comunidades de Ogoni 95 millones de euros. 
Más allá de aceptar tácitamente las acusaciones, después de este escándalo publicaron una carta explicando que "con respecto a los derrames, mantenemos que fueron causados por terceros durante la guerra civil nigeriana (1967-1970), un período difícil que resultó en un daño significativo a la infraestructura de petróleo y gas en la región del Delta del Níger".

Comentarios

También podés leer