La Guerra de los Mundos, el primer Fake New de la historia

Orson Welles en plena obra
Herbert Wells es el padre junto a Julio Verne de lo que hoy conocernos como ciencia ficción. Su pluma fue fundamental para la literatura del SXX y hoy particularmente hablaremos de la más conocida de sus obras, La guerra de los mundos.

Context

1953, La Guerra de los Mundos 
Este libro, editado originalmente en 1898, se hizo archiconocido después de que en 1938 Orson Welles (apellidos parecidos pero no vayan a confundirlos) le interpretó en radio sin que nadie sepa que era una obra de ficción. Aviones imposibles, hombres invisibles, armas incontenibles, viajes en el tiempo... Todo eso formaba parte habitual de la literatura de Wells, quien no era un payador, estudió ciencias durante toda su vida y aplicaba sus conocimientos en sus obras. De hecho, uno de los docentes de Wells fue Thomas Huxley, abuelo de Aldous, escritor distópico (Brave New World su gran obra), porque todo tiene que ver con todo.  
Izquierdista pragmático, dedicado tanto a la ciencia como a la literatura, Wells fue precursor del feminismo en varias de sus obras en las cuales las mujeres están lejos de ser un adorno. Está a la altura de Julio Verne sin tener su fama, y suele ser confundido con Orson Welles por sus apellidos y porque como decíamos éste interpretó La guerra de los mundos.
Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45 P.M. y las 9:20 P.M.
Cuenta el mito que La guerra de los mundos fue uno de los primeros fake news de la historia ya que hizo entrar en pánico a miles de personas que confundieron un radioteatro con una sangrienta invasión imperial alienígena.

Mito VS Realidad

Este caso fue durante muchos años demostración de lo sugestionables que son las masas ante los efectos de la Medios. La radio aparecía como el gran avance tecnológico en términos de comunicación. Ahora la información aparecía inmediata y rodeada de las ventajas que el sonido podía proporcionar. Asimismo, la primacía informativa hasta entonces centrada en los periódicos comenzaba a perder pie, y veremos que esto tal vez tenga relevancia para el mito...
El ataque nunca imaginado
La Guerra de los mundos pasó a la historia como un ejemplo de histeria colectiva, válgame el juego de palabras. Según el mito, durante la obra de Welles cientos de personas cometieron suicidio, dispararon a cualquier sombra que veían y tuvieron abscesos de locura. Para muchos oyentes esa crónica significaba el fin de la humanidad. En el análisis de las ciencias de la comunicación a esto se lo toma como un ejemplo clásico de Teoría hipodérmica, que someramente significa que los medios masivos de comunicación tienen el potencial de lavarle el cerebro a las masas. Es bueno puntualizar que esta teoría está en desuso
La Teoría Hipodérmica se basaba en el manejo comunicacional de la propaganda nazi, caso para el cual aplicaba y funcionaba sin fisuras, pero la experiencia indica que no resistió comprobaciones empíricas posteriores. 
En los años 70`s el semiólogo y escritor italiano Umberto Eco elaboró una investigación titulada El Público Perjudica a la TV en la que, como mínimo, rebate la idea de que la televisión puede controlar las ideas de sus televidentes. 
Además de abrevar del nazismo, esta teoría aplicaba desarrollos teóricos de Gustave Le Bon, el primero de quienes sospecharon que las masas son imbéciles, temerosas y controlables. Le Bon es considerado uno de los fundadores de la psicología de masas y era autor de cabecera de Sigmund Freud (su contemporáneo). A él debemos las teorías que luego Hitler aplicó para controlar a las masas y hasta desarrollos sobre física atómica que luego nada menos que Einstein continuó... En su doctrina "La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado. Pero, desde el punto de vista de los sentimientos y de los actos que los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser mejor o peor. Todo depende del modo en que sea sugestionada".
Le Bon dejó en evidencia que una persona puede hacer algo que no desea hacer si es sometido a una masa que lo arrastra hacia ese comportamiento. Las masas son más sugestionables que los hombres individuales, sería la conclusión de sus estudios, que fueron elaborados, dato no menor, durante el S XIX.
Es entonces que cuando se creó el mito que comentamos sobre La Guerra de los Mundos, la teoría hipodérmica aún gozaba de amplia aceptación en el ambiente académico, lo cual fortaleció esa mitología del pueblo estúpido que confunde un programa de radio con una invasión extraterrestre. También cabe mencionar que estos cuentos son habituales en las ciencias de la comunicación. Se dice que en una de las primeras películas presentadas en un cine, durante una escena en la que pasaba un tren el público se asustó tanto que escapó del cine temiendo que el tren fuese real. 

Fuente Comic Sans tamaño 12 

La historia la cuentan los libros, y los libros usan como fuentes (generalmente) los diarios; por ende, la historia a la larga la cuentan los diarios. Seré más claro
El investigador Brad Schwartz en su libro Broadcast Hysteria: Orson Welles’s War of the Worlds and the Art of Fake News tomó como ejemplo el caso de Welles y se dispuso a analizar el mito de la histeria colectiva ante la supuesta invasión ET.
Schwartz contrastó las tapas de los diarios de esos días de 1938 con registros hospitalarios y policiales de las ciudades en donde supuestamente hubo histeria colectiva. Descubrió que la cosa no era tan así como la contaban los diarios...
Estaciones de bomberos, guardias de hospitales, seccionales policiales y demás entidades públicas prácticamente no tenían registro de anomalías durante esos días. Nadie había "visto" o recibido contacto directo con los "suicidas", nadie fue baleado por balas pérdidas ni formalizado por dispararle a sombras. De hecho, de los registros que hay surge que buena parte de las pocas personas que entraron en pánico creyeron que estaban frente a una invasión nazi y no frente a ETs. 
Concluye Schwartz que como la radio estaba en auge y la gente realmente la veía como una forma de estar conectados aquí y ahora con lo que pasaba en el mundo, fue víctima de un engaño por parte de la prensa escrita.
Los diarios vieron tambalear un monopolio informativo hasta entonces sólido. En esta pérdida de eventual poder y dominio de las fuentes de información se demonizó a la radio porque era la principal competidora. Rendía mostrar a ese nuevo medio masivo de comunicación como uno capaz de someter al público a un engaño masivo, un medio poco transparente.
Estamos ante un fractal de Fake News, la de Orson Welles fue Fake pero la histeria colectiva fue una Fake News sobre Fake News. Ni la invasión ET ni la histeria colectiva existieron. Welles mintió pero los diarios también lo hicieron, y los libros de historia agarraron esa información y la tomaron sin contrastarla, como si fuese algo real

La gente no es tonta

Donde sí existió histeria colectiva fue en Quito, Ecuador, en 1949. Durante varios días El Comercio hizo una campaña de expectativa publicando informaciones que hablaban de extrañas luces en los cielos quiteños. El diario también emitía radiofónicamente desde Radio Quito y la manija tomó fuerza. Un 12 de febrero de 1949 se reprodujo la obra en cuestión adaptándola al contexto ecuatoriano, donde las naves comenzaron a llegar desde las Islas Galápagos para invadir rápidamente la ciudad. La historia cuenta que unos cuantos miles de quiteños se creyeron la obra, pero en pocos minutos entendieron que estaban siendo engañados. Enfurecidos por el engaño se dirigieron a las oficinas de El Comercio, las cuales primero apedrearon y finalmente incendiaron como castigo por haberles mentido tratando de hacerles creer que había una invasión alienígena. Al parecer el público no era tan crédulo.
Recorte de época

Uruguay nomá´ 

Tenemos una versión parecida a nivel local. Sucedió el 16 de octubre de 1997 cuando un enorme terremoto "azotó" la esquina de 18 de julio y ejido. La Radio Ataca, programa de El Espectador conducido por Gustavo Fernández Insúa y Gerardo Ruiz Barreiro, hizo una cobertura del hecho. Acá no hubo histeria colectiva ni quema de radios por suerte.
Todo comenzó sobre 23:10 "apenas comenzó el sismo, ya había gente saqueando los locales y se estaban probando la ropa, era increíble", dijeron en su crónica. 

A modo de corolario

¿en cuántos programas de TV vemos críticas sesudas y maravillosas sobre el impacto de internet en las fake news y la importancia de chequear fuentes entre otras cosas? 
El foco siempre se pone sobre los mass media más nuevos, Internet y Redes sociales, y siempre se lo enfoca desde el lado de la sospecha.
Es dable suponer que así como los periódicos atacaban a la radio por ser nueva, la TV ataca a Internet por ser novedosa y atentar contra su primacía en términos de negocio comunicacional.

¿Significa esto que cualquier cosa que salga de internet es fiable? 
¡No! 
Significa que la TV no es la indicada para iluminar a las masas sobre los peligros inherentes a los medios masivos de comunicación y su eventual influencia en el público.
Una placa recuerda el lugar de la llegada de las naves ET
Si quieren alguna lectura más de la mano de fortalecer el mito de que hubo histeria colectiva después del programa de radio pueden leer The invasion from Mars: A study in the psychology of panic ; with the complete script of the famous Orson Welles broadcast (Researches in the social, cultural and behavioral sciences) de Hadley Cantril.

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