Libertad para el porno
“La censura va en contra de nuestra Declaración de Derechos y de los principios en los que se fundamenta este país. El gobierno está llevando a cabo un intento de legislar la moralidad y de reprimir la libertad de expresión. Esta nueva moralidad «legal» es peligrosa para todos los americanos. Voten ustedes a quienes creen en limitar la intromisión del gobierno en sus asuntos personales. Voten en contra de que el gobierno controle sus vidas y sus hogares. Voten contra la censura. Solo ustedes, el Pueblo, pueden mantener intacto el ideal americano.”
Texto en un tráiler de una película porno, presentado en el libro “Hablemos de langostas” de David Foster Wallace, quien añade:
“La pregunta de si los artífices de la Constitución americana pudieron, en la más descabellada de sus imaginaciones, haber sido capaces de prever cosas como Anal Virgins VIII o el servicio telefónico 900-666-FUCK cuando estaban pensando en las expresiones que querían defender es obviamente una pregunta espinosa y que queda fuera del ámbito de este artículo.”
El libro es recomendable, se trata de un colección de reseñas y artículos hechos por Foster Wallace, entre los cuales sobresale el dedicado a la industria del porno norteamericano, donde cuenta también cosas como la anécdota de la “actriz” porno “que invirtió dinero en una cadena de máquinas expendedoras de chicles pornográficos (con figuritas porno, supongo) por toda la costa de California” y dice frases para la gloria y el graffiti como “Si Dios no quisiera que nos hiciéramos pajas nos habría puesto unos brazos más cortos”.
Texto en un tráiler de una película porno, presentado en el libro “Hablemos de langostas” de David Foster Wallace, quien añade:
“La pregunta de si los artífices de la Constitución americana pudieron, en la más descabellada de sus imaginaciones, haber sido capaces de prever cosas como Anal Virgins VIII o el servicio telefónico 900-666-FUCK cuando estaban pensando en las expresiones que querían defender es obviamente una pregunta espinosa y que queda fuera del ámbito de este artículo.”
El libro es recomendable, se trata de un colección de reseñas y artículos hechos por Foster Wallace, entre los cuales sobresale el dedicado a la industria del porno norteamericano, donde cuenta también cosas como la anécdota de la “actriz” porno “que invirtió dinero en una cadena de máquinas expendedoras de chicles pornográficos (con figuritas porno, supongo) por toda la costa de California” y dice frases para la gloria y el graffiti como “Si Dios no quisiera que nos hiciéramos pajas nos habría puesto unos brazos más cortos”.
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