El robo de las manos de Perón

Esta será una historia de huaqueros, poder y un robo no resuelto, el de las manos del Gral Perón. Sí, le robaron las manos a un muerto
Sabat, 1987
Perón murió metafórica y literalmente en el poder durante 1974. Embalsamado, su cuerpo fue enterrado. 13 años más tarde, durante el invierno de 1987 integrantes del Partido Justicialista recibieron cartas anónimas diciendo que la tumba del General había sido profanada y las míticas manos peronistas robadas junto con otras pertenencias de este Sr que aún hoy es objeto constante de discusión política en un país que vive dividido. 
Se le pedía al partido un rescate de 8.000.000U$D, arguyendo una vieja deuda de Perón, y se mandaban, a modo de testimonio, trozos de un poema relacionado a su última​ esposa, la infausta “isabelita”, sobre quien ya hubo un posteo.
Entierro del Gral
En ese hilo además, se cuenta el destino del cadáver de Eva Duarte, otro hecho lindante o directamente relacionado a la necrofilia, con un cuerpo que fue vejado, golpeado y secuestrado durante años. 

Se lavaron las manos

Los dirigentes que recibieron esas cartas las ignoraron pero a las pocas horas un familiar de Perón que había ido a preparar la tumba para una conmemoración por la muerte del General se dio cuenta de que el sepulcro había sido profanado.
Las manos habían sido amputadas utilizando con una sierra eléctrica… los diarios esparcieron la noticia generando estupor en una siempre mediáticamente influenciable sociedad argentina, que palpitaba las elecciones legislativas de ese año en las que se esperaba un triunfo del justicialismo peronista. 
No era fácil acceder al cadáver. El sepulcro estaba blindado por un vidrio de 7 cmts de espesor, el ataúd tenía una chapa de refuerzo y para llegar al cajón se necesitaban 12 llaves pero los profanadores no violentaron ninguna cerradura, actuaron con extrema premeditación y copias de todas las llaves.
Confirmaron que las manos habían sido amputadas y faltaban otros objetos. El Partido Justicialista nunca pagó el rescate y comenzó una investigación liderada por el juez Jaime Far Suau.

Investigación male sal 


El juez Far Suau al año siguiente obviamente tuvo un accidente automovilístico rarísimo en el que murió. El auto apareció volcado e incendiado, pero el tanque de nafta estaba intacto. 
Familiares contaron que Far Suau había recibido tiroteos contra su casaquinta, amenazas de muerte, y era constantemente seguido con autos que tenían vidrios polarizados. Del peritaje de ese automóvil “accidentado” nunca hubo novedades. 
Unos pocos días más tarde, el jefe de la Policía Federal, Juan Ángel Pirker, apareció muerto en su despacho por un ataque de asma.
Todo eso parece cinematográfico pero son los hechos tal cual. Pirker estaba a cargo de la recolección de pruebas en el caso, se lo había pedido el recientemente difundo Far Suau.
El sepulcro profanado
Pero no fueron las únicas matufias casualidades que rodearon al caso. El detective-comisario Carlos Zunino fue baleado durante un supuesto asalto a su casa, que repelió a tiros. 
Luis Paulino Lavagna, sereno del Cementerio de la Chacarita donde estaba el cuerpo profanado, apareció muerto a la vuelta del cementerio después de una jornada laboral. Medios titularon que había entrado en paro cardiorrespiratorio “sin signos de traumatismo alguno”. La versión del forense que hizo su autopsia fue otra; según él, Lavagna murió asesinado a palazos y en su cuerpo había decenas de hematomas y fracturas.
María del Carmen Melo, militante que llevaba flores cotidianamente a la tumba de Perón, murió atacada a golpes cuando buscaba un investigador policial al que dar la descripción de un sospechoso que frecuentaba el cementerio. Nunca se reactivaron las investigaciones por ninguna de estas muertes. 

Autor y móvil

Sobre las manos del General, algunas hipótesis apuntan al apoyo los servicios secretos argentinos y grupos militares interesados en generar un clima de conflictividad social en contexto eleccionario. 
Hay que recordar que por ese año comenzaron a tener lugar los levantamientos de los carapintadas, nostálgicos de la dictadura, cuyos frescos crímenes ya querían invisibilizar. El ejército argentino no dejó así nomás el poder que alguna vez se había robado.
Entre 1994-95 un peritaje rutinario encontró el juego de llaves del cementerio de La Chacarita entre y las 12 llaves del sepulcro del General en la comisaría 29. El escándalo vinculó a la Policía junto a algún político y hasta un líder de una barra, la causa avanzó pero en 2008 desapareció el expediente que revestía esa investigación.
No sólo desapareció, alguien se metió en la casa del juez que tenía la causa y se lo robó. El nivel de intrusión sobre la vida de quienes intervienen en la causa es abierto y descarado.

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Teorías de quién se robó las manos es lo que más hay. Una de las ideas, tal vez un tanto fantasiosa, habla de que un anillo que tenía El General servía para abrir una imaginaría caja fuerte, que por alguna razón conveniente para el guion estaría en Suiza. Otra teoría, igualmente basada, dice que no era por el anillo que abría la caja fuerte suiza,; se robaron las manos por la huella digital, porque ya por finales de los 80´s parece que en Suiza usaban lectores de huellas digitales para abrir las cajas fuertes.
No es necesario ser peroncho (no lo soy, toco madera) para ver ciencia ficción en estas teorías, que tienen el mismo basamento que los 3 PBIs que se robó Cristina Fernández y están termosellados bajo el océano Atlántico. El punto es que es muy difícil saber a quien creerle cuando hay antecedentes de tanta fantasía. 
Sobre las manos se dice que la CIA tiene información clasificada pero lo mismo, andá a distinguir Cine de Realidad, o de Rialidath, que es lo más habitual en laargentinna.

Un pago atrasado

Perón, la otra muerte (1997), de Damian Nabot y David Cox dice que la P2 (Propaganda Due, una logia masónica italiana de la que ya hubo post) es la responsable del robo, y que el móvil puede ser económico o ritual. Las ramificaciones de esta mafia italiana alcanzan la política del Río de la Plata y nuestras últimas dictaduras
Hay quien sostiene que, para recuperar el cadáver secuestrado de Evita, El General recurrió a la P2, logia de la cual era miembro a cuyo líder supremo condecoró alguna vez, que le den una mano. La P2 le dijo “en unos días lo tenés” y cumplió cronométricamente con el pacto, que Perón no habría honrado con el pago prometido, 8 millones de dólares. Muerto el Rey la logia le cortó las manos y pidió que, desde el más allá, Perón honre sus compromisos
A eso se le puede sumar también el interés de grupos militares que pretendían crear un clima de inestabilidad democrática, lo que mejor saben hacer.
Esto, al igual que el vínculo Perón - P2, está un poco más fundado que supuestas cajas fuertes escondidas. En las semanas previas al robo hubo varias bombas colocadas en colegios de la Capital argentina y en cines. 
También hay peronistas paranoicos buscando formas de culpar a los radicales pero la realidad indica una estruendosa ausencia de vínculos probados entre el robo de las manos y el radicalismo, es solamente una teoría más. 
Otro libro, La profanación, de Claudio Negrete y Juan Carlos Iglesias, indica que el único móvil para el incidente es político-eleccionario, da la pauta de que hubo apoyo estatal y da como un hecho, algo bastante evidente, que Far Suau fue asesinado. 
En cualquier caso las manos no aparecieron, el robo no se resolvió y el antecedente vecino a la necrofilia se sumó a una lista de incidentes similares relacionados a argentinos… Evita, el ché Guevara, cuyas manos habían sido amputadas por el ejército boliviano como prueba de que lo habían ejecutado
Las manos del "ché"

Esas manos estuvieron dos años custodiadas por el entonces Ministro del Interior boliviano, quien las tenía bajo su cama en un frasco con formol que estaba dentro una urna de madera, "con terciopelo rojo y un acabado muy elegante", según relató él mismo.
Otro caso, no político, fue el del corazón de Diego Maradona, extirpado y actualmente en manos de un juez, pero sólo en la parte política podemos encontrar más ejemplos.

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