Gasómetro del Montevideo

Este 2024 se cumplirán 20 años desde que el gasómetro de la Rambla Sur de Montevideo dejó de funcionar, aprovecho la amable sugerencia de un lector y cuento su historia

CONTEXT

Ubicado frente a la Rambla montevideana, entre las calles Río Negro y Julio Herrera y Obes, este esqueleto metálico idiosincrático del paisaje montevideano supo ser una estructura para almacenar gas y controlar su presión.
Los gasómetros son un símbolo arquitectónico británico, más concretamente referidos a la época victoriana y la revolución industrial. 
Ph: Damian Cejas Delgue
Hoy su puesta en valor sería relevante, ya que quedan en pie pocos de estos edificios a nivel mundial.
Prácticamente enfrente tiene los restos del viejo edificio de la compañía de gas Montevideo, que desde En 1975 son patrimonio histórico de la ciudad.
La compañía de gas está ubicada en un tramo de la Rambla que la ciudad le ganó al Río de la Plata durante el ensanchamiento costero de la década del 20`s, y que incluyó sepultar dos playas naturales.

Compañía de gas Montevideo

"De la playa chica, que muere en el gas"

"La obra que va a realizar esta comisión puede afirmarse sin temor, es la de mayor trascendencia que ha realizado y que quizás pueda realizar en mucho tiempo el Municipio de Montevideo"
Aseguraba César Batlle Pacheco, vicepresidente del Concejo de Administración Departamental y miembro de la Comisión Financiera de las Obras de la Rambla Sur, en un discurso pronunciado en marzo de 1926. 
Escafandras
En 1928 comenzó la magnánima obra, si tomamos en cuenta la carencia de tecnología. Buzos con escafandras le ganaron metro a metro al Río de la Plata, no respetando la geografía marítima y dibujando una nueva frontera para la ciudad. 
La rambla 
montevideana finalmente sería una obra arquitectónica faraónica, con un alcance urbano tan fuerte como para que se la haya naturalizado, a punto tal de que muchos creen que siempre estuvo ahí. Este paseo marítimo se despliega durante casi veinte kilómetros de ciudad reconfigurando la identidad de una Montevideo que, a diferencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creció mirando al río, y no de espaldas a él. 
El modernismo pasaba por encima de lo que sea necesario, seguramente hoy sería un escándalo. Ya en su momento la obra tuvo sus polémicas porque para desarrollarla fueron expropiados predios limítrofes a la línea costera. Al expropiarlos murió "El Bajo", que era el barrio prostibulario que tenía Montevideo, un ex barrio. Eso llevó a que, en su momento algunos se opusieron a la obra por considerar que era clasista; un paseo público al que podrían acceder fácilmente los pocos montevideanos con vehículo en detrimento de la mayoría de los citadinos, que eran de bajos ingresos. 
Otra modificación interesante del paisaje urbano significó la demolición del Templo Inglés, que estaba al pie del Río, al que le daba la espalda, y su posterior reconstrucción un par de cuadras ciudad adentro y ahora mirando al mar. La actual embajada de EEUU está ubicada sobre lo que antes era la Playa Santa Ana.

La figura del barón de Mauá

No se sabe con certeza cuándo fue construido pero sí se sabe que en su momento llegó a haber 6 gasómetros en todo Montevideo. Sabemos también que durante los años 30`s fue reubicado para darle pie al mencionado ensanche de la rambla; y que en 1954 fue remodelado.
estatua al barón de Mauá 

El predio tuvo varios dueños, entre los que destaca quien es considerado el primer industrial de la historia del Brasil, Irineu Evangelista de Sousa, “el barón de mauá”.
El Dique Mauá fue una obra idiosincrática para la zona, tanto que está unido vía túnel subterráneo a la Catedral Matriz. El túnel está decorado con pequeños azulejos traídos desde Valencia en la época colonial de la ciudad y, si bien está tapiado por peligro de derrumbe, se puede ver su entrada pidiendo autorización en la Catedral. 
El Barón (o vizconde) de Mauá (una playa brasileña) también fue importante, supo crear un Banco con intensa actividad en el Montevideo poscolonial. Además, su estancia en Soriano hoy es el Castillo Mauá, donde según un lector me contó, 
hay una bodega que produce los Vinos Mauá. Además, en sus salones de la planta baja está el Museo Berro de Paleontología. La casona montevideana, aún en pie, por la calle Juan Carlos Gómez, hoy es un bien patrimonial de la ciudad.
Castillo Mauá
La casona 

EX FUMO DARE LUCEM

Finalmente en manos inglesas, el gasómetro dejó de ser útil comercialmente sobre finales de los años 60´s. Para 1970 los ingleses se fueron dejando todo en manos del estado, que gestionó de forma un tanto deficitaria y poco ceñida a las normas del derecho todo lo relativo a la Compañía hasta que, con la expropiación de 1973, hubo herramientas para trabajar mejor con la infraestructura.
Quiso la historia que una semana después de la expropiación se dicte el golpe de estado más sanguinario de la historia del país, enmarcado en el Plan Cóndor para la coordinación represiva de las dictaduras del cono sur y cuyas consecuencias económicas y sociales aún vivimos.
Engranajes del reloj
En la ExCompañía de Gas hay una torre con un reloj que fue fabricado en 1858. Se rompió varias veces y siempre resultaba reparado por la propia voluntad de sus empleados, quienes contraviniendo las órdenes de sus patrones lo arreglaban. En el edificio está la leyenda “EX FUMO DARE LUCEM” (Del humo sale la luz). En 1860, la Junta Económico Administrativa de Montevideo definió como única materia prima para la elaboración del Gas el carbón mineral, y dispuso que las instalaciones de la usina productora debían instalarse en la última manzana de la calle Florida, sobre la costa sur. Un ingeniero de apellido Lúgaro tomó para sí la lírica responsabilidad de reflotar ese reloj insumiendo su tiempo libre en la reparación. Progresivamente, reloj y Compañía dejaban de tener utilidad, repuestos, o se volvía oneroso en su mantenimiento. Un día ya no hubo empleados para arreglar el reloj, un día la ciudad había adquirido otros recursos para acopiar el gas y una vieja planta de procesamiento carbonífero no era necesaria.
Desde entonces tanto la ex compañía como el gasómetro se han visto sometidos a un lento, inexorable y casi imperceptible desarme.

Dale Gaz!

En su momento un mural circular en honor al artista Alfredo de Simone, obra de Manuel "manolo" Espínola Gómez, gran artista uruguayo nacido en Solís de Mataojo, decoró los restos del dinosaurio de gas, que para muchos niños del barrio era una estructura en riesgo de explosión constante. 
También hubo película que lo incluyó, "Carmen Vidal, mujer detective", de Eva DansAdemás, inspiró alguna que otra canción.
En las últimas décadas surgieron varios proyectos que trataron de hacer una puesta en valor, centrada sobre todo en el gasómetro. Refuncionalizar fósiles urbanos permite que haya hilos conductores entre la ciudad que hubo y la que hay.
Este enfoque resulta sustentable ya que acompaña el natural crecimiento de las ciudades y lo hace más amigable al indagar en la geometría oculta de la memoria urbana, generando valor patrimonial y que los huesos se integren como elemento urbano vivo. Este fue el proyecto de unos vecinos de la zona. 
Entre 2010-11, estudiantes de la Facultad de Arquitectura hicieron el proyecto "Dale Gaz", que proponía parasitar el esqueleto de la usina para crear un centro cultural multipropósito. Dejo carpeta completa
Templo Inlgés, durante su demolición
En el libro, “La compañía de Gas” de Juan Antonio Varese, se cuenta un proyecto psicotrópico de reutilización de ese espacio que pretendía transformar el esqueleto de casi 20 metros de altura en un gran tamboril, que albergaría una exposición permanente vinculada a la historia de este instrumento y del barrio Sur. Además, incluía un sistema de parlantes que cada cierta cantidad de hs emitiría el sonido de un tamboril con un volumen tal que podría ser escuchado en varios barrios a la redonda.
El MIEM lo cedió a la ANEP para que allí se construya la Universidad de la Educación, que formará a los docentes, y el centro cultural de candombe sur.

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