René Favaloro, los buenos mueren

Context

Nacido en una barriada laburante de La Plata, René Favaloro se doctoró en la Universidad Nacional de La Plata y se preparó en un Hospital que recibía los casos complicados de la provincia de Buenos Aires. Llegó a vivir en el hospital durante sus dos años de residencia, cuentan que trabajaba 48 hs como si nada.
Desde 1950 vivió durante 12 años en una pequeña localidad de 3.500 habitantes en La Pampa, donde desarrolló y perfeccionó sus conocimientos como médico y logró hitos como casi desaparecer la mortalidad infantil del lugar, reducir drásticamente la desnutrición y la cantidad de infecciones en partos.

Creador del Bypass

Tras esta etapa se radicó en Cleveland para perfeccionarse y trabajar ahí. Su vinculó con el Dr. Mason Sones, padre de la arteriografía coronaria y con quien, lo ayudó en 1967 a crear una técnica llamada bypass, o cirugía de revascularización miocárdica, trabajo que lo hizo famoso mundialmente por revolucionar la medicina cardíaca.
"Utilizó por primera vez la técnica en 1967 y en 1968 publicó el primer trabajo en la literatura mundial sobre el tema", informa la Fundación Favaloro en su web oficial
Como su padre era carpintero ebanista, Favaloro se crió en un ambiente donde lo que no existía podía ser inventado, esta característica lo acompañó toda su vida y le permitió inventar diversos aparatos de uso médicos, los cuales nunca patentó ya que su finalidad nunca fue hacer dinero.

"Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías"

El regreso

En los primeros años de los 70s regresó a Argentina para desarrollar un ambicioso proyecto educativo-médico centrado en la creación de una fundación que lleva su nombre. Uno de sus colegas, el Dr De la Fuente contó que no fue fácil convencer a Favaloro para que la fundación lleve su nombre: "yo fui el responsable: en ese momento él brillaba en todo el mundo, y si queríamos conseguir fondos para hacer la fundación era una forma de atraer. Él no quería. Pero esa noche, con cuatro o cinco vinos aceptó".

Adelantado a su época, en 1996 dijo sobre el aborto 

Alumnos de todo el mundo estudian y salvan vidas en la Fundación, que recibió cuantiosos fondos del propio Favaloro. En 1998 crearon además la Universidad Favaloro, un centro de estudio de última tecnología y alto prestigio mundial. en la fundación se hicieron más de 15.000 cirugías cardiovasculares, de las cuales casi 5.000 fueron bypass.
Quienes trabajaron a su lado cuenta que operaba a las puteadas, no con sus colegas sino consigo mismo por la presión que le generaba hacerlo. También tenía diálogos con la muerte, era común escucharlo entre dientes retar a la parca a la voz de "A este no te lo vas a llevar, a este no te lo llevás".
Daba pocas notas a TV pero cuando hablaba tenía tanta lucidez como para que a más de 20 años de su muerte sus palabras sigan teniendo un 100% de vigencia.
Cuando un alumno le comentaba que estaba preocupado porque había cometido un error con un paciente Favaloro respondía "Pensá en el que sigue", no porque desinterés sino porque "Con el próximo vas a cometer menos errores. Deprimido no me servís". Su compromiso era constante, una de sus frases de cabecera era "¿Sabés cuánto pesan las crucecitas que vas dejando por tu camino?".

Sin descanso

"Operábamos Navidades, Año Nuevo, todas las fiestas. No me acuerdo de haber pasado ninguna fiesta importante sin operar. Se operaba sin límite, no paraba nunca el servicio", cuenta Fernando Boullón, alumno suyo y autor de Favaloro, el corazón en las manos
El mismo Boullón contó también que una vuelta se les apareció Juan Manuel Fangio, el Maradona del automovilismo argentino, a quien Favaloro había operado: "le estacionó en la puerta de la fundación un Mercedes 300 color gris con techo corredizo". El astro fue enviado a su casa con el auto de regreso porque "El doctor Favaloro no va a andar en un Mercedes mientras no haya una mamadera para cada chico en la Argentina".
Una vez le preguntó a Boullón:
  • ¿vos cómo te suicidarías?
  • Doctor, no me pienso suicidar. - respondió su alumno.
  • Bueno, pero si tuvieras que suicidarte.
  • Bueno, una bala de alta potencia y por la boca.
  • ¡No, no, no, no! - nervioso, explicó - hay que dispararse en el corazón, nosotros sabemos de anatomía. Ahí no te equivocás. Porque en la cabeza por ahí te quedás ciego o medio boludo y vivo.

Llevado al suicidio


"Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida, la fundación tiene graves problemas financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir", le escribió en una agónica carta al entonces Presidente argentino, Fernando de la Rúa.
Burocracia, desidia y una impertérrita, alevosa y casi genética, corrupción interrumpieron la quijotada de Favaloro, de querer hacer algo útil para la sociedad. Le venían recortando 
subsidios su fundación, poniendo impuestos a la importación de tecnología médica, y hace no mucho se había comenzado a aplicar el IVA a empresas de salud. Se apilaban las deudas con Obras Sociales y el PAMI, entonces intervenido por el hoy jefe de Gobierno Porteño Horacio Rodríguez Larreta. 
Lo fueron quebrando, tenía que echar 700 empleados, atender menos gente y jugar con las reglas del juego de la política argento: coimas, retornos, gastos inflados, caranchos y amistades peligrosas. Una vez declaró que "En Argentina hay un sistema que maneja todo y si uno se anima a decirlo queda excluido y si dice una verdad se la tiran por la cabeza".
El 29 de julio del año 2000 (día del cumpleaños de su amigo Luis de la Fuente, quien lo convenció para volver a la Argentina en los 70`s, quien bautizó su fundación...), Favaloro se 
encerró en el baño de su casa y se disparó un certero tiro en el corazón, ese órgano que tanto conocía. Dejó 7 cartas explicando pormenorizadamente las razones para su autoeliminación. Dijo que la sociedad argentina necesitaba de su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que estaba; "¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno! Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica. Lo mismo ocurre con el PAMI.".
Entre Víctor Alderete, director del PAMI entre 1993-95 (fecha de la que databan una serie de facturas que el ente nunca pagó), Rafael Bielsa (Hno de Marcelo, actual embajador argentino en Chile, entonces al mando de la Sindicatura General de la Nación -SIGEN-), y el mencionado Rodríguez Larreta se pasan hasta hoy la pelota para no cargar con la muerte de semejante prócer a sus espaldas.
Favaloro se mató un fin de semana. El día antes en la carta que le mandó al entonces presidente Fernando De La Rúa le imploró por su ayuda. El ex-Presidente (QEPD) luego contó que "La carta llegó el viernes y me enteré el lunes. El me pedía si podía interceder ante empresarios para obtener una donación de seis millones de pesos". La carta terminaba con dos palabras: "Estoy desesperado"

Según la web de su fundación, Favaloro dejó un acervo literario importante:
  • Recuerdos de un médico rural (1980)
  • De La Pampa a los Estados Unidos (1993)
  • Don Pedro y la Educación(1994)
  • Más de trescientos trabajos monográficos
  • ¿Conoce usted a San Martín? (1987)
  • La Memoria de Guayaquil(1991)
Hoy no lo recordamos como un exitoso médico, sino como él una vez lo pidió: "Quisiera ser recordado como docente más que como cirujano".

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