C
Locuras insanas y madrugadas feroces, producen una catártica entra-sale, entre definitivos rayes y sinestesias absolutas, te veo en todo, no me veo en nada. Hay un temita (o varios temitas) a charlar, a considerar, a explorar, aún así los ignoraré y me adentraré, ¿a dónde? no se, yo sigo.
También te escribo para decirte que me encuentres en cada célula de cada tabla de madera que te cruces. Soy madera, y soy bosque, y me incendio solita.
Aquí no hay.. sí hay. Busquemos. Toda la vida, y ¿para qué?
Hay imágenes que no veo, en vez de eso elijo entrelazarme con moléculas de agua, y átomos de carbono. Metano, etano, propano, butano, todo inflamable, como yo, como todo lo que me rodea
prendido fuego.
Te prendo fuego a vos también entre los embrollos que tengo en la cabeza, y miro para allá y hay mugre, y miro para allá y más mugre, ¿qué mierda voy a hacer? No se si comer comida para peces o limarme las uñas. Voy a tomar un café con leche.
Pienso escribirte muchas mierdas, largo y tendido, porque ahora tengo ganas, hace mucho no te escribo, y mañana no me levanto temprano.
Hay chocolate en tus venas y me encierro en cajas de madera, tomo café y fumo despacio, miro el techo. Y me raspo las encías con los labios, las palabras son ásperas y jamás salieron de mi boca.
Muchas lunas y pocos cielos, y los culpables, sólo nosotros. Te vomito mis miserias al ras del piso, para que las veas bien de cerca, y me disculpo, porque no quiero hacerlo, no puedo evitarlo, pero tengo que.
Y debería encontrar a aquel que dictó que llenáramos los vacíos con materiales, con palabras huecas de boliche
las horas duran más y se hacen más valiosas, así, al lado tuyo
así
hay rollos de diarios por todos lados, puedo leerlo desde la esquina de mi habitación, no quisiera pero sí puedo leerlos, me dan titulares nefastos sobre cosas que ya sucedieron
ahí me dio sueño, voy a dejar de escribir
También te escribo para decirte que me encuentres en cada célula de cada tabla de madera que te cruces. Soy madera, y soy bosque, y me incendio solita.
Aquí no hay.. sí hay. Busquemos. Toda la vida, y ¿para qué?
Hay imágenes que no veo, en vez de eso elijo entrelazarme con moléculas de agua, y átomos de carbono. Metano, etano, propano, butano, todo inflamable, como yo, como todo lo que me rodea
prendido fuego.
Te prendo fuego a vos también entre los embrollos que tengo en la cabeza, y miro para allá y hay mugre, y miro para allá y más mugre, ¿qué mierda voy a hacer? No se si comer comida para peces o limarme las uñas. Voy a tomar un café con leche.
Pienso escribirte muchas mierdas, largo y tendido, porque ahora tengo ganas, hace mucho no te escribo, y mañana no me levanto temprano.
Hay chocolate en tus venas y me encierro en cajas de madera, tomo café y fumo despacio, miro el techo. Y me raspo las encías con los labios, las palabras son ásperas y jamás salieron de mi boca.
Muchas lunas y pocos cielos, y los culpables, sólo nosotros. Te vomito mis miserias al ras del piso, para que las veas bien de cerca, y me disculpo, porque no quiero hacerlo, no puedo evitarlo, pero tengo que.
Y debería encontrar a aquel que dictó que llenáramos los vacíos con materiales, con palabras huecas de boliche
las horas duran más y se hacen más valiosas, así, al lado tuyo
así
hay rollos de diarios por todos lados, puedo leerlo desde la esquina de mi habitación, no quisiera pero sí puedo leerlos, me dan titulares nefastos sobre cosas que ya sucedieron
ahí me dio sueño, voy a dejar de escribir
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