La Noche de los Lápices

Mural en la biblioteca del Colegio Nacional Rafael Hernández, La Plata

El 16 de setiembre pasado se cumplieron 45 años de La Noche de los Lápices, sobre la cual vamos a charlar un poco.
Los secuestrados

CONTEXT

Seis meses antes las Fuerzas Armadas argentinas, el empresariado y la Iglesia Católica se unieron para dar un golpe de estado que duraría formalmente hasta 1983 y durante el cual el Estado argentino desapareció miles de ciudadanos, secuestró bebés, torturó y cometió cuanto atropello se puede cometer en un país. "La Noche de los Lápices" es un sintagma que funciona como metáfora de un plan de detención ilegal de estudiantes de liceos de La Plata, una de las ciudades más castigadas por la represión ilegal de la dictadura.
Este operativo no duró una sola noche ni tiene nada que ver con lápices. Ese nombre es más se lo dieron los militares y tiene que ver con una costumbre de nombrar sucesos trágicos como “noches trágicas”. Como casos parecidos podemos mencionar la Noche de los Cristales Rotos o la Noche de los Cuchillos, ambas del régimen nazi, o también la Noche de los Bastones Largos cuando se reprimió duramente docentes de la Universidad de Buenos Aires, en 1966.

El operativo

Entre el 9 y el 21 de septiembre de 1976, grupos de tareas secuestraron diez estudiantes liceales. La noche del 16 fue cuando se perpetraron la mayoría de los secuestros y por eso esta es la fecha en la que se recuerdan estos crímenes de lesa humanidad. Ningún diario publicó nada sobre los secuestros ni de las denuncias de los familiares. 
Entre los 10 adolescentes secuestrados había de todo, algunos habían marchado pidiendo el boleto gratuito, otros integraban sindicatos de estudiantes, otros eran potenciales miembros de Montoneros y algún otro se la comió de costado, suponiendo que el resto tenía culpabilidad de algo más que de tener "ideas incómodas". El relato posterior, construido a partir de 1985 que recién fue cuando todo esto saltó a la luz, creó una trama en la cual fueron secuestrados por reclamar el boleto estudiantil en la ciudad cuando en realidad esas movilizaciones se habían realizado un año antes.
Las actas militares indican que en realidad, los secuestrados estaban marcados por la dictadura como "delincuentes subversivos", siempre criminalizando sus militancias políticas, en el legajo de los menores se incluía dicha marcha como agravante pero sólo como eso. Aún así hubo casos como el de Patricia Miranda, quien se comió un garrón ya que ni estuvo en los reclamos por boleto gratuito, ni integraba un sindicato de estudiantes ni tenía nada que ver con organizaciones de izquierda. Estamos hablando del Estado argentino moviendo todos los engranajes de su aparato represivo para detener, torturar, violar y desaparecer adolescentes de entre 16 y 18 años, algunos de ellos como María Claudia Falcone con 16 años cumplidos hace semanas, en el caso suyo por tener vínculos con Montoneros
"El pozo de Arana"
Los trasladaron a varios centros clandestinos de tortura y detención, en los cuales fueron sometidos a toda clase de castigos físicos. El principal centro es conocido como "El Pozo de Arana", "Puesto Zorzal" o "El Campito" y hace algunos años encontraron allí 10 mil fragmentos de huesos humanos calcinados y enterrados
Como dijimos antes, ninguno de los secuestrados era consciente de de formar parte de La Noche de los Lápices, ni siquiera sabían porqué estaban detenidos ni si saldrían con vida de ese lugar. Tal era el despiste que alguno de los sobrevivientes contó que contaba los días que iba perdiendo y pensaba "me voy a quedar libre por faltas, voy a perder el año". Más tarde también sabríamos que la fecha de la mayoría de los secuestros eran un mórbido homenaje de la policía a la más rancia tradición antiperonista de Argentina. El 16 de setiembre pero de 1955 las fuerzas armadas argentinas sacaron del poder al Gral Juan Domingo Perón a través de un golpe de Estado que proscribiría hasta la sola mención de su nombre... "La noche de los lápices" era una especie de fiesta de cumpleaños de este momento antidemocrático.
De más está decir que este grupo de estudiantes, entre los cuales muchos nunca se habían visto la cara, no eran terroristas ni estaban armados. 
De 10 secuestrados 6 fueron desaparecidos y 4 sobrevivieron. Es gracias a ellos que hoy se conocen estos crímenes, que se destaparon recién en el juicio a las juntas militares en 1985. 

"Tu padre es el demonio"

Fue en esos "Juicios por la Verdad" en La Plata donde sonaron los nombres de Miguel Etchecolatz, Valentín "Saracho" Pretti, y del ex cabo de la Bonaerense Roberto Grillo. Vamos a conocerlos un poco:
  • Valentín "Saracho" Pretti: vivió para ver cómo su hija Ana Rita pidió en 2005 cambiarse el apellido y usar el de su madre porque "no quiero nada de ese hombre, quiero borrar de mi historia ese apellido siniestro". Según Ana Rita su padre le confesó haber participado en el secuestro y asesinato de esos adolescente, "me dijo que los tuvieron que matar", contó. 
  • Roberto Grillo: estuvo reunido con familiares de las víctimas donde les confesó, desequilibrado (hoy es un jubilado por incapacidad psiquiátrica) que "yo los tuve que quemar, hacer cenizas, pero no los maté, ya estaban muertos después no pude volver a comer carne nunca más". Tuvo el cinismo de presentarse ante la Corte Interamericana de DDHH reclamando que el juicio por sus crímenes violaba los mismos Derechos que él había violado. Su reclamo fue desestimado por inadmisible.
  • Miguel Etchecolatz: es un sádico de campeonato. Hoy preso con cadena perpetua ratificada más de 5 veces por crímenes de lesa humanidad tales como tortura, asesinato, robo de bebé y desapariciones.
    Impune aún siendo culpable
Lo de Etchecolatz es increíble. En 2006 declararon contra él en varias causas distintas víctimas de su accionar ilegal, una de ellas era Jorge Julio López, cuyo testimonio era determinante en la causa. Durante el mismo, Etchecolatz miró fijo a Estela Carlotto y delante de todos tomó un papel y escribió algo. 
Fotógrafos atentos le tomaron varias fotos al papel donde podían leerse las palabras "Secuestrar" y "Jorge Julio López". Jorge fue el último desaparecido de la dictadura argentina, desapareció el día previo a la condena de Etchecolatz en 2006. Le desaparecieron un testigo in your face al gobierno democrático de Néstor Kirchner. Se lo tragó la tierra, no se sabe qué pasó, pero todo es muy evidente.
Por si no quedó claro, a López lo secuestraron, estuvo en condición de desaparecido varios años y lo torturaron durante el Golpe. Sobrevivió de pedo y durante el juicio por esos crímenes volvió a ser secuestrado y ahora sí, definitivamente desaparecido.
Desaparecidxs
Un documento del Ministerio de Educación fechado en 1977, un año después de los secuestros y llamado “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)” fue lectura obligatoria en todas las instituciones educativas argentinas. El mismo decía sin metáforas que había que erradicar la subversión del ámbito educativo y que era necesario comenzar a hablar de guerra, enemigo, subversión e infiltración en la educación. 
El caso recién se conoció en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz, sobreviviente, en el Juicio a las Juntas. Díaz dijo que el boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios fue suspendido en 1976 con la intención de detectar, mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes en cada escuela e ir a buscarlos. Al respecto, mencionó un documento hallado en la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires, titulado "La Noche de los Lápices", en el que describía las acciones a realizar contra los estudiantes, a quienes se calificaba como «integrantes de un potencial semillero subversivo».

Hipervíctimas

"La Noche de los Lápices" es entonces un acontecimiento construido para revelar y denunciar la violencia estatal de la dictadura. Ni la “teoría de la guerra” sostenida por militares ni la “de los dos demonios” justificarían lo que sucedió.
Esta serie de secuestros tuvieron un lapso preciso, un grupo de víctimas con características comunes de edad, situación educativa, lugar de residencia y un mismo móvil represivo. Estamos ante el ejemplo definitivo del mito definitivo de inocencia. Son hipervíctimas, como las denomina Inés González Bombal en “Nunca Más. El juicio más allá de los estrados”. Esto es: son víctimas totales, su crimen fue existir en ese lugar y momento dados. Y su condena la tortura y en varios casos desaparición.
Está bueno aclarar que la palabra “inocente” funciona acá como sinónimo de “no-terrorista-subversivo”, ya que esto implica asumir la existencia de otras posibles víctimas: las “culpables”, lo cual es a todas luces inaceptable.
Ni olvido ni perdón
"Las víctimas son constituidas como tales por sus victimarios. Sin embargo, en un proceso judicial, `inocente´ es aquel que no ha sido encontrado penalmente responsable del delito del que se lo acusa. En este sentido, solo en este, es correcto decir que las víctimas del terrorismo de Estado eran `inocentes´, en la medida en que no les fue probado en la justicia delito alguno", aclara la autora
Para profundizar, sugiero "Memorias de la Noche de los Lápices: Tensiones, variaciones y conflictos en los modos de narrar el pasado reciente", de Sandra Raggio.
Posteriormente se filmó una película dirigida por Héctor Olivera y protagonizada por Alejo García Pintos, Vita Escardó, Pablo Novak, Pepe Monje y Leonardo Sbaraglia, sobre el tema. Puede verla en Youtube.

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