Two headed dog

En 1954 el cirujano soviético Vladimir Demikhov, en uno de esos famosos experimentos para ganarle la pulseada a los yankis, tuvo la maravillosa idea de implantar la cabeza de un perro en otro, consiguiendo un perro con dos cabezas. Demikhov repitió el experimento en una veintena de ocasiones: ninguna de sus criaturas sobrevivió más de un mes, pero logró que una de ellas llegue a beber leche con el complejo problema de que al no tener el estómago correspondiente la leche deambuló por entre las tripas del desgraciado animalucho que por buena de dios nació ese año en ese lugar. ACÁ hay un vídeo sobre dicho experimento Y ACÁ hay un vídeo con una canción im-pre-sio-nan-te de Roky Erickson, un músico de puta madre que terminó escribiendo canciones sobre zombies, aliens y, como en este caso, perros con dos cabezas.

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