Hiroshima & Nagasaki


Aviso: este post puede herir la sensibilidad de algunos lectores.

La Previa

1937 El ejército japonés ocupaba Manchuria e continuaba su escalada imperialista frente a China, que tenía el apoyo económico de la URSS y los EEUU.
La Masacre de Nankín
Esta avanzada fue salvaje. A modo de ejemplo nada más, en diciembre de ese año tuvo lugar La Masacre de Nankín, donde militares japoneses cometieron todos los atropellos que se puede cometer contra la dignidad humana de los civiles chinos. Llegaron a hacer concursos para matar a 100 personas utilizando una espada. Mataban niños a golpes por no quitarse un sombrero, los encertaban en bayonetas como si nada. Enterraban gente viva y como dijimos violaban todo lo que se movía.
1940 Japón se alía a Alemania e Italia, como «Potencia del Eje». Al año siguiente, invade con sus tropas el sur de Indochina, territorio hasta entonces francés. Allí se da el primer cruce con EEUU, ya que los yankees le hacen un embargo comercial y reducen el suministro de petróleo en un 90 %. Estas sanciones, sumadas a otras de británicos y neerlandeses por ejemplo, destruyen el comercio exterior japonés, que se redujo en ¾ partes
Pearl Harbor bajo ataque
A causa de esto, el emperador Hirohito declara la guerra a EEUU y un mes más tarde en diciembre de 1941, atacan Pearl Harbor, en Hawái. Fue la primera vez que EEUU vivió un ataque internacional en suelo propio en el marco de una guerra, el trauma subsiste.
El mismo año inauguraban el Pentágono. Además, científicos aislaban isotopos de uranio traído desde el Congo belga. Quienes trabajaban en estos desarrollos tenían seguros por enfermedad de hasta 10.000 dólares y no sabían que estaban creando un arma atómica. De hecho, cada bomba se fabricó por separado en una especie de competencia macabra.
Hiroito
Hiroito lo desconocía pero un día antes se había autorizado el Proyecto Manhattan, que sin necesidad de rendir cuentas por sus gastos buscaba crear una bomba atómica norteamericana, usando avances obtenidos por científicos Británicos en medio de una carrera atómica contra Hitler.
Hiroito no es un personaje normal en esta historia. Es un emperador borracho de poder que nació como descendiente de dioses y murió en 1989 como un simple mortal pero al que varios de sus leales súbditos siguieron al practicarse un Hara Kiri para morir con él. A Hiroito los mortales no podían hablarle, tocarlo ni mirarlo a los ojos. Murió en el ´89 como decíamos y su hijo, Akihito, lo sucedió en el cargo. A Akihito nadie puede nombrarlo, deben dirigirse a él como "su majestad el emperador"

Tokio

26 de mayo de 1945. Japón conoció la ira norteamericana en Tokio cuando los b-29 estadounidenses quemaron la cuarta parte de Tokio con Napalm en lo que hoy ocupa el infausto récord de ser el bombardeo no-nuclear más destructivo de la historia.
Como consecuencia del ataque la temperatura en algunas esquinas de Tokio llegó a 980º. 100.000 personas murieron calcinadas y más de un millón quedaron sin hogar tras el bombardeo.
Fue el ataque con el mayor número de víctimas inmediatas de la historia. 40 km² quedaron en hechos cenizas frente a más de 300 B-29 que lanzaron 1.700 toneladas de bombas incendiarias de Napalm

Trinity

"Trinity"
El 16 de julio de 1945. Años de trabajo en equipo liderado por varios de los científicos más eminentes del mundo y miles de operarios a lo ancho y largo de EEUU se condensaron en una prueba que tendría lugar sobre un área del desierto de Nuevo México conocida como la Jornada del Muerto. La fabricación de “Trinity”, el monstruo nuclear, implicó un secreto de estado tan grande como para ni siquiera Harry Truman supiese de su fabricación al momento de su asunción, en Abril de ese año
Los miles de operarios que trabajaban en distintas partes de la bomba no estaban informados de la finalidad de su trabajo, y a pesar de todas estas precauciones no pudieron evitar que los soviéticos metan un espía
Churchill, Truman y Stalin y Potsdam
El proyecto tenía fondos ilimitados producto de una alianza entre militares, científicos e industrias y el apoyo de Empresas como Monsanto y Kellogs fueron importantes para desarollar la bomba. Los norteamericanos querían adelantarse a Alemania pero desconocían que hace ya un buen tiempo los nazis habían abandonado sus pretensiones atómicas.
Después de la muerte de Roosevelt en abril de 1945 y la derrota de Alemania en mayo, todo el esfuerzo norteamericano estuvo puesto en Trinity. El objetivo era que Truman tuviera noticias que dar en su reunión con Stalin y Churchill, EEUU quería marcar la agenda para la postguerra.
Ese 15 de julio, científicos, personal militar y políticos se reunieron en búnkers de observación distribuidos a distancias seguras de la zona cero. La noche tuvo una tormenta con truenos y relámpagos que puso en peligro la prueba.
Don Hornig, el soldado que debía "cuidar" la bomba desde una torre de metal a 300 metros de altura, leyó a la luz de una bombita de 60W una edición de Desert Island Decameron, un libro de chistes
Durante la madrugada del 16 los cielos se despejaron y para las 5.30 am, la gente empezó a colocarse las máscaras de soldador y bronceador solar previendo los efectos de la radiación a pesar de que estaban a más de 30 kilómetros de la explosión. 

El padre de la bomba atómica

El físico Julius Robert Oppenheimer pasaría a la historia como creador pero en rigor, la bomba también fue un invento de Enrico Fermi, quien consiguió que la reacción en cadena del núcleo fuera autosostenible en 1942.
Y Fermi trabajó con adelantos sobre fisión nuclear hechos por Lise Meitner, quien renunció al Plan Manhattan al conocer sus objetivos, y Otto Frisch en 1939. Ellos chuparon rueda del descubrimiento del neutrón en 1932, hecho por James Chadwick y éste último desarrolló estudios de Ernest Rutherford de 1917. Todos usaban principios elaborados por Albert Einstein, que fue uno de los que en 1939 le dio manija a Roosvelt avisándole que era posible que Alemania construya una bomba nuclear, de hecho hay una carta, escrita por otro científico y firmada por Einstein, sobre este tema. El propio Albert moriría un año después de Hiroshima y Nagasaki, no sin antes decir que cometió un gran error al investigar sobre energía nuclear.
Es entonces que la idea de que hay un solo momento de creación de la era nuclear es más bien ficticia, se trata como ven de un juego de cajas dentro del que cada momento existe solo en el contexto de los demás. Sobre las 5:30 am un nuevo sol apareció en el horizonte, uno artificial. Se elevó creando un extraño amanecer, fue el ensayo de un amanecer mórbido: el primer encuentro de la humanidad con la bomba atómica.
Para muchos este descubrimiento significó el paroxismo del Antropoceno, una época geológica propuesta por parte de la comunidad científica en la cual es significativo el impacto global que los humanos tienen sobre los ecosistemas.
Así fue como cientos de científicos, incluidos muchos que habían huido de la persecución nazi en Europa y eran muy conscientes de lo que podría significar una bomba, construyeron “Trinity”
Oppenheimer citó el Bhagavad Gita, texto sagrado hinduista, para referirse a su engendro: "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos", dijo.

Hiroshima

90% de la ciudad fue devastada
Hiroshima es una es un valle enclaustrado entre cerros, esto aseguraba una condensación del impacto, es decir borrar la ciudad del mapa. Días antes de lanzar la bomba, los aliados firmaron una Declaración en Potsdam (Alemania) en la que detallaron que los nipones debía rendirse o enfrentar «la inevitable y completa destrucción de las fuerzas armadas japonesas e inevitablemente la devastación del suelo japonés» y si bien no mencionan la energía atómica, la amenaza era bastante pesada.
Entre la cantidad de dinero que habían invertido en el Proyecto Manhattan y que ahora lo que se comenzaba a jugar era el nuevo orden geopolítico del mundo posguerra lanzar las bombas atómicas era algo que Washington sentía como un imperativo.
Hacer de todo esto un espectáculo propagandístico era la forma de que Estados Unidos fuese definitivamente reconocido como el ganador de la guerra.
 
Un consejo militar recomendó Hiroshima, Kioto, Kokura y Yokohama en ese orden, como potenciales objetivos atómicos. La amenaza de Truman era clara pero no mencionaba la bomba.
Todavía la URSS era considerada como aliada de EE. UU., aún no se hablaba de “malvados comunistas”, ese cuento comenzó después y no por ideología sino por conveniencia geopolítica.
Quienes vivieron la época relatan que para los militares norteamericanos la Bomba era como tener un juguete nuevo, en el preciso momento en que se supo que se podía crear la bomba se pensó en tirarla.
El sadismo enfermo y militar del ser humano corrió la raya entre realidad y ficción.
El 6 de agosto de 1945 amaneció despejado en Hiroshima. Esta condición climática fue fundamental para el lanzamiento de la bomba ya que la explosión tenía que ser filmada, la bomba atómica era un show de propaganda.
Casi nada quedó en pie
8 de la mañana y Paul Tibbets, piloto del Enola Gay, avión bautizado en honor a su vieja, se acerca a la ciudad. 15 minutos más tarde un arma de uranio llamada con repugnante cinismo como "Little Boy", explotaba a 600 metros de altura
Murieron en el acto más de 100.000 civiles, absorbidos por una bola incandescente que pulverizaba todo a su paso a la velocidad del sonido. Un sol artificial se elevó sobre el cielo durante unos segundos, porque sí, una bomba atómica es eso: un sol artificial
Harry Truman celebraba "el nuevo nivel de destrucción" que su último juguete había tenido. El hongo nuclear alcanzó 6 kilómetros de altura y dio paso a casi medio siglo de tensión y amenazas, un “agarrame que lo mato” entre dos potencias con un botón rojo capaz de cambiar el destino de la humanidad en segundos.
Hiroshima fue una explosión ineficiente, menos del 2% de la bomba hizo lo que debía hacer, el radio de destrucción que habían pensado era muchísimo más amplio que apenas los 11 Kmts de territorio completamente calcinado que dejaron.
Minutos después del horro, el capitán Robert Lewis, copiloto del Enola, alcanzó a comentar por radio “Dios mío, ¿qué hemos hecho?”.
Conoceríamos desde entonces una palabra nueva: “Hibakusha”. Así se le llama a las víctimas de los ataques nucleares. Los que tuvieron la dudosa suerte de sobrevivir vagaban como espectros por la ciudad con los brazos separados por las quemaduras en su cuerpo.
Sombra Radioactiva
Un hombre esperaba sentado en las afueras del banco Sumitomo en Hiroshima cuando fue vaporizado por la explosión y dejó una sombra radioactiva que hoy forma parte de un museo japonés que recuerda la masacre de civiles. "Traté unos 6.000 pacientes, quizás 10.000. Después de eso no quise continuar mi carrera como doctor. Todas las personas que vi murieron, una tras otra. No hubo nadie a quien pudiera salvar" declaró Shuntaro Hida, ex – médico en zona de guerra
Congelado
 
El momento exacto de la explosión quedó congelado para siempre en relojes y todavía se pueden visitar digitalmente algunos de los edificios que quedaron en pie de la ciudad.

Nagasaki

Mario Benedetti escribió que si Hiroshima fue el caos, Nagasaki fue la confirmación de que estábamos ante un animal maldito como el ser humano. Esta segunda bomba fue más potente que la anterior. El 7 de agosto de 1945 los meteorólogos de la armada norteamericana pusieron el grito en el cielo. Ese día iba a llover en la ciudad que querían bombardear... no se tiran bombas atómicas bajo lluvia, no se corren esos riesgos.
 
Tras ese providente aviso fecharon el asesinato en masa de civiles en Kokura (Nagasaki fue un plan B) para el 9 de agosto. Es interesante ver como algunos le ponen fecha de vencimiento a la vida de otros a quienes no conocen ni hicieron nada. En Nagasaki murieron 150 soldados japoneses, el ataque no tuvo ningún valor desde el punto de vista militar.
El Plan A tampoco era Kokura en realidad, la segunda bomba iban a tirarla en Kioto pero Henry Stimson, el secretario de Guerra norteamericano, pasó su luna de miel ahí. Enamorado de sus esquinas, conservando románticos recuerdos, Stimson bajó a Kioto de la lista de posibles objetivos atómicos. Así de random se decide quién vive y quién no
Así fue como Kokura se convirtió en objetivo. Nagasaki era la alternativa, incluso
llegaron a manejar tirarla en el agua frente a Iwo Jima si ninguno de estos crímenes se concretaba.
El jueves 9 de agosto también por la mañana, “Fat Man”, un arma de plutonio a implosión de 3,3 metros de largo; 1,5 de diámetro y un peso de 4.600 kilos, tenía que caer sobre Kokura, la idea no era tirarla en Nagasaki
Replica de las bombas
 
Volaron hasta allí pero la ciudad estaba bajo una sábana negra de ollín producto del bombardeo que los propios norteamericanos estaban haciendo en la cercana ciudad de Yawata.
Como querían volver filmar la explosión para que el Gobierno se pueda jactar a través de la primacía de la imagen, del poderío militar norteamericano, no podían tirar una bomba tan destructiva a ciegas ni tampoco iban a retrasar el asesinato en un parpadeo de casi 200.000 personas, entonces fueron al plan B: Nagasaki.
Maldición, va a ser un día hermoso. Por culpa de su clima soleado esa mañana Fat Boy cayó sobre Nagasaki. De hecho, la iban a tirar en la zona sur de la ciudad pero no les daba el combustible para hacerlo, así que la soltaron antes:
  • Tirar una bomba atómica porquen está soleado. 
  • Piensen algo peor.
  • Tirar una bomba atómica porque se te acaba la nafta
Lo novedoso de la guerra atómica era que la gente moría de a cientos de miles en un par de segundos pero aparte la radiación echaba su maldición sobre el lugar envenenado agua, comida y genética de toda la ciudad.
Niños huérfanos enterraron a sus hermanos
Niñas aprendieron a caminar entre cadáveres. Sumiteru Taniguchi (谷口 稜曄) de 16 años repartía cartas en Nagasaki esa mañana. La onda expansiva lo lanzó lejos de su bicicleta y estuvo casi 2 años acostado boca abajo en un hospital con su espalda completamente quemada. Le salieron llagas por todo el pecho y la piel tomó un color traslucido que permitía ver su corazón latiendo a simple vista. Fue un despojo humano que estuvo 4 años hospitalizado, y nunca curó bien. Murió envenenado por la radiación años más tarde.
La topografía del lugar evitó que el radio de destrucción fuera mayor y 1 de cada 7 fallecidos era un prisionero coreano que el imperio japonés tenía retenido en ese lugar, porque no sólo mataron japoneses inocentes, también mataron a las víctimas de los gobernantes japoneses.
Tsutomu Yamaguchi ostenta el dudoso récord de ser un doble hibakusha. ​Yamaguchi estaba a unos kilómetros del impacto en Hiroshima, donde sufrió profundas quemaduras. Trasladado a su ciudad natal, Nagasaki, y seguramente sin mucha fortuna en la vida, al día siguiente se expuso a la radiación residual de la bomba mientras buscaba a sus familiares.
Al llegar la noticia de las bombas, Albert Camus diría que “la civilización mecánica acaba de alcanzar su último grado de salvajismo. Ya se respiraba con dificultad en un mundo torturado. Y he aquí que se nos ofrece una nueva angustia…
Vía NuclearSecrecy
 
También podemos visitar Nagasaki digitalmente

Consecuencias

Ese 15 de agosto Japón escuchó por primera vez en la historia la voz de su emperador divino. La comida envenenada y las hemorragias subcutáneas seguidas de abscesos y ulceras en la piel desconcertaban a todos. Literalmente fueron días de no saber qué les había pegado.
EEUU se vendió a sí mismo como un país de avanzada tecnológica y no como unos criminales. Las películas fake de propaganda adoctrinando sobre las maravillas de una energía nueva comenzaron a abundar. Hubo planes para una tercera bomba pero por suerte la capitulación japonesa evitó que EE.UU. siga tratando de justificar los millones de dólares gastados en crear tecnología genocida. La ocupación de Japón se prolongó hasta 1952 e incluyó una fuerte censura que prohibía a los medios y la población hablar de manera negativa sobre Estados Unidos. Tampoco se podía mencionar las bombas atómicas.

ACÁ NO HA PASADO NADA.


La censura se extendió a libros de texto y escuelas, donde los bombardeos fueron borrados, así como sus efectos. A los hibakusha se los marginó socialmente, como no se entendía qué hacía la radiación se crearon leyendas urbanas sobre ellos, quienes además de ser víctimas de un bombardeo ahora eran castigados socialmente y no vistos como víctimas. La ocupación fue 100% negacioncista pero en 1954, ni bien retirado el ejército del país, se estrenó Gojira (o Godzilla como la conocemos por acá). La historia de un reptil-mono-ballena atómico que escupe fuego por la boca. Una historia robada por occidente, lavada y reescrita para silenciar la atrocidad atómica que habían cometido.
El geólogo Mario Wannier descubrió que en playas a una distancia de entre 7 y 11 km de Hiroshima había una alta concentración de extrañas partículas. Tras investigarlas determinó que parte de los restos vaporizados de la ciudad habían volado hasta ahí, una ciudad destruida durmiendo en los granos de arena de sus playas. Sólo la mitad de personas falleció los días de los bombardeos, el resto fue envenenado por la radiación. 
En 1946, el corresponsal de guerra John Hersey recibió la comisión de The New Yorker para ir Hiroshima. Esperaba escribir un artículo sobre el estado de la ciudad nueve meses después de la bomba pero se encontró con sobrevivientes de la explosión y comenzó a relatar sus historias. Toleró un par de semanas nada más en el lugar, porque una cosa es ser corresponsal de guerra y otra muy distinta es ser corresponsal atómico.
John Hersey
Hersey regresó con sus estos relatos a Nueva York y pensó que si los enviaba desde Japón no tenía posibilidades de que fueran publicados. Siempre que alguien había intentado contar la verdad, las fuerzas de ocupación de Estados Unidos en Japón interceptaban el material y lo censuraban.
La edición se preparó en completo secreto y por primera vez le dieron todo el espacio editorial de la revista a un solo reportaje, cosa que nunca más sucedió.
Los 300.000 ejemplares se agotaron en pocas horas. Dejo versión digital en idioma original.
Albert Einstein trató de comprar 1.000 ejemplares de la revista para enviarlos a sus colegas científicos pero terminó fotocopiándolos. Unos años después, el 29 de agosto de 1949, la Unión Soviética se convirtió oficialmente en la segunda "nación atómica", al detonar su primer arma nuclear: una bomba de plutonio conocida como RDS-1 explotada en Kazajistán. 
La prueba tomó por sorpresa a los gobiernos occidentales. Un científico estadounidense, Theodore Hall, ayudó a cumplir las ambiciones nucleares de Moscú dando información secreta a los soviéticos. Hall era uno de los menos de 100 científicos que conocía detalles del Plan Manhattan, que como contamos contó con el más absoluto secretismo de Estado. Era miembro de una organización estudiantil marxista en Harvard y amigo de Saville Sax, hijo de inmigrantes rusos y comunista.
"Se ha alegado que 'cambié el curso de la historia", dijo Hall a periodistas de The New York Times en 1997. "Si no hubiera cambiado, tal vez el curso de la historia hubiera podido llevar a una guerra atómica en los últimos 50 años(…) Si ayudé a evitar eso, acepto el cargo", declaró.
Otro espía soviético plantado en el Proyecto Manhattan fue Klaus Fuchs, un físico alemán que había formado parte del Proyecto y también filtro secretos militares a la URSS.
Fue el comienzo de la era atómica rusa, que incluyó más de 400 detonaciones atómicas, muchas de ellas bajo tierra moviendo placas tectónicas y miles de ciudadanos envenenados por la radiación.
Keshrim Boztáiev, científico que participó de los ensayos, escribió en sus memorias: “Imagínense qué terrible escena: las águilas esteparias y los halcones, que habían sido expuestos a la radiación, tenían las plumas carbonizadas en un lado y los ojos blancos. Se sentaron sobre cables telefónicos y no se atrevieron a moverse cuando nos acercamos a ellas. En otra parte vimos un cerdo muerto que estaba muy hinchado y negro porque se había quemado. Los médicos no lograron llevarse al animal muerto. En general, fue un espectáculo horrible. Estas son las terribles consecuencias que tiene el mayor invento de la humanidad”. La demencia humana superó todo lo conocido con la “bomba del Zar” (1961), detonada y por URSS, y con más de 3.000 veces el poder destructivo de Little Boy.

Museos  

50 años después de su crimen, parte del fuselaje del Enola Gay se expuso en EE.UU. y tres personas fueron arrestadas por arrojar cenizas y sangre humana sobre el bombardero, además de una cuarta que tiró pintura roja en el lugar
El Bockscar, que fue el que tiró Fat Man, descansa en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en donde está expuesto junto a una réplica de la bomba y un cartel publicitario que dice: «El avión que puso fin a la Segunda Guerra Mundial».
Muchos Hibakusha fueron tan discriminados en Japón que se fueron del país,  “Los primeros ojos que presenciaron la explosión. Los primeros ojos que quedaron ciegos. El primer rostro destruido. El primer cuerpo desollado. Los primeros órganos destrozados por la “enfermedad de la radiación”.
Y, también, el primer sobreviviente”. Así empieza la novela “Lluvia negra” de Masuji Ibuse.
Cierro con un Time lapse nuclear que muestra el desarrollo criminal de este tipo de energía que aún no hay sido erradicada del Planeta, el riesgo sigue dando vueltas.

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