Porqué odio a caie tlece
Demagogia narcicista llena de
endorfinas y bebida energizante. Cáncer de oído, atiborrado de
beats y pobres guitarristas desempleados. Chongo, urzo, ex convicto,
el tipo de bicho que si lo ves por la calle cruzás de acera. Dice
que Adidas no lo usa, que él usa a Adidas. La verdad es que ambos se
usan; y ambos te usan a vos. Imbécil.
Simio medieval disfrazado de
anticapitalismo redituable, marca tarjeta, 8 horas de careta
antisistema, manifestante de shopping mall, apologista pedófilo,
misógino, machista y superfluo. Mezcla letal de popu, demagogo,
hipócrita, lector confundido de aforismos de Eduardo Galeano y
zandunguero murguista que va con la corriente. Un oie tu haz la
revoluceón y muévelo que se hace el anti y es re pro sistema, pero
apunta a un público tan llano, tan bruto (y embrutecido) como él
mismo (“io soy como tu, tu ere´ como io”), entonces, aparte de
ser incapaz de formular una metáfora decente, si la pudiese formular
su público no la comprendería. Por eso cae en declaraciones obvias
y burdas en las que se jacta de estar en contra de un sistema que lo
hiper beneficia. Un “yo la tengo más larga” del anticapistalimo
más fálico. Hedonista tapado. "Engreído", en palabras de traducción
de HBO. Nauseabundo hasta la arcada ese revolucionario de container
made in China ha sido exportado en bonito packaging sudoroso
anabólico ticketeck y viene con 2 x 1 hasta agotar stock y facilidades en la
financiación de sus pagos. Aceptamos todas las tajetas. Revolución de consumo masivo, una
especie de call center ambulante del anticapitalismo autoproclamado,
haciéndose rico con su proclama bolchetriste sin profundidad.
Alharaca. Es una figurita ideal para el progre promedio reproductor
de estereotipos baratos de “conciencia social” y antimperialismo
a conveniencia.
No es música, ni
transgresión, ni ética, ni “mensaje”, es una versión porno
transgénico caribeña de todo eso.
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