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nanakorobi yaoki
hecho de hilos
espera en el rincón
detecta el movimiento propicio
el olor de la sangre
de tu sangre
se abalanza sobre vos
para maniatarte contra una cama
lacerar códigos de barras sobre tu cuerpo
hambriento de tu vitalidad
luego te deja lamer tus heridas
y cuando ya no tenés saliva
te escupe, burlándose de tu estado
enreda tus pies y comienza a arrastrarte
magullado, totalmente drenado,
con pequeñas piedritas de pedregullo pegadas a tus labios
el sabor ferroso del polvo y la tierra
creíste que se había ido
pero sólo te estaba esperando
te deja curar únicamente porque torturar
le parece más divertido que matar
sos diminuto y tenés frío
y sabés que jamás se va a ir
porque forma parte de vos
querés destruirlo pero para hacerlo
tenés que destruirte vos
intentás desandar recorridos mentales
desprogramar mantras oscuros
visulizar sin emociones
y ser autosustentable
intentás hacerte el bobo
nada funciona contra su filosa silueta
te prometés que no le vas a permitir
que nunca más va a parasitar en tu cuerpo
vas a momificar tu cuerpo
o lo que quede de él
y con cada hebra amarga de hiel y fibra de vidrio
vas a construir una armadura
¿vos y cuál ejército?
te morís de miedo
apretás los dientes hasta que crujen
pero jamás vas a dejar de luchar
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