Operación Océano

Repasaremos el mayor juicio por explotación sexual de menores de la historia del Uruguay, repasaremos la "Operación Océano".

CONTEXT

Marzo 2020] Un pescador en la Rambla Sur de Montevideo ve durante unos minutos a una chica pedir ayuda en las aguas del Río de la Plata. El Río se traga a la joven, cuyo cuerpo sin vida aparece unos días después en la desembocadura del Arroyo Solís Chico, Canelones.

Pericias determinan que ella tenía 17 años, comenzamos a conocerla como “Amanda” y se sabe que era muy amiga de una chica que, siguiendo la línea de César Bianchi en su libro Sugar Daddy (Edit. Sudamericana), llamaremos "Candela G". 
¿Quién es Candela G? Tenemos que remontarnos un poco más atrás para conocer su primera aparición en todo este entramado, hasta postrimerías del 2019 cuando un varón apodado "el paraguayo" arregló a través de una web de citas para verse dos jóvenes que, según él, afirmaron tener 19 años y dijeron ser universitarias. Siguiendo la detallada investigación de Bianchi, tras una cita inicial en la que no hubo contacto físico pasaron a un segundo encuentro, a pesar de que una de las chicas, Candela G, era menor de edad. Posteriormente, "Candela" reconocería haber mentir usando documentos prestados para simular ser mayor frente al “paraguayo” y los empleados del hotel de alta rotatividad al que fueron. Sucede que una vez en el lugar, mientras el “paraguayo” tenía sexo con la menor la otra lo filmó con un teléfono celular para luego pedirle dinero, revelándole que Candela G era menor. Tras eso y según consta en partes policiales, el paraguayo afirma que simuló llamar a la seccional denunciando que extorsionaban a lo que las chicas se asustaron y trataron de irse.
Completa y recomendada investigación
Sin embargo, las chicas denunciaron que el paraguayo adulteró sus bebidas y se sentían mal. Se estaban yendo en el vehículo del paraguayo cuando Soraya, mayor de edad, se desmayó. Candela G discutió con el paraguayo y un policía que vio lo que sucedía intervino. Terminaron todos en la seccional del barrio cruzando declaraciones y bajo tipificación de “riña callejera”. 

La caja de Pandora

Cuando la justicia accede a las pericias del celular de Candela G se destapa la olla de lo que hoy conocemos como Operación Océano, un caso de explotación sexual de menores con cerca de 20 víctimas y en el que hubieron más de 30 imputados.
El caso tuvo una enorme repercusión social además porque varios de los acusados resultaron ser exitosos profesionales, conocidos en sus áreas. Algunos no son del mismo grupo socioeconómico y durante la investigación la justicia descartó la existencia de un red que conecte a todos los imputados, aunque sí identificó que "Candela G" era el factor en común entre todos los implicados; o conocía a cada uno de ellos o había escuchado hablar de la persona. 
Economistas, un DJ que hacía fiestas TOP en Punta, un ex juez de menores, ingenieros, fotógrafos, profesores de Liceo y universidad y hasta un Diputado suplente aparecían salpicados en estos chats. 
Uno de los 34 acusados resolvió rápidamente su caso mediante un juicio abreviado que se saldó con un condena de 3 meses de domiciliaria + 3 meses adicionales de domiciliaria nocturna y un (1) año y medio de libertad vigilada.

Un caso, como mínimo, complejo

Técnicamente de lo que se acusa a los imputados es de “Retribución o promesa de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo". En el caso de menores de 15 años estaríamos, para la ley, frente a la figura de Abuso sexual, según el Art 7 de la LUC. 
Uno de los aspectos que más suscitó polémica fue que en eso de “Retribución o promesa de retribución a personas menores de edad...” la ley no habla de dolo, lo cual abrió la puerta a que las defensas puedan afirmar que los imputados fueron engañados por las menores, que habrían simulado ser mayores de edad. 
Según la fundación Visionair, 150 millones de niñas y 73 millones de niños son víctimas de abusos sexuales en el mundo. En este dato no edad con la que mentir. Otro aspecto que suma suspicacia al caso es una sensación generalizada en la sociedad y que el Diputado hasta hace poco integrante de Cabildo Abierto, Eduardo Lust, expresó sintéticamente en esta nota, también con Bianchi.
Andrea Tuana, especialista en la materia, incluyó las defensas del tipo “no sabía su edad” dentro de lo que ella considera "cultura de la violación"
Del otro lado, La abogada Dahiana Abracinskas, afirmó públicamente que había otros hombres en el teléfono de "Candela G" y por alguna razón no fueron imputados.
Asimismo, Darviña Viera, fiscal del caso, fue cuestionada por varios abogados de la defensa, lo veremos durante el informe. Se la acusó de intervenir en las pruebas y de filtrar información a la prensa. Viera terminaría dejando el caso después de varios meses de investigación, polémica y sendas audiencias llevadas a cabo. 
Mayo de 2020] La Fiscalía de Viera imputó a cinco hombres detenidos por la Operación Océano: 
  • Washington Balliva (exjuez de menores)
  • Nicolás Ortiz (diputado suplente del PC)
  • Mauricio Zardo Cabrera (arquitecto)
  • Nicolás Chirino (organizador de fiestas electrónicas) 
  • Miguel Ángel Larramendi (exasesor de la Ursea).
Algunas cosas son confusas y otras quedan claras. Una de las que queda claras es que el exjuez de menores Washington Balliva está hasta las manos, hace un tiempo declaró "Me ganó la tentación, la lujuria, lo reconozco"

Agravantes

Las víctimas de la Operación Océano oscilaban entre los 13 y 17 años, y los varones imputados tenían un promedio de edad de 50 a 60 años cuando todo esto sucedió. Otra notoria disparidad es la situación socioeconómica de muchos de los involucrados. Las chicas por estar varias de ellas en situaciones de extrema vulnerabilidad social. Los varones por tener buen poder económico y una, hasta entonces, intachable reputación, en varios casos.
"El paraguayo" estuvo largo tiempo en prisión preventiva, además se dictaron algunas medidas de restricción al acercamiento de las víctimas. La justicia determinó que existe la posibilidad de que las chicas hayan operado en red pero parece improbable una conexión directa entre los imputados. Sin embargo, uno de los formalizados es un organizador de fiestas electrónicas en Punta del Este que permitía el acceso a menores y según la acusación facilitaba entradas gratuitas, por lo que habría conocido a varios de los implicados.
Durante los últimos meses de 2021, Darviña Viera dejó el caso arguyendo razones de salud

Repasemos

20 menores víctimas.
Ninguna planteó una denuncia por explotación sexual de menores, la misma fue iniciativa de fiscalía luego del cadáver de "Amanda" y la riña callejera entre el paraguayo y las dos chicas
33 adultos imputados.
Hubo 4 más que fueron investigados pero no formalizados. 1 de los 33 firmó rápido en un juicio abreviado, recibió su condena y la cumple. Quedaron 32, que están divididos en 3 grupos.
  1. Chatearon con menores "pensando" que eran mayores, incluso intercambiaron fotos pero sin llegar a encuentros físicos. Estos 9 casos se resolvieron en juicios abreviados y 5 tuvieron condenas de prisión por haber ofrecido dinero.
  2. Sabían que se trataba de menores porque ellas se lo dijeron. De todas formas ofrecieron alguna retribución a las chicas a cambio de sexo. Estos son los más complicados.
  3. Mantuvieron relaciones sexuales con las menores, hubo retribuciones en dinero, drogas y cenas, pero afirman haber pensado que se trataba de mayores. Aducen haber sido "inducidos al error".
"Candela G" declaró que ninguno de los imputados jamás le pidió su documento para chequear su edad pero sí admite haber mentido su edad más de un vez. Fiscalía, en línea con las recomendaciones de UNICEF, consideró que los adultos tenían la obligación que extremar sus esfuerzos por comprobar que se vinculaban con mayores de edad. 
La defensa de los imputados afirmó varias veces que la causa estaba viciada de nulidad, y una de las razones por las que decían esto era que las fiscales hacían afirmaciones de carácter moral. Algunos de los argumentos de la defensa fueron resumidos en una nota de Pau Delgado Iglesias para Búsqueda en 2021. 
Hasta ahora hubo 13 sobreseídos. Para que tengan noción, uno de los sobreseídos le pidió a la menor nombre y número de cédula para transferirle dinero, de lo cual se deduce –dice la defensa - que al pedir cédula piensa que está tratando con una mayor.
De los 5 condenados por juicio abreviado pertenecientes al grupo A de imputados hay algunos que afirman ser inocentes pero haber asumido su culpabilidad para terminar con el tema.
11 restantes van a juicio. Recién terminó la etapa de control de acusación, ahora debe cambiar de juez e ir a juicio oral, que se celebrará durante 2024. Para 7 de ellos fiscalía pide 6 años de penitenciaría, para 2 pide 4 años, 1 con 5 y otro con 3. 

El tío y las sobrinitas

Vale la pena repasar información judicial para ver con cierto grado de detalle el nivel de perversión y cinismo que muchos de los casos implicaban. 
En uno de ellos el imputado (de más de 60 años) pasaba a buscar a su víctima (de 15) por el liceo y le pagaba para tener sexo, golpearla y ahorcarla.
“Las prácticas que realizaba el imputado respecto de la víctima consistían en apretarle el cuerpo al punto de asfixiarla, darle fustazos en los genitales, así como en todo el cuerpo. Para esas prácticas utilizaba látigos, vibradores, fustas, juguetes sexuales”, dice la acusación. La joven, criada en contexto crítico, ya había conocido la violencia física siendo una niña por lo que el caso tiene agravantes de índole moral que la defensa seguramente elija ignorar. También es bueno puntualizar que, lejos de tratarse de situaciones aisladas, estos encuentros era quincenales (aprox) y se sostuvieron durante casi 3 años, a razón de 2000 / 2500 pesos uruguayos por encuentro.
También hay un caso de un imputado que le pidió una foto del documento a una víctima de 14 años, la que respondió que tenía todo en lo de su mamá, respuesta que no disuadió al adulto, que aun así avanzó planteándole un ingreso mensual a cambio de tener sexo con él.
Otros imputados sabían que las víctimas eran menores por boca de ellas pero no pareció importarles. De hecho, una de las víctimas, en situación de extrema vulnerabilidad, sólo tuvo relaciones sexuales durante su vida con su explotador sexual
“La víctima había perdido a su abuela, quien era su referente en su vida; asimismo tenía problemas familiares que la llevaron a aceptar la propuesta del imputado”, dice la acusación de Alfaro.
Los defensores de los 11 imputados que resta enjuiciar son Alejandro Balbi, Jorge Pereira Schurman, Martín Frustaci, Nicolás Pereyra, Andrés Añasco, Cecilia Salom, Enrique Díaz, Alberto Rojas, César Castro, Pablo Casas, Juan González y Santiago Ferrín.

Hubo imputados que, viendo que sus víctimas tenían serios problemas económicos, se ofrecieron como “sugar daddy”. Se veían en hoteles de alta rotatividad con sus víctimas y les ofrecían dinero por sexo, incluso negociando “discreción” porque estaban casados. Una de las víctimas tenía tan solo 13 años, la drogaron y la sometieron a prácticas sadomasoquistas, según publica El País. Además, su victimario le ofreció hacerse un perfil de IG en el que se presentarían como pareja y buscarían alguien más con quien hacer un trío. Según la información detallada en la causa; se vieron 3 veces y en las 3 oportunidades el victimario le preguntó a la niña de 13 años si tenía 18, cosa que ella aceptó sin mostrar documento alguno. La defensa está haciendo su trabajo, eso está claro. Argumentos como la inducción al error y hasta recusar una fiscal dando a entender que es una “feminazi” forman parte de esto, pero hay que tener ganas para confundir a una niña de 13 con una joven de 18. 
En otra ocasión, un "amigo" del imputado le tomó fotografías teniendo relaciones con la menor, siempre con la morbosa idea de publicarlas en redes sociales buscando un socio para un trío. En este último caso, la Fiscal Mariana Alfaro pidió de 3 a 6 años de penitenciaría por retribución a menores a cambio de actos sexuales y por producción y almacenamiento de pornografía de menores
"el lugar donde las personas bellas, ricas y exitosas se conectan"
Otro de los acusados, de más de 50 años, conoció a su víctima, de 16, en 2018 a través del sitio web Seeking. El imputado le ofreció viajes de Punta del Este y Bs As, además de verse en un barco, todas ofertas rechazadas por la víctima. La joven afirmó tener 18 años varias veces y el imputado jamás se cercioró de que esto sea real. Incluso en una charla la joven reveló su verdadera identidad (usaba un seudónimo) pero ni aun viendo esto el imputado eligió dudar de la edad de la joven. 
Al año siguiente, 2019, el imputado se vio con la menor y otra amiga, les hizo propuestas económicas para tener relaciones sexuales pero las chicas lo rechazaron. En 2020 la primera de las chicas que había conocido por seeking se suicidó. 
Algunos años antes, en 2016, el mismo imputado había conocido a otra joven de también 16 años en la misma red social. Ella vivía en hogares de amparo del INAU y se dejó explotar sexualmente “para tener para comer y dónde dormir”.
Estamos hablando de una entidad del Estado entregando en mano a un menor a un pedófilo que se la llevaba a su casa, donde a cambio de comida, techo y baño la sometía a vejaciones sexuales a pesar de que la víctima había confesado su minoría de edad, según consta en actas judiciales. Luego de hacerle quién sabe qué cosa la dejaba en alguna plaza, con un poco de dinero (sumas inferiores a los mil pesos) y al otro fin de semana la operativa se repetía. 
No conforme con estas perversiones, el mismo imputado se vio en 2020 con otra menor, de 17 años, quien dijo que tenía 18. Le hizo varias ofertas económicas a cambio de sexo, pero sin concretar nada.
Otro de los acusados tenía un mórbido grupo de WhatsApp titulado "El tío y las sobrinitas" junto a dos menores, con las que mantuvo algunos encuentros sexuales a cambio de una cena y desayuno y a las que además les pidió "un porrito".
Todos estos imputados están por tener un juicio para resolver su situación. El Hay uno que es argentino y creó un grupo de Whatsapp “Amores”, junto a dos adolescentes, y otra persona: “Millonario”. En ese grupo, “Millonario” le pidió fototeta a una de las menores pero la foto la envió el imputado, dice la acusación de la Fiscalía.
Otro de los imputados, el último que voy a reseñar, conoció a la menor digitalmente, la pasó a buscar en un Mercedes negro por Gorlero (Punta del Este) y le pagó US$ 200 por sexo.
Unos días más tarde, la menor le confesó al hombre que mintió sobre su edad y tras una conversación el imputado termina diciéndole “Si querés verme, debes ser mayor y no mentir más”.

Apellidos sucios, menores ultrajadas

Fiscal Darviña Viera
Durante ese 2022 a la anterior fiscal del caso, Darviña Viera, la investigaron por eventuales filtraciones de información de la causa a la prensa
Para el fiscal de Corte subrogante Juan Gómez, Darviña Viera es un ejemplo de cómo hacer “bien las cosas”, aplicando incluso palabras como “seriedad”, “responsabilidad” y “humildad” a su trabajo. 
Por el otro lado, para Ignacio Durán, uno de los defensores de los imputados, la Operación “Océano” es “un charquito”, ya que 17 personas salieron libres. Por eso Durán habla de “charquito”, considerando que se trató de un “circo mediático” con linchamientos públicos que arruinaron la vida e imagen pública de varias personas que solamente chatearon con quienes creían eran mayores de edad. 
Además, se acusó a Viera de mandar a interrogar a Candela G sin avisar a los abogados de los denunciados (debe notificarlos), de omitir información en la carpeta investigativa que llegaba a la defensa y de no investigar la responsabilidad de los padres de las menores ni la de las páginas web donde ellas se presentaban como mayores.
Si bien está claro que rige el In dubio pro reo (se presume inocencia hasta que se demuestre lo contrario) en algunos casos la defensa del caso criminaliza menores de edad por haberle mentido a quienes les pagaron. En otros casos, personas que presumiblemente buscaban servicios sexuales de mayores de edad fueron engañados durante una conversación digital y por eso realizaron ofertas económicas. Para estos casos la exposición pública evidentemente generó problemas. También hay que señalar que desaparecieron algunos archivos con documentación sobre Candela G.
“Ensuciaron mi apellido, que tiene prestigio en este país. Ahora me voy a encargar de limpiarlo, porque sufrimos mucho”, dijo el empresario Diego Susena, uno de los sobreseídos.
Afirma que no pudo trabajar por dos años en el bazar de su familia. “Todo el mundo se alejó y nadie me llamaba”, dice el hombre de 57 años que conoció a Candela G por Tinder, no personalmente. “Yo nunca la vi. Ella se presentó como mayor de edad, y me dijo que necesitaba plata. Yo le ofrecí que fuera a militar conmigo a actos del Partido Nacional, que le podían pagar 500 pesos por repartir volantes. Eso es todo”, dice Susena. Además de considerar que ”me escracharon a mí para pegarle a Luis (Lacalle Pou) y al partido”.
Otro de los imputados, cuyo nombre no trascendió, declaró a El País que “Yo firmé para terminar esto de una vez. Intentaban ingresarme cosas que no se ajustaban a la realidad, pero ante el planteo de un fiscal, el juez siempre se va a inclinar para el lado de la víctima, aunque la víctima esté mintiendo. Ante esa indefensión y que no me dejaron ingresar pruebas que demostraban mi inocencia, porque supuestamente ‘re victimizaban’ a la víctima, decidí firmar”. 

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