el reloj tic tac y yo miraba por la ventana. el viento huía o más bien venía, y todo lo mecía, con candidez y paciencia. o nunca se supo bien si era el todo el que mecía al viento, si todo venía o todo huía y el viento ahí era un espectador más. como yo, como el pájaro en el tendido eléctrico, que era un lindo pájaro por cierto. como la chica que pasaba bajo mi ventana, feíta ella pero con un par de curvas que pocos hombres desaprovechan, pero feíta la tipa. el pájaro tenía un caminar de reloj, tic tac tic tac, mi tic tac reloj, y no el reloj que hacía tic tac. perdí mi atención y me enfoqué en el reloj a dos pasos de mi mano sobre la cómoda marron de madera cerejheira. cada agujaso, cada segundo se oía como un estruendo, el reloj me insultaba. su forma de medir las cosas, su caprichosa y poco melodiosa forma de decir "un segundo es de acá hasta acá y no de donde vos quieras hasta donde se te cante", era todo tan porque sí, tan arbitrario y grosero.
pensé en el bic ben... lo pensé con B larga ¿se escribe así? ¿a alguien le importa como se escribe? ¿si un reloj tuviera otro nombre el tiempo sería otra cosa? ¿los minutos existen si no hay relojes que los cuenten? ¿y el tiempo? yo creo que el tiempo pasa y se va en función de que nos anoticien de su existencia, yo no conosco a nadie no anoticiado de la existencia del tiempo, es como cultural, la gente habla del tiempo constantemente. en especial los que más tiempo acumularon, esos te lloran, se culpan de haberlo perdido como si no pudieran encontrarlo. lo interesante es que mientras lloran diciendo que perdieron el tiempo lo que hacen es estar perdiendo el tiempo.
al pájaro en el cable eso le importa re poco, pero re poco, se los aseguro.
y a la feíta que pasaba por ahí menos, esa no tiene pinta de preocuparse por el tiempo, su medición, mi reloj y sus agujas. la ventana estaba empañada, el frío supongo, hoy llovió y hace días que no lo hacía. y me quedó pila de tiempo de sobra, pensé en escribir una entrada en mi blog, pero no, no estoy de ánimo para hacerlo.
el reloj tic tac y yo miraba por la ventana. el viento huía o más bien venía, y todo lo mecía, con candidez y paciencia. o nunca se supo bien si era el todo el que mecía al viento, si todo venía o todo huía y el viento ahí era un espectador más. como yo, como el pájaro en el tendido eléctrico, que era un lindo pájaro por cierto. como la chica que pasaba bajo mi ventana, feíta ella pero con un par de curvas que pocos hombres desaprovechan, pero feíta la tipa. el pájaro tenía un caminar de reloj, tic tac tic tac, mi tic tac reloj, y no el reloj que hacía tic tac. perdí mi atención y me enfoqué en el reloj a dos pasos de mi mano sobre la cómoda marron de madera cerejheira. cada agujaso, cada segundo se oía como un estruendo, el reloj me insultaba. su forma de medir las cosas, su caprichosa y poco melodiosa forma de decir "un segundo es de acá hasta acá y no de donde vos quieras hasta donde se te cante", era todo tan porque sí, tan arbitrario y grosero.
pensé en el bic ben... lo pensé con B larga ¿se escribe así? ¿a alguien le importa como se escribe? ¿si un reloj tuviera otro nombre el tiempo sería otra cosa? ¿los minutos existen si no hay relojes que los cuenten? ¿y el tiempo? yo creo que el tiempo pasa y se va en función de que nos anoticien de su existencia, yo no conosco a nadie no anoticiado de la existencia del tiempo, es como cultural, la gente habla del tiempo constantemente. en especial los que más tiempo acumularon, esos te lloran, se culpan de haberlo perdido como si no pudieran encontrarlo. lo interesante es que mientras lloran diciendo que perdieron el tiempo lo que hacen es estar perdiendo el tiempo.
al pájaro en el cable eso le importa re poco, pero re poco, se los aseguro.
y a la feíta que pasaba por ahí menos, esa no tiene pinta de preocuparse por el tiempo, su medición, mi reloj y sus agujas. la ventana estaba empañada, el frío supongo, hoy llovió y hace días que no lo hacía. y me quedó pila de tiempo de sobra, pensé en escribir una entrada en mi blog, pero no, no estoy de ánimo para hacerlo.
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