Alienación comunicacional

Normalmente evito hablar en primera persona, me parece desagradable, una terrajada. Suelo pensar que el lector va a pensar "y este ganso qué se comió, ¿quién se cree que es? ¿Desde dónde se autoerige para asumir que algo de lo que nos puede contar sobre su vida nos interesa siquiera un mínimo?". No es que yo quiera que piensen eso, no me malentiendan, es que yo mismo suelo pensarlo cada vez que veo a _________________ (inserte el nombre que Ud quiera) hablando de montón de temas que no conoce, como hago yo, como hacés vos que no sé porqué estás leyendo esto. 
Pero bueno, lo que quiero decir es que cada algunas semanas agarro y me tomó unos días para huir al medio del Paraná, a dónde sea. Un lugar X que no tenga buena conexión a internet. Y no me hago el coso, eh, como verán no termino de soltarlo, no lo uso pero tengo más o menos acceso por si considero que necesito internet para algo. Me admito adicto a la red y me siento en tratamiento. Hago fuerza para soltarlo. Es bastante irónico escribir esto en un blog, de hecho. Combato la vida diaria con ese hábito pernicioso que es estar literalmente todo el día leyendo o escuchando música en internet. trabajo delante de una pc y eso me tiene conectado casi todo el día.
Bueno, me escapo medio lejos de internet para tratar de respirar, recordar el privilegio de no hacer nada, de soltar lo que acaba de suceder y lo que está por pasar. Olvidarme de todo un poco y que mis problemas sean las picaduras de mosquitos, no tener que decirle a alguien que no conozco que si estoy de acuerdo, que si no, que si se me ocurre un chiste con lo que recién dijo... 
Trato de decir que considero que estamos alienados comunicacionalmente, no me siento un cra por considerar eso, se me hace evidente para cada uno de nosotros que esto es así. Tampoco me parece, a priori, un problema grave. Sigo pensando que es un privilegio considerar que esto puede ser un problema, un problema muchísimo más agradable que otros que tuve y tengo hoy día... como vos, como el de al lado, como todos. Si algo está claro es que cada escalón de esta rara estafa piramidal que es la vida tiene sus propios dramas. 
Somos la generación humana que más miró para abajo en toda la historia, lo cual no necesariamente es un problema a menos que estés cruzando la calle, claro. Somos además la generación que más horas escuchó de su propia voz grabada en formato digital. Onanistas, decimos cualquier pavada y nos oímos para cerciorarnos de si pensamos antes de hablar o mandamos una verdura. Somos más responsables comprando una marca de chocolate que opinando sobre un tema político. Y no nos parece tan grave, porque por ahí le vemos cierta lógica, pero tarde o temprano todos mandamos fruta sobre algo convencidos de que tiramos una posta. Sin ir más lejos, yo estoy haciendo eso ahora mismo. 
Nos hemos convertido en camarógrafos de la vida, pero no sabemos editarlo, sólo lo filmamos y si no está filmado no sucedió. Así que bueno, mucho hablar todo el día pero no nos decimos casi nada. Alienados comunicacionalmente, no nos queda mucho que hacer frente a este destino inexorable durante un par de generaciones hasta que otro paradigma rompa con esta estupidez de estar todo el tiempo opinando de todas las cosas que existen, o ni eso, porque de lo que no existe también opinamos.
Dejo de escribir en 3, 2, 1.

Comentarios

También podés leer