Crotoxina

Hablaremos de una supuesta cura para el cáncer descubierta en Argentina, es el momento de conocer la Crotoxina

CONTEXT

Corría la mitad de 1986 cuando se dio a conocer la noticia de una supuesta droga derivada del veneno de las víboras de cascabel, que sería útil para vencer el cáncer. El Dr Juan Carlos Vidal venía investigando el tema desde los años 70´s, y experimentando –en secreto- con él desde 1982. El anuncio del descubrimiento fue realizado en conferencia de prensa, con la colaboración de una ex corresponsal de la agencia France Presse. 
Obviamente los titulares de medios de prensa eran del tipo “CURA DEL CÁNCER”, lo cual generó mucho ruido y expectativas. La primer aparición en TV se hizo en La Noticia Rebelde, un programa de humor. Jorge Guinzburg, uno de los conductores del programa, recordó sobre aquel día que “al terminar el programa, teníamos a toda la gente a la puerta de ATC” (Barrios Medina & Dellacha, 2007).

Bala Mágica contra el cáncer

Supuestamente la Crotoxina, con su potencial citotóxico, podía detener o reducir el crecimiento tumoral. Desde los 30´s el veneno de diferentes crotálidos, fue estudiado por sus posibles efectos antitumorales (Essex & Priestley, 1931; Calmette et al., 1933; Monaelesser & Taguet, 1933; Braganca et al., 1965; Cotte et al., 1972; entre otros), pero las investigaciones nunca pasaron de Fase 1. 
La “bala mágica” contra el cáncer no respetó las pautas de una investigación científica seria, el poder político buscó la forma de darse mérito y la cobertura de los medios siempre enfocaba el drama de los pacientes de cáncer
"A ver, mordé acá"
La imagen distorsionada de que hacer un remedio es cuestión de unos años investigando una droga también nos permite preguntarnos acerca de la prensa y el compromiso que ésta debería tener con un tema tan delicado. La crotoxina es un extracto que se consigue del veneno del crótalo, una familia de serpientes emparentada con la de cascabel (Crotalus durissus terrificus). El químico tiene un compuesto con supuesta acción antitumoral, que es bien conocido desde la década del treinta (Canziani, 1984), cuando se practicó su uso como analgésico y para la hipertensión. 
La supuesta reacción antitumorosa había sido estudiada en 1934 por el oncólogo argentino Raúl Nicolini con resultado negativos dada la toxicidad del químico, además de que otros tratamientos parecían ser más eficaces (Brailovsky, 1986).

Prohibición

En 1986 se hicieron públicos los experimentos y supimos que el bioquímico Juan Carlos Vidal, investigador del hoy cuestionado CONICET, produjo y administró muestras de 

Crotóxina a por lo menos tres médicos (de quienes uno sólo era oncólogo). Así fue como Carlos Molina, Luis Costa y Guillermo Hernández Plata administraron en sus consultorios privados (sin supervisión científica o médica, de querusa, como decimos en el barrio) el preparado a más de 80 pacientes con cáncer. 
El Ministerio de Salud estudió a través de una comisión de oncólogos los experimentos y dictaminó que "los datos sobre supuestas remisiones tumorales estaban falsificados o ausentes y no hay ninguna razón que justifique tratar a pacientes con crotoxina". En octubre de 1986 se prohibió el uso de la droga.
Chau Crotoxina
“Investigadores” y pacientes de cáncer crearon un grupo irónicamente llamado Comisión Crotoxina Esperanza de Vida y organizando actos públicos y manifestaciones proselitistas para que el Gobierno legalice la nueva droga pero sin éxito. 
La comisión protestó y acusó al Gobierno de tener "resultados secretos" y de alentar, mediante la prohibición, un supuesto mercado negro de crotoxina, que es en realidad lo que habían hecho estos médicos, usar una droga de forma ilegal. La polémica fue tan grande como para llegar al Congreso argentino, donde pasaron varios especialistas que hablaron de "fraude".
"Los pacientes se encontraban profundamente inquietos respecto del futuro de nuestro ensayo […] Pero además de esta inquietud —que es muy delicada tratándose de un enfermo de cáncer, que así vuelve a ver amenazada su vida cuando había logrado recuperar la esperanza— los pacientes se ven `invadidos` […] En otras palabras: manoseados."
Gavensky, 1986
Durante los 90`s el menemismo hizo lobbie para que se retome la investigación científica de esta droga, en algo realmente inédito, huelga decir que el Poder Ejecutivo no tiene potestad sobre qué droga cura qué enfermedad.
Nuevas pruebas, ahora oficiales, se desarrollaron en dos hospitales argentinos. En 1997 se supo que veinticinco pacientes terminales de entre 18 y 60 años, se sometieron voluntariamente a los experimentos, sin resultados reseñables
Leonardo, hijo de Juan Carlos Vidal, declaró hace no mucho a la prensa que "Lo que hizo mi papá con la crotoxina fue un tema de suma importancia, pero lo desprestigiaron", además de detallar que "Mi papa se tuvo que ir del país por el acoso mediático".

Matar al mensajero

El tema de la prensa es para tenerlo en cuenta, ya que tiene notoria influencia sobre la opinión pública y, del mismo modo que informaron cualquier cosa al comienzo, luego se lavaron las manos. Hubo publicaciones que llegaron a comprarla con la penicilina
La realidad indica que la prensa argentina no estuvo fina con el tema. Los Dres Vidal, Molina, Costa y Hernández Plata fueron presentados como “investigadores” cuando sólo Vidal hacía eso, en otras publicaciones se dijo que todos eran oncólogos cuando sólo uno lo era.
Vidal, presentado como especialista en cáncer a pesar de que no había publicado ningún trabajo científico previo ni tenía experiencia en investigación clínica, fue bautizado como o “padre” de la crotoxina, otro yerro.
Ni que hablar de esos titulares amarillistas que anunciaban curas mágicas para una enfermedad, suponiendo que éste fuera una entidad única e indivisible, susceptible de ser resuelta con una sola receta mágica más allá de frente a qué tipo de cáncer estemos.
Según Gamson y Wolfsfeld (1993), darle difusión a un conflicto genera oportunidades para aumentar el poder de los protagonistas. Los medios fácilmente pueden "flechar la cancha" y ser un aliado para generar simpatía pública hacia determinada posición. Bennet y Segerberg (2015) consideran que el éxito de un movimiento social depende de que haya mensajes positivos en el encuadre (framing) que sus reclamos tengan en los medios.
De acuerdo con Barrios Medina y Dellacha (2007, p. 28), solo el periódico Tiempo Argentino asistió a la conferencia de prensa el 8 de julio de 1986. Al día siguiente, el matutino publicó la nota “Descubren en el país una droga contra el cáncer”. 
En la bajada se explica que “se trata de un complejo enzimático, único en su tipo, altamente eficaz para combatir todos los tumores”. Incluyendo una pomposa mentira declaración en Conferencia del Médico chanta Hernández Plata que decía que “no existe ningún tumor en especial que se resista a la droga”. 
Pero la responsabilidad de los medios masivos de comunicación queda atenuada cuando vemos que los propios “investigadores” mintieron abiertamente sobre la Crotoxina. En Barrios Medina y Dellacha (2007) se detalla una de las primeras entrevistas que los médicos dieron, con Fernando Bravo y Jorge Fadelli en Radio Continental. Durante esa charla los médicos dijeron que “Nunca quisimos dar esto a la luz pública hasta no tener garantizado y haber hecho todos los estudios correspondientes, de acuerdo a los protocolos internacionales para el uso de drogas y la investigación en cáncer”, además de afirmar que los estudios se habían hecho sobre 700 pacientes, y no sobre 80 como se supo luego. 
Se comenzó a hablar de supuestos casos clínicos de pacientes curados por la droga, pero nunca se podía dar con la identidad y el paradero de los afortunados. Oncólogos y funcionarios del Ministerio de Salud debían revisar y evaluar cada caso pero no tuvieron forma. 
El único estudio que se conoció decía que el casi el 80% de los pacientes tratados con la droga se agravó o murió en un plazo de unos 60 días… sin embargo los titulares prometían una solución imaginaria. 
Como siempre, cuando los “oncólogos investigadores” fueron cuestionados por haber hecho experimentación como quien receta homeopatía, la respuesta fue que las multinacionales farmacéuticas querían apoderarse de la patente y dañar una investigación made in Argentina.

Sin embargo no hay datos de ninguna multinacional farmacéutica intentando (hasta hoy) patentar la Crotoxina como medicamento antitumoral. Ni hablemos de producción industrial o comercial.

A modo de resumen

Esta enfermedad se ha convertido en uno de los principales enemigos de la humanidad desde mediados del S XX hasta hoy, en esa alocada carrera por vivir X años, padeciendo la decrepitud a partir de los 100, claro. 
Tanta es la obsesión humana con el cáncer que hasta utilizamos terminología bélica para referirnos al tema. Hablamos de “lucha contra” el cáncer, decimos que los pacientes son “guerreros” y sin darnos cuenta le metemos peso a la mochila de quienes padecen la dolencia, que no sólo están enfermos, ahora también deben ir a una guerra simbólica. 
Si esto les interesa les recomiendo leer La Enfermedad y sus Metáforas, de Susan Sontag, un libro que les puede cambiar la vida, literal.

Además, dejo un completo informe de la U. Nac, de Quilmes que analiza el papel de los medios de comunicación en este bulo científico. 
Una vez terminado el tema, el oncólogo Enrique Schvartzman, declaró a la prensa que "hay más gente que vive del cáncer que pacientes que mueran de él".
En la misma línea, Patricio J. Garrahan, dijo en 1995 a EXACTAmente (publicación de la UBA) que "el affaire crotoxina constituye una buena ilustración de los efectos que el pensamiento mágico puede tener sobre sociedades como la nuestra, en la que la ciencia y sus instituciones no son parte de la cosa pública".
El cáncer todavía no tiene cura, el enfoque que se le da desde los mass media suele ser errado y todo esto fue un cuento chino. 

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