Namibia, el primer genocidio del S XX

Vamos a conocer una serie de experimentos llevados a cabo a comienzos del siglo XX en los que científicos alemanes trataron de obtener evidencia empírica de la "superioridad racial" de la raza aria sobre la afro. Vamos a conocer lo que hizo Alemania en Namibia; el primer genocidio de S XX.

CONTEXT

1884, Berliner Konferenz: Las grandes potencias europeas se reparten el mundo, especialmente África, un continente que hasta hace unos 10 años todavía no se había cartografiado en su totalidad.
En esa conferencia, el II Reich (1871-1919) pactó control sobre los actuales Togo, Camerún, parte de la actual Ruanda, y Namibia. Este pacto le permitió a la Alemania del káiser Guillermo II y de Otto Von Bismark, convertirse en colonia imperial. 
Según Kabunda Badi (2016) el reparto comenzó varios años antes de la Conferencia y se extendió hasta entrada la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial). 
“En Berlín, donde África fue por primera vez el tema de una conferencia internacional, sorprende la ausencia de los africanos en dicho acontecimiento histórico” (Kabunda Badi, 2016, p 10).

La Franja de Caprivi

Tan absurdo es el delineado a mapas que hicieron los europeos que incluye un apéndice de tierra llamado Franja de Caprivi, nacido de un trueque imperialista anglo-germano firmado en 1890
Mapa namibio
La historia cuenta que los alemanes querían unir su colonia en la actual Namibia con Tanganica (actual Tanzania) a través del río Zambeze, de acceso británico. Así fue como le ofrecieron a la isla de Zanzíbar (frente a la actual Tanzania) y un territorio de la actual Kenia.
Franja de Caprivi
Esos territorios servían a los ingleses para construir un tren que una Uganda con Mombasa, lo cual les permitía expoliar de mejor forma esta región africana, es bueno contarlo para que se vea con qué seriedad se trazaban límites. Así fue como los alemanes se hicieron con la Franja de Caprivi, pura y exclusivamente para llegar hasta el Río Zambeze y y desarrollar su plan. El proyecto terminó frustrado porque en el Río están las cataratas que los locales conocen como Mosi-oa-Tunya y que los ingleses, en honor a su Reina (como siempre) bautizaron como Cataratas Victoria, a mediados del S XIX. 
Caprivi tuvo un intento independentista por finales del S XX, debido a que la etnia que vive allí, el pueblo Lozi, es más parecido culturalmente a sus vecinos de Zambia, Angola y Botsuana que a los namibios, pero la secesión fue sofocada.

Lüderitzland 

Ya había entrado el S XX y la German South West África sólo tenía unos 4.000 colonos germanos. Namibia, la más grande de esas colonias, sería conocida desde entonces como la German South West África, esta fue su bandera.
Un par décadas antes un comerciante alemán, Adolf Lüderditz, se instaló en la zona y compró grandes porciones de tierra usando estratagemas turbias como intercambiarlas por baratijas, acuerdos opacos con los líderes de etnias, o intentos de enfrentar distintos clanes… Tras engañar al jefe de la etnia local Nama (conocidos en Occidente como hotentotes), se hizo de un enorme territorio sobre la desembocadura del río Orange, el cual en una muesca de originalidad llamó LüderitzlandActo seguido, Lüderitz le pidió apoyo al gobierno alemán para crear un protectorado en la región, con lo cual tendría protección militar para sus negocios. Tras varios idas y vueltas lo terminó obteniendo. ¿saben quién quedó a cargo de Lüderitzland? el jurista y diplomático Heinrich Göring, padre del futuro jerarca de la Alemania nazi, Hermann Göring.

El primer genocidio de S XX

Las etnias locales comenzaron a rebelarse frente a este engaño que permitió a los colonos alemanes robarse semejante territorio. En 1896, una revuelta terminó con una masacre de los locales, que terminaron sometidos frente al poderío imperial de los ocupantes. En 1904 otra etnia, los Herero, organizó un nuevo ataque contra los colonos alemanes, matando a más de 100.
Samuel Maharero, líder Herero
Esta venganza generó que pusieran a cargo de la parte militar de la colonia al Gral. Lothar von Trotha, conocido en el ambiente bélico germano por sus antecedentes llenos crueldad, con una total carencia de límites morales.
"Yo, el gran general de las tropas alemanas, mando este mensaje al pueblo herero. Todos los herero deben abandonar estas tierras. Cualquiera de ellos localizado en las fronteras alemanas con o sin fusil, con o sin ganado, será fusilado. No recibiré más a niños o mujeres; los devolveré a su pueblo. Los fusilaré. Esta es mi determinación para el pueblo herero", dijo Von Trotha tan pronto asumió.  
Lothar von Trotha

Como respuesta a esta situación, los Herero se unieron a los Nama para combatir a su invasor en común. Berlín, en cambio, envío casi 15.000 soldados alemanes armados hasta los dientes y, tal como había amenazado, Von Trotha no discriminó entre hombres, mujeres o niños: fusiló todo lo que caminaba.
A otros los ahorcaron en árboles, los más afortunados fueron condenados a morir de hambre y sed vagando por el desierto namibio. 
Inspirado en lo que hicieron los ingleses en Sudáfrica, Von Trotha creó campos de concentración. Allí, sometió a torturas y trabajos forzados a todos sus cautivos pero además de eso hizo algo que sería la razón por la que quedó en la historia: usó a los detenidos como ratones de laboratorio para sus experimentos, que tenían el objetivo de confirmar científicamente la supuesta inferioridad de la raza negra. 
Algunas de estas cosas como las mediciones de los cráneos ya las vimos alguna vez cuando hicimos un hilo sobre frenología.
Detrás de la fundación de este imperio colonial alemán habían varias sociedades colonialistas como la Unión Colonial Alemana (1882), la Sociedad para la Colonización Alemana (1884) o la Liga Pangermana (1891). Así fue como, entre 1884 y 1915, los colonos alemanes construyeron vías de ferrocarril que conectaron el territorio de forma tal de facilitar el expolio de la zona, que tomó un valor estratégico a partir del descubrimiento de yacimientos de hierro, plomo, cobre y diamantes, además de manganeso, tungsteno, vanadio, cadmio y grandes cantidades de uranio. 
Historiadores calculan que en este país casi despoblado, donde hoy viven unos 2.5 millones de personas, solamente entre 1904-08 unos 60.000 herero y otros 10.000 nama fueron exterminados y expulsados de sus tierras. 
Larissa Förster, experta del Museo de Etnología de Colonia, afirma que lo que se hizo “fue claramente una orden para eliminar a gente perteneciente a un grupo étnico específico y sólo porque formaban parte de este grupo”. Durante estos años conocimos por primera vez la expresión “Konzentrationslager” (campos de concentración), utilizada por el canciller Bülow en referencia a colonias de internamiento forzoso ubicadas en Skark Island, Windhoek, y otros lugares del territorio. Lamentablemente no sería la primera vez que escucharíamos ese término.
Otras etnias como los San y Owambo también fueron capturados y utilizados como mano de obra para la economía colonial pero eso fue apenas el comienzo de lo que hicieron. A los prisioneros los alimentaban con carne de caballos y bueyes que morían de tanto trabajar. Fue cuestión de tiempo para que los prisioneros comiencen a enfermar y morir, y como estaban en lugares muchas veces desérticos, una enfermedad solía terminar en epidemia. 
Ejecuciones, linchamientos, castigos con látigos y macabros experimentos eran moneda corriente en el tema. Esto último no es una novedad, ya lo conocimos cuando hablamos sobre el escuadrón 731
Un diario sudafricano de 1905, el Cape Agus, publicó un informe titulado “En la Sudáfrica alemana: más sorprendentes denuncias: horrible crueldad”. Además, un testigo detalla que “niños, mujeres y unos pocos viejos caen agotados, atizados por el sjambok (tipo de látigo...) por los guardias, con extrema crueldad y fuerza, hasta que estos se levanten… En una ocasión vi una mujer llevando en su espalda un bebe de menos de un año, ella cayó, y el látigo no tuvo ninguna piedad para con ella, golpeándola durante unos cuatro minutos, hasta que ella pudo levantarse y, sin emitir quejido alguno agarrar su carga y seguir con su trabajo. El bebé lloraba muy fuerte”.
Como si todo esto no fuese suficiente, a muchas mujeres las usaron como esclavas sexuales, dando lugar a niños mestizos que iban derecho a los laboratorios alemanes, en los cuales se estudiaba la mezcla de razas y sus implicancias, siempre desde la presunción de que ser negro era sinónimo de ser inferior.
Aún así hubo quienes se opusieron. El comandante von Trotha por ejemplo creía que con esos procedimientos y experimentos se afectaba "la pureza de la raza germánica, naturalmente superior".
Otros experimentos que hicieron con los prisioneros incluían esterilizaciones, inyecciones de diversas pestes como viruela, tifus o tuberculosis, además de mediciones craneales que buscaban la forma de probar la supuesta inferioridad intelectual y moral de los africanos. Fischer, uno de los científicos que hacían estos experimentos, terminaría siendo Director de la Universidad de Berlín , y uno de sus más brillantes discípulos sería nada menos que quien luego conoceríamos como “el ángel de muerte”, Josef Mengele. Él refinó técnicas de tortura y amplió los experimentos que los alemanes probaron en el sur africano, pero con los prisioneros de los campos de concentración europeos durante el III Reich y la Segunda Guerra Mundial. Incluso, un libro escrito por Fischer (“Los principios de la herencia humana y la higiene racial”) formaba parte de la biblioteca de Adolf Hitler durante su reclusión de 1923. 

Fue sin querer queriendo

Algunos manejan números superiores pero obviamente todo esto resulta muy complejo de documentar. Años después, tras la derrota en la Guerra y con la firma del tratado de Versalles (1919), Alemania perdería sus colonias africanas como castigo por hacer lo mismo que hizo en África pero en Europa.
Tras varios idas y vueltas, en 2004 el Estado alemán pidió perdón formal por su intervención en Namibia, pero luego se arrepintieron. Namibia aún hereda los límites geográficos de su época colonial, por lo cual hablar de “independencia” tiene cierta relatividad. Finalmente, en 2019 el Parlamento alemán hablo de “genocidio” para referirse a sus antecedentes en esta parte de África. 
Unos años antes habían repatriado huesos de casi 30 víctimas de la matanza mencionada anteriormente, que estaban expuestos en museos germanos en vez de haber recibido sepultura en el país por cuya independencia murieron. 
Una rara mueca histórica
Así fue como ojos, cráneos, penes y otras partes del cuerpo arrancadas de los cadáveres, metidas en formol y enviadas a Alemania para experimentación, volvieron en avión a Namibia.
La ceremonia en Namibia fue un escándalo ya que la representante de la delegación alemana que llevó los restos fue increpada de forma tal que debió escaparse del lugar. Alemania 1º trato de lavar la situación diciendo que iban a indemnizar a Namibia por el daño ocasionado
Un par de meses más tarde mostraron qué tan arrepentidos están realmente… También hay que contar que Namibia es el país que más dinero se lleva del Budget que Alemania destina para África.
Para leer: 
  • The angel of death has descended violently among them: concentration camps and prisoners-of-war in Namibia, 1904-08, de 2005, por el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Leiden (Holanda). 
  • Absolute destruction. Military, Culture and the Practices of war in imperial Germany, de Isabel Hull.

Herero Straße

El sádico Von Trotha sería condecorado como héroe nacional nazi en 1933 y honrado con el nombre de una calle muniquesa. Hoy esa calle se llama “Herero Straße”, “la calle de los Herero”. De los hereros que había en Namibia antes de la llegada alemana, entre 80.000 o 100.000, habrán quedado apenas unos 15.000, y esos son los números de una sola tribu, la mayoritaria. 
Una vez que se fueron los alemanes, Namibia quedó bajo tutela de su vecino sureño, Sudáfrica, heredando del mismo nada menos que el Apartheid. Recién con la caída de este sistema legal discriminatorio en 1990, podemos hablar de “independencia” más o menos, en Namibia. Y no estoy ni entrando en la parte económica.
Vale la pena recordar ejemplos burdos como el “Franco CFA”, una moneda inventada por Francia para tener vasallaje sobre las economías de sus ex (?) colonias. 
Por suerte esta moneda no se maneja en Namibia, pero vale como ejemplo de eso que llaman “poscolonialismo”, que no es más que un sistema esclavista más fino que el anterior, camuflado en leyes y macroeconomía.

Comentarios

También podés leer