Fumo luego existo, las mentiras de las compañías tabacaleras

Foto de @Phiop_uy

Historia

El vínculo de países como EEUU con la industria tabaquera hace siglo que es íntimo. En el S XVII, la exportación más rentable de Virginia eran pilas de tabaco que iban rumbo a Inglaterra y para cuyo cultivo se usaban angoleños esclavizados. La demanda europea de tabaco arrastraba una demanda americana de esclavos y así se configuraba una industria muy valiosa para esa incipiente potencia.
Este producto era muy popular y hasta entonces se consumía básicamente masticado o inhalado, tras un rayado tipo rapé, que pegaba rápido pero causaba problemas nasales. Sobre finales del S XIX comenzaron a aparecer las primeras máquinas para enrrollar cigarrillos y esa invento modificó el hábito cultural relacionado con el tabaco. Así fue como se redujo el valor del mismo y se pudo acomodar las dosis, además de hacerlo más fácil de transportar. 

S XX

C
onforme su uso se fue haciendo masivo a partir del S XX se comenzó a gestar una enorme industria que desde entonces buscaría
 formas de tener nuevos consumidores. Así fue como a la producción masiva de cigarrillos se añadieron fórmulas; papel mojado en jugo de tabaco, picado y mezclado con azúcar y nicotina... humos más suaves, sabores agradables y más fáciles de fumar. De este modo se fueron perfilando nuevos clientes, mujeres y hasta niños. El detalle de que a más nicotina más adicción pareció no importarles demasiado.

Camellos de carácter suave

En 1913 nació Camel, un pucho más dulce que el resto. Sus cajetillas iban de regalo para los soldados que terminaban en el campo de batalla de la primera guerra mundial. Incluso cirujanos del ejército elogiaban las virtudes anestésicas de los cigarros. Las campañas de prensa entonces decían que los héroes patrióticos fumaban cigarrillos
Joe Camel aparecería recién en 1987

Fumadores de reemplazo

El problema más importante que tenía la industria tabacalera era que todos los años millones de clientes morían por fumar, lo cual obligaba a un feroz recambio de consumidores (cuánto más jóvenes mejor…) para que el negocio siga funcionando. Estos “fumadores de reemplazo” son la clave de la industria. Y llevaron a que se cree un nuevo target para el producto: las mujeres. 
Supuestas virtudes adelgazantes
10 años más tarde conocimos la primera campaña publicitaria masiva vinculada a los cigarros. La hizo Lucky Strike y disparó las ventas de cigarrillos entre mujeres, target exclusivo de esta campaña.
Así fue como el consumo de tabaco en las mujeres comenzó a ser visto como un hábito que tenía “beneficios” como estar flaca. Por esas mismas fechas, Phillip Morris lanzó una marca también dirigida a las mujeres: Marlboro.
Mujeres glamorosas aparecían en las publicidades y, a partir de la década del 30`s, directamente etiquetas que decían que fumar protegía contra la tos, la picazón de garganta y quién sabe qué otra mentira. Los directivos de Camel tuvieron la idea de pagarle a médicos para que dijeran que las demás marcas molestaban la garganta. 
Por esos años, Lucky Strike ponía en sus publicidades que “más de 20.000 médicos opinan que nuestros cigarros son menos irritantes que otros”… En 1937 el fabricante de Marlboro, Philip Morris, llegó al absurdo de pagar una infonota (que no fue informada como tal) diciendo que fumar hacía bien para la garganta y usando como fuente médicos a sueldo por la compañía.


El tabaco es un acortador de la vida

Al año siguiente, un estudio médico-universitario sobre la tasa de mortalidad de los fumadores no usaba eufemismos: "el tabaco es un acortador de la vida". 
Una guerra informativa tuvo lugar, en la que hubo campañas de desinformación masiva orquestadas por las tabacaleras para matizar los estudios científicos. En los años 40´s las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón se duplicaron en los Estados Unidos, y si medimos entre 1920 - `48 las muertes se multiplicaron por 10, según selecciones Reader´s Digest.
Pall mal fue otra de las marcas que hizo target en el público femenino: “la suavidad es un placer con Pall mall”, decía la publicidad, que acompañaba un marcado crecimiento de la marca, espcialmente entre mujeres jóvenes
Extracto de documentos secretos

Fumar representa adultez

En 1953, la Revista Time estudió la causa de las enfermedades asociadas al cigarrillo. Construyeron una máquina que imitaba a un humano fumando para luego extraer los restos que quedaban “en el cuerpo” y estudiarlos. Sentenciaron que fumar y varios tipos de cáncer tenían relación directa. Los ejecutivos de las tabacaleras quedaron acorralados… al año siguiente varias compañías se juntaron para poner más de un millón de dólares (hoy serían más de 10 millones) y crear una comisión que supuestamente estudiaba los efectos del tabaco en la salud para hacer propaganda cuestionando los estudios universitarios. A pesar de las advertencias, entre 1954-61 las tabacaleras norteamericanas multiplicaron por 20 sus ganancias. Se calcula que casi la mitad de los EEUU fumaban en los 60`s. 
En 1969, un documento interno de Philip Morris aseguraba que fumar “representa adultez”.
Al mismo tiempo que adulteraban sus productos para hacerlos más adictivos, a sabiendas del daño que producía, los comités ejecutivos de la industria fingieron estar interesados en la salud de las personas a las que enfermaban

Cigarros que no son cigarros

Con los años 60´s llegaron las versiones Light y con filtros, que no tenían los químicos dañinos, supuestamente. Para 1963 el adulto promedio norteamericano fumaba más de medio paquete al día y para los 70´s, aparecieron etiquetas de salud, y las primeras prohibiciones de avisos. 
Así fue como la industria buscó las formas más encriptadas posibles de difundir su producto, en la medida de lo posible asociándolo a valores como el deporte. Marlboro desde los años 80`s usó autos con sus colores como forma de publicidad
cajas de cigarros con ruedas
Zonas no aptas para fumadores, advertencias a las embarazadas y términos como “fumador pasivo” amenazaron la industria del cigarro pero sin hacerle mella. 
A los pocos años conocimos casos como el de Nathan M, un empleado de un casino que no fumaba pero tuvo enfermedades pulmonares porque todo el mundo fumaba a su alrededor. 

La industria de morir envenenado

Fumadores adultos jóvenes, estrategias y oportunidades”, un informe de Diana Burrows, determina que esa franja etaria es la clave para el suceso en el mercado de fumadores durante los últimos 50 años. Esto por dos simples razones, dice el informe:
  1. La renovación de consumidores, no más del 5% de fumadores comienza después de los 24 años. Son la única fuente de reemplazo de consumidores, porque los otros o dejan o se mueren.
  2. La fidelidad de los fumadores de 18 años con la marca supera con creces cualquier tendencia al cambio de marca.
Documento completo
La industria tabacalera ya no tenía tanta facilidad para dibujar resultados amañados en supuestos estudios rentados. Ahora las publicidades vendían macho, conquistas, el hit del verano, viajes e historias románticas, como hizo Jockey Club en 1972.

Desinformar y fumar, siempre de la mano

En 1976 una nueva tanda de campañas desinformativas bancadas por compañías de cigarrillos disfrazó propaganda de evidencia científica, y crearon el centro internacional de (des)información del tabaco: INFOTAB.
Cuando en 1980 se confirmó que la nicotina era adictiva, se encargaron de intentar desmentirlo pero el New York Times ya publicaba que fumar era más adictivo que consumir cocaína o heroína. 
La aventura suele ser uno de los lugares comunes de sus publicidades 
Estudios universitarios realizados en Estados Unidos determinaron que la estrategia del fabricante de Virginia Slim, un cigarro con un público definidamente femenino, duplicó entre fines de los ´70 y mediados de los ´80 el consumo de la marca entre chicas de 14 y 17 años.
Un documento interno de 1984 señala que 
las principales razones para fumar son:
  • Rebelarse
  • Reafirmar independencia
  • Parecer mayor
Otras marcas apuntaban a un supuesto refinamiento social relacionado con fumar.
Por finales de los 80`s, RG Reynolds parió a Joe Camel, el simpático camello con lentes que se paseaba por Hollywood invitando a fumar y lavando la imagen de los cigarros frente a los pibes. Camel además regalaba camisetas y gorras de baseball.
Viejo anuncio que dice que fumar evita comezón de garganta

Si tienen labios los queremos

En los años 90`s casi todos los estados de EEUU demandaron a las tabacaleras para sacarles dinero y cubrir parte de los 60 millones de dólares por día que se gastaban en estas enfermedades.
Para 1993, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) Estados Unidos emitió un reporte sobre los efectos ser fumador pasivo. La industria tabacalera les hizo juicio y un juez (antes abogado lobbista de la industria) les dio la razón. La EPA apeló la sentencia y ante la enorme evidencia científica terminó ganando el juicio, pero esto fue en 2003; entre una sentencia y la otra pasaron 10 años durante los cuales la industria sembró la duda sobre algo comprobado científicamente y que mataba gente. Hubo tantos juicios contra las tabacaleras en Estados Unidos que necesariamente se divulgaron estudios de mercado y documentos programáticos confidenciales de las compañías.
En 1994, grandes empresarios del tabaco declararon durante una semana ante la justicia. Juraron ante la ley que sus empresas no añaden químicos a los cigarrillos para hacerlos más adictivos. Siete presidentes y representantes de compañías tabacaleras, por primera vez frente a la Cámara de Representantes y contrariando absolutamente todos los informes médicos sobre el tema, dijeron que “la nicotina no genera dependencia”.
Docs internos
"La publicidad de su tabaco trata de enganchar a mis hijos. Espero que me digan cómo pueden vivir con esa carga asesina sobre sus conciencias", dijo Ron Wyden, demócrata de Oregón, a ejecutivos del tabaco. En el mismo juicio leyeron una parte de un documento interno donde otro ejecutivo tabacalero dice que “Si tienen labios los queremos”. En 1996, el director ejecutivo de British American Tobacco, Martin Broughton, dijo que “Nunca hemos ocultado nada, así como no lo hacemos ahora ni lo haremos en el futuro. No tenemos ninguna investigación interna que demuestre que fumar es una adicción”. Sin embargo, en un documento interno de 1963 de la compañía Brown & Williamson, Addison Yeaman, representante de la empresa admitía que “Estamos en el negocio de vender nicotina, una droga adictiva”. 
El documento tiene calidad de “estrictamente privado y confidencial”, y en otra parte indica que “la asociación del consumo del cigarro con el cáncer pulmonar es bien conocida”. 
En 2004 The Lancet publicó un informe mostrando que durante los 70´s Philip Morris compró la firma alemana de investigaciones INFIBO y la usó para contradecir dogmas científicos relacionados al tabaquismo.
Unos años antes, en 2001, un jurado encontró que los productos de Philip Morris tenían defectos de fabricación que enfermaron a Richard Boeken, quien había fumado desde sus 13 años. Boeken murió de cáncer antes de poder cobrar, la compañía litigó estirando el juicio, que finalmente terminó con PM declarada culpable y debiendo indemnizar a los hijos de Boeken, que en 2011 cobraron más de 10 millones de dólares. 
Poco después otro juicio también dictaminó que PM era responsable de tergiversación intencional, ocultación fraudulenta, promesa falsa y negligencia, y obligó a la compañía a pagar más de 25 millones de dólares.

Un modus operandi

Verónica Schoj, argentina investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) explicó a la prensa que esto es lo habitual: “las empresas tabacaleras se lanzan a hacer juicios cuando sus otras estrategias de interferencia no dieron resultado”. 
¿Qué mecanismos de interferencia usan? 
Schoj explica que “uno de ellos es hacer lobby antes y después de la sanción de leyes que afecten su negocio: tienen gente que escribe proyectos de ley que les convengan y los acercan a los legisladores”. Además, añade que “cuando no han podido frenar la sanción de una ley que no les conviene, la estrategia es frenar su reglamentación o su implementación”. 

Sabremos fumar

Hace algunos años, Philip Morris demandó al Estado alegando una violación del tratado bilateral de inversión entre Suiza y Uruguay. Seis años más tarde, Uruguay ganó el juicio que esta multinacional cigarrera le había entablado pura y exclusivamente por haber legislado una política que cuidaba la salud de sus ciudadanos.
Este tipo de políticas desarrolladas por Uruguay supo reservarle un lugar destacado en el ranking de interferencia de las tabacaleras en políticas públicas de países de América Latina. Es factible que esto cambie después de que la actual administración firmó un decreto quitando controles a las tabacaleras.
El propio Presidente de la República, Luis Lacalle Pou, asumió públicamente haber hecho ese decreto a pedido de una tabacalera. No conforme con eso, llegó a recomendar a la justicia que se informe a través de quien sería el beneficiado.
Finalmente el decreto quedó sin validez, pero el caso sirve como ejemplo práctico de lo que antes mencionábamos, la estrategia comercial es:
  • Mentir sobre los daños causados por fumar.
  • Impugnar los juicios que les hagan para ganar tiempo.
  • Hacer lobby para terminar con las regulaciones.

Fumar y el COVID

Un informe que estudió la conducta de las tabacaleras durante el aislamiento social por el COVID-19 dictamina que, en Uruguay, “las corporaciones del tabaco están sin control en las redes sociales, sin medidas de protección a la salud de las personas. Se aprovechan de la ansiedad y el estrés del confinamiento, con una estrategia que apunta a nuevos consumidores, pero también apuestan a la transición del cigarrillo convencional a los nuevos productos”.

Además señala que “A diferencia de otros países que se han valido de recursos de publicidad directa, especialmente en redes sociales, en Uruguay se detectó publicidad indirecta. La industria entregó 700 canastas de subsistencia, incluyendo cigarrillos, a reclusos del centro penitenciario de Santiago Vázquez, en el departamento de Montevideo”. El Comisionado Parlamentario, Juan Miguel Petit asumió la responsabilidad en la inclusión de puchos en estas canastas"Lo solicité yo – dijo en declaraciones al Observador– y asumo la responsabilidad, porque es un producto legal y necesario teniendo en cuenta la situación en que están muchos reclusos. Tengo muchos registros de personas que fuman y que en este momento no tienen dónde conseguir cigarrillos".

El Artículo 7 de la ley N° 18256 prohíbe expresamente cualquier forma de publicidad de cigarrillos. 
También hay, vigente, un decreto, el N° 284/008 que reglamenta la ley antes citada y especifica en su Artículo 8 que queda prohibida “la publicidad por SMS o cualquier medio electrónico”.
Plataformas digitales y redes sociales se vieron inundadas con publicidad. Be Marlboro centró su campaña de prensa en influencers, por ejemplo, haciendo PNTs. 
Un informe de una ONG evidenció que le pagan a influencers para hacer publicidad no tradicional en redes. Los investigadores de la ONG Se tomaron el trabajo de hablar con los influencers
Estos son los # con los que encubren su publicidad en medios digitales... Hay miles de ejemplos de este tipo... 
Otro informe creado por ONGs de más de 100 países determinó que Be Marlboro es una campaña de prensa que “aprovecha la búsqueda de identidad de los adolescente y les sugiere que, frente a la incertidumbre, lo mejor es SER fumador de Marlboro”. 
El hecho de que la publicidad de cigarros esté dirigida a adolescentes suele ser discutido por estas compañías. 
El blog Tabaco sin filtro comparó imágenes de “Be Marlboro” con publicidades de marcas de ropa que venden a adolescentes. 
Vean si les parecen diferentes

Tabaco made in Uruguay

Según el informe “El control del tabaco en Uruguay en perspectiva histórica”, coordinado por Franco González Mora y Marcia Barbero Portela, las primeras acciones contra el consumo de tabaco en nuestro país datan de la década del `20. El Dr. Pedro Barcia fue uno de los pioneros en medicina y educación que trató de sensibilizar a la sociedad sobre los riesgos del tabaquismo, especialmente entre niños y adolescentes escolarizados. Otro Dr., don José Saralegui, creó por los años 60`s la primera Escuela de Educación Sanitaria del país, desde la que años después propuso medidas para el control del tabaco. Ya en los 70`s, el también Dr., Helmut Kasdorf, junto a la Dra. Olga Barcia, educaron con cursos orientados a la prevención del cáncer asociado al consumo de tabaco, siempre por iniciativa propia y sin ningún privado preocupado por los efectos de las drogas que vendían.

“Es mi cuerpo y puedo hacer lo que quiera” 

Antes de las políticas antitabaco de los años 2000, más de un tercio de la población adulta en Uruguay fumaba. Asimismo, estimaciones indicaban que el tabaquismo tenía algún tipo de relación con unas 5000 muertes anuales.
Otra de las consecuencias de esta epidemia repercute sobre el medioambiente. El principal daño se genera durante el cultivo de la planta por el uso de agrotóxicos y el agotamiento de los suelos aptos para cultivo. 
Además, un informe de 2012 del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos indicó que más de 15 países usaban mano de obra infantil para producir tabaco, además de la evidente informalidad y precariedad laboral. En Uruguay, el cultivo de tabaco se hace sobre todo en Artigas y Rivera, da trabajo a unas 150 familias (generalmente trabaja toda la familia, niños incluidos) pero tiene escasa importancia en el sector agropecuario y económico.
Los cultivadores suelen tener otros cultivos con los que compensar el hecho de que las tabacaleras marcan precio y condiciones por el producto, además de que al tratarse de un vínculo tercerizado los cultivadores no están cubiertos ante problemas meteorológicos, por ejemplo.
El informe de 2012, de Eriksen, Mackay y Ross, también señala que la exposición a pesticidas y nicotina genera problemas de salud entre los cultivadores. Por ej, ¾ partes de los niños de EEUU que tienen entre 7 y 17 años y trabajaban en el cultivo de tabaco tuvieron síntomas de la enfermedad del tabaco verde, que sucede cuando la nicotina tiene contacto directo con la piel (Eriksen, Mackay, Schluger, Gomeshtapeh y Drope, 2015).
enfermedad del tabaco verde

Contactos

En 2013 medios de comunicación europeos como The Guardian, Der Spiegel y Le Parisien hicieron sendos informes sobre documentos filtrados de las tabacaleras en los que se describían estrategias y actividades de cabildeo de Philip Morris International. 
Se buscaba influir en decisiones nada menos que del Parlamento Europeo sobre productos de tabaco y por lo que pudimos ver había evidencia de que al menos 233 eurodiputados (casi 1/3 del Parlamento) tuvo alguna reunión con algún lobbista de Philip Morris. Varios eurodiputados llegaron a tener cinco reuniones a puerta cerrada, sin transparencia ni registros. 
Además, les mandaban regalos a las puertas de sus despachos
Además, se detallan actividad de “third party lobbying”, una maniobra en la que se trasladan intereses de una empresa a fundaciones que apoyan partidos políticos. Casi todo el mundo las ha implementado pero los cachés de las tabacaleras en marketing no han bajado, ahora apuntan a los vacíos legales que dejaron las leyes, muchos de los cuales fueron obtenidos mediante lobby. 
Recientemente, el tribunal de Múnich determinó que la campaña Be Marlboro “se dirige específicamente a la toma de riesgos, a los jóvenes rebeldes”. 
Marlboro ahora es manejado por una empresa llamada Altria. Philip Morris Internacional (PMI) se desprendió de este vínculo en 2008 como estrategia para renovar su pésima imagen pública
“Crecer, buscar, esforzarse, tomar riesgos, vincularse con pares, participar en actividades de adultos, y la búsqueda de la aventura para probarse a uno mismo: todos son los elementos reconocidos hace décadas por Philip Morris a través de su Proyecto Arquetipo como atrayentes para los adolescentes vulnerables, lo cual desempeña un papel central en las actividades de marketing de ‘Sé Marlboro’”, concluyó un informe sobre el tema. 
Unos años antes, la Justicia estadounidense ya había dictaminado que las siete tabacaleras más grandes del país cometieron fraude para ocultar los daños que provocan sus cigarrillos. Para no perder la costumbre, ahora reeditan supuestas preocupaciones vinculadas al humo, pero ya mintieron tantas veces que resulta difícil poder creerles. 

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